Capítulo 14

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_ ¡Gracias, hermosa! – Dice mientras deposita un beso en mis mejillas.

Lo observo por unos instantes, estoy tan feliz de que esto de la pelea terminase, no me imagino ni una semana sin hablar con mi mejor amigo ¿te lo imaginas? Dejar de hablar con tú persona favorita, tú confidente, la persona que conoces desde que juegas con muñecas, la persona que te da seguridad en ti misma, y solo por una estúpida discusión... 

Espera... ¿Dónde iba a estar?

 ¡Ya me acordé! 

Mierda.

No puedo dejar que Adam venga, tampoco puedo dejar que Raúl sepa algo.

No puede saber que no estuve sola.

No puede saber que se quedó a dormir.

No puede saber que pensé en sus labios como gran misterio que quisiera descifrar.

Raúl no puede saber nada.

_Espera aquí un momento, sí? – Le digo mientras me levanto del sofá apresurada.

_ Está bien. - me dice sonriendo.

Cuando ya no estoy a la vista de Raúl empiezo a correr desesperadamente. ¡Malditas escaleras! ¡¿Por qué son tantas?! 

 Llego a mi habitación y me encuentro con Adam entrando por la ventana, me nota ahí parada, y supongo que noto mí expresión.

_ ¡No, Adam! no puedes... - trato de decirle.

En estos momentos estoy tan alterada.

Y nerviosa, mierda.

_ ¿Estás bien, qué pasa? – Me pregunta preocupado.

_ Estoy bien, Raúl está aquí, lo siento, sólo debes irte – Le digo a Adam un poco apenada.

Me siento tan hija de puta, ¿debí decirlo así?

_ Perfecto, Alex. Me iré a casa, espero estén bien.  – Me dice en un tono un poco frío.

¿Está molesto, él debería estarlo?

Recuerdo que me dijo que se iría cuando Raúl regresará, ¿qué no se acuerda?

Se da la vuelta y coloca un pie sobre la ventana.

No puedo dejar que se vaya de esa forma, después de todo lo que hizo por mí.

Entonces le agarro el brazo y hago que se voltee para mirarlo, lo observo por unos segundos sin decir nada, al igual que él a mí, hasta que mis torpes palabras interrumpen.

_ E-eres, Adam, gracias. Estoy muy plenamente agradecida por todo lo que hiciste por mí, estoy segura que no hubiera tenido una mejor compañía que tú, eres un gran amig...

Esto no puede pasar. No ahora.

No termino de decir lo que quería decirle porque me interrumpe con nada más que un beso.

Si, damas y caballeros, un beso.

Sentí su mano en mí nuca, y me atrajo hacía él, en el momento que sus labios encontraron los míos, el mundo se detuvo, no fui capaz de responder, no reaccionaba para nada. 

Probablemente por lo sorprendida que estaba.

O por como se sentía.

Fue inexplicable la manera en la que me beso, con ansias, como si su boca se hubiera liberado y al fin pudiera atacar con libertad, y esos suaves labios...

No me imaginaba que Adam me robaría un beso ni en un momento así, pero ahora empiezo a sentirme culpable.

¡Por favor, Alex! Raúl está esperando abajo.

Adam rompe el beso, y esos ojos negros me observan, más bien me están traspasando, aunque no me molesta, nadie me había mirado con tanta intensidad como lo hace el.

_ No quise, Alex. Yo... No pude resistirme. - Trata de explicar con desesperación.

Alex, controla tus hormonas.

No puedo resistirme, aunque esto cambie por completo las cosas y mis planes, mi cuerpo ansioso me pide que lo haga, me lo pide a gritos, pero estoy tan concentrada en lo que pide mi cuerpo que no le estoy prestando atención a lo que dice mi mente.

Que por supuesto, es un rotundo no.

Lo acercó a mí bruscamente y le devuelvo el beso.

Es suave y dulce, un beso tierno, el me agarra mí cintura, y me lleva hacia él suavemente, estoy tan cerca de él que puedo sentir a su compañero feliz, rodeo mis brazos alrededor de su cuello, quiero tenerlo más cerca. La manera en la que jugueteaba con mí lengua, y en la que sus labios ansiosos y suaves consumían los míos, era fantástico.

Entonces recuerdo a Raúl, y recuerdo el alivio que sentí al verlo ahí en la puerta.

Me separo de Adam lentamente.

_ No sé qué me pasa, mierda, me siento tan mal... Discúlpame Adam, no sabía lo que estaba haciendo, me deje llevar por el momento, te tengo aquí, mientras Raúl está abajo, joder... – Puedo sentir mis lágrimas asomándose y mí pecho subir y bajar.

Esto definitivamente se salió de control.

_ No, Alex, no llores, por favor... - me dice Adam preocupado

El toma mí mejilla suavemente, y con el simple contacto me relaja un poco.

_ ¿Alex, estás ahí?

Escucho la voz de Raúl acercándose. 


***

¿Qué crees que pasara? 


Aquí lo tienen, se que es muy cortito, pero espero que lo disfruten.


Mar se despide!!

¡Te quiero idiota!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora