Leo y yo llevábamos unas cuantas semanas hablando, incluso habíamos intercambiado nuestros números telefónicos. Yo nunca me atrevería a pedirle una cita... es decir, a darle una clase de cocina. Por eso estaba esperando a que él diera el paso.
Cuando ya estaba quedándome sin esperanzas y pensaba que nunca podríamos conocernos, llegó aquel mensaje:
"¿Puedes venir el sábado a mi casa?"
Leo me había mandado ese mensaje hacía dos días. Exacto, llevaba dos días muriéndome de nervios y emoción. Pero por fin había llegado el momento de conocerlo en persona. ¡Estaba eufórico!
Tenía todos los ingredientes preparados. Íbamos a cocinar spaghetti, no era algo muy complicado de hacer, pero al parecer Leo nunca aprendió... aunque no pasaba nada, ¡porque ahora yo le enseñaría!
Tomé un bus en dirección a su ciudad, hacía mucho tiempo que no iba allí y me hacía ilusión, era muy bonita. El trayecto duró media hora, durante ese tiempo pude pensar en muchas cosas, como...
Que tuviera un crush en Leo no significaba nada en absoluto... Tan solo me gustaba su cuerpo y lo poco que conocía de su personalidad, pero tal vez al conocerle en persona todo eso cambiase. Seguramente acabara pensando en él solo como un amigo, no debía tener ninguna expectativa.
Decidí dejar eso a un lado y pensar en cosas más bonitas... pero lo único que se me venía a la mente era Leo.
Por fin, el autobús frenó, había llegado a su destino. Se suponía que Leo iba a recibirme en la estación, pero no lo veía por ninguna parte... se me hizo un nudo en el estómago.
Le envié un mensaje de texto, preguntándole dónde estaba. Me negaba a pensar que me había dejado tirado.
A los pocos minutos mi teléfono comenzó a vibrar en el bolsillo de mi pantalón. Lo saqué y vi que Leo me estaba llamando. Dubitativo, contesté.
-OH, GUANG, LO SIENTO, ¡LLEGO EN DIEZ MINUTOS!
Me sorprendí, su grito casi me dejó sordo... Leo parecía fatigado, ¿acaso estaba corriendo? Sin que me diese tiempo a decir nada, colgó. Me había dejado muy intrigado.
Y como predijo, más o menos diez minutos después de aquella llamada, avisté a Leo a lo lejos. Efectivamente había venido corriendo... Se paró a un metro de distancia frente a mí, posando las manos sobre sus rodillas, tomando grandes bocanadas de aire, estaba tan agotado que apenas podía formular palabra.
-Leo, ¿te encuentras bien? –me atreví a preguntar.
Asintió repetidas veces.
-Lo siento, estaba limpiando la casa para poder recibirte y se me pasó el tiempo volando...
Me sonrojé, no hacía falta que se tomase tantas molestias, no sabía qué decir...
Por fin, levantó la cabeza y me miró. Su sonrisa era mucho más hermosa y brillante en persona. Se echó el cabello hacia atrás, pequeñas gotas de sudor resbalaban por su rostro de tez morena.
No podía apartar la mirada de él. Por fin, aquello que parecía inalcanzable, estaba tan cerca de mí. Aunque para algunos fuese algo de lo más común, para mí era como un sueño.
Me hubiese gustado decirle algo, pero él se me adelantó:
-¡Eres mucho más adorable en persona!
Su sonrisa se amplió y sus ojos reflejaban dulzura. Seguramente mi expresión, tímida y sonrosada, le hacía gracia... pero cómo no iba a estarlo.
Sin decir nada, nos pusimos en marcha hacia su casa.
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Looking At You (Leo de la Iglesia x Guang Hong Ji // LeoJi) [Yuri On Ice]
FanfictionGuang Hong Ji es un joven chico que acaba de abrir un canal de cocina en YouTube. Un día recibe un comentario de otro muchacho. Lo que no sabía era que a partir de eso su vida cambiaría tanto...