Querido diario

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Es la tercera vez que cruzo el Paso de Pericles y papá no tiene ni idea.

A diferencia de las otras veces, hoy habían personas cuando llegué. Cuatro para ser exactos. Tres chicas y un chico muy aburridos para desgracia mía. Se pasaron la mañana hablando acerca de trabajos y cuando quise opinar pasaron de mí.

Tampoco es que me importe mucho, claro, yo solo quería un lugar para escapar de la escuela y ese era el sitio perfecto, al menos hasta hoy. No me han preguntado cómo llegue hasta allá y yo no les pregunte que hacían allí un miércoles tan temprano, compartimos un secreto sin siquiera pedirlo y estoy agradecida por eso, papá no necesita más quejas sobre mi comportamiento.

Intenté crear conversación un par de veces, pero solo el chico mostró interés por lo que tenía para decir. Es una pena. Tenía tanto que enseñarle a ese trio de cabeza huecas. Lo bueno fue que compartieron sus onces conmigo, me gustaría decir que me negué porque me dio vergüenza, pero llegar hasta el Paso acaba con mi energía de todo el día y necesitaba recargarme si no quería que papá sospechará cuando llegará a dormir y no a ayudar con el jardín como suelo hacerlo. Por suerte, no me ha descubierto.

Ahora que lo pienso, soy una excelente mentirosa, un poco más y nadie podrá descubrirme, ni siquiera papá.

Lo he pensado toda la tarde y decidí regresar mañana, si tengo suerte, ellos ya no estarán y seremos otra vez, solo Alexei y yo.

Besos a tu olvido #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora