Capitulo 5

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Foto5. María.

De repente empecé a sentir una extraña y fea sensación en mí estómago... 

Me di cuenta que no es dolor, son mariposas. 

¡Tengo mariposas en mí estómago! 

Mierda, parecen más bien parecen alacranes o cucarachas, ¿por qué usan criaturas tan hermosas como las mariposas para referirse a ésta desagradable sensación? 

La última vez que esto paso yo tenía 15, y fue cuando Raúl me besó.

A pesar de la horrible sensación, no puedo evitar sonreír. 

_ Me gustas mucho Raúl - Le digo en un tono más suave - y siento que es una pena decírtelo así.

Me están ardiendo los cachetes.

Un ardor por aquí, un dolor por allá, ¿Esto es lo que se debe sentir o qué?

_ Pienso igual preciosa - lo escucho decir.

En un momento oigo otra voz, de inmediato la reconozco, es su madre.

_ Ah mierda, debo irme Alex, debo hacer comprar y demás - me dice Raúl un poco obstinado.

_ Está bien, no te preocupes. Salúdame a los chicos, sí? - Le digo sonriendo - adiós.

_ Adiós hermosura - me dice él con dulzura 

Y se corta la llamada.

Raúl y yo acabamos de hablar y usamos: Lo nuestro, me encantas, me gustas.

Creo que será mí esposo.

No hice nada después de la llamada entre Raúl y yo, solo escuchar música y dar vueltas en la cama. Me está matando el aburrimiento y el hambre, salgo de mi cuarto y huelo un olor a comida, bajo las escaleras anunciando una gran noticia:

_ ¡Hay hambre en el penal! 

El olor se hace más fuerte cuando llego a la cocina, espagueti, albóndigas y jugo de algo verde, me encanta el espagueti con albóndigas, lo solía hacer mucho mi abuela.

 Pero ese jugo ¡uy! Parece moco.

Me siento en la mesa con mis padres y empezamos a comer, devore esas albóndigas como si no hubiera un mañana, excepto el jugo.

 ¿Qué mierda es? Huele mal y sabe mal, jugo a la intoxicación. 

Mientras que yo seguía con las albóndigas, escuche a mis padres hablar de un viaje, pero entre ellos, hablaban en tono bajo y se hacían señas, estos dos están peor que yo.

_ ¿De qué viaje hablan? – Les pregunto limpiándome la salsa de albóndigas de la boca con una servilleta.

Mamá abrió los ojos como platos y papá frunció el ceño.

_ ¿Cómo lo sabes? – Pregunta mamá.

_ No saben disimular – Les digo riéndome.

_ Eso es... cierto, ella tiene razón – dice mi padre.

Mi mamá mira a mi padre sacudiendo la cabeza.

_ Alex, tu tía abuela Grace, nos está invitando de nuevo a pasar unos días con ella, y nosotros queríamos que fuera una sorpresa – Me dice mi padre.

Odio ir a pasar unos día con la abuela Grace, no es ella, es el lugar, es una granja, y siempre me obligan a limpiar la mierda de los caballos y de las vacas, allá me aburro mucho, no hay wifi, y no hay comida normal, siempre es rara y babosa, como el jugo a la intoxicación que hizo mamá.

¡Te quiero idiota!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora