¡Te quiero idiota!

Capitulo 25

Me quedo paralizada viendo el celular, tratando de entender o buscarle sentido a lo que acabo de ver, pero un ruido seco me saca de mi parálisis, alguien está tocando la puerta, parece que el ruido está despertando a Raúl, así que rápidamente bloqueo el teléfono y lo pongo de nuevo en su bolsillo.

Ay Raúl, qué estarás tramando.

Camino con cuidado hacía la puerta agarrándome de lo que vea cerca, putos mareos.

Abro la puerta y me encuentro con Adam, trato de no abrir mucho la puerta, ya que no quiero que vea a Raúl en mi cama.

Siento como llega esa tensión e incomodidad después de lo que nos dijimos ayer, si no tuviera modales le cerraría la puerta en la cara, pero como no es el caso porque soy educada, trataré de ser buena.

_ ¿Qué es lo que quieres? – le pregunte a Adam con molestia.

Con fastidio y frialdad me respondió: Me mandaron a traerte esto – me dijo entregándome una bolsa que tenía mi nombre en ella – los chicos salieron a comprar unas cosas, y me pidieron que te lo llevará, dijeron que te serviría después de tu espectáculo de anoche.

Estuvo suficiente con el golpe de ayer Alex, no lo golpees.

_ Por supuesto, mi espectáculo, aunque opino que todos tuvimos nuestro momento, sabes? Mi favorito fue el espectáculo que me montaste – le digo en tono vacilante.

Suelta una pequeña risa que después se convierte en una expresión de arrogancia.

­­_ Acepto tener ésta conversación cuando pongas tu vida en orden, así que adiós.

Rápidamente lo tome del brazo con ira.

Me iba a escuchar.

_ Sólo te diré una cosa, Adam. Yo-

Me paralice un segundo, no podía hablar, me sentía muy mareada y tenía el estómago revuelto, no pude contenerlo más, y termine vomitando todo.

Me sentí mejor, como si me hubiese quitado un gran nudo en mi estómago, claro no fue nada lindo para Adam, que se quedó ahí ayudándome y termino todo lleno de vomito.

_ Mierda Alex, ¿estás bien? – me pregunta Adam aun sosteniéndome el cabello.

Alcé la cabeza mientras me limpiaba el vómito de la boca con las manos – Si, sí. Estoy... bien, lo siento Adam. No te muevas, sí? Buscaré algo para limpiar. Pero no te muevas, después ensucias el piso.

Le dije antes de adentrarme a mi cuarto en busca de toallas, y cosas de limpieza junto con un balde de agua.

Y Raúl seguía dormido, genial.

Llegué nuevamente donde Adam y empecé a limpiar.