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Jackson se sentía un poco dolido, quizás Mark pensaba que lo iba a juzgar por su enfermedad o algo.

—Puedo....Mmmmm...Quiero decir...Puedes...Quitarte tu sudadera?
—¿¡Qué!?

Jackson comenzó a reír a carcajadas, Mark lo había mal pensado y fue aún más gracioso cuando se dio cuenta de su gran error y su cara se convirtió en un tomate.

Verte sonrojado es, ahora, una de mis cosas favoritas.

Mark se quitó la sudadera, estaba sonrojado, jamás había estado "desnudo" frente a otra persona, sí, él pensaba que estar sin camisa y en pantalones era estar desnudo. Demasiada inocencia en una sola persona. Jackson estaba de espaldas a Mark, al darse la vuelta y verlo sonrojado, moviendo sus piernas con nerviosismo y sin camisa le hizo darse cuenta que realmente sí le gustaba.

—Yo...Emmmm...Ten, toma estas pastillas, son para el dolor

Ambos chicos estaban sonrojados, no sabían que hacer o que decir. Jackson preparaba vendas y curitas para ponerlas en el cuerpo de Mark, esos chicos habían dejado muchos rasguños y moretes en su cuerpo.

Al sentir las cálidas y ásperas manos de Jackson en su pecho el cuerpo de Mark reaccionó de inmediato, un escalofrío pasó por todo su cuerpo y se maldijo por eso, Jackson se daría cuenta de el efecto que tenia sobre él.

Pero disfrutaría de ese momento, era algo que probablemente nunca volvería a pasar así que decidió simplemente disfrutar de el roce de sus pieles, Jackson observando cada facción de Mark, viéndolo como si fuera la obra de arte más costosa y hermosa de el mundo.

La respiración de Jackson cada vez estaba más cerca de la piel blanquecina de Mark.

Mark iba a decir algo. Debió decir algo.

—No te muevas
—Pero... ¿qué estas haciendo?
—Quiero...Quiero intentar algo.— susurró Jackson

Mark no protestó. Él sabía perfectamente lo que Jackson quería hacer. No debería de quedarse quieto, debería de irse inmediatamente...

Sus respiraciones se mezclaban, dejando salir cada palabra, sentimiento y deseo que tenían sin decir nada. Jackson no despegaba su vista de los rosados labios de Mark. El chiquillo por otro lado, tenia los ojos cerrados, la culpa lo invadía, sabia que no debería de permitir a Jackson besarlo pero él también lo deseaba.

—Mírame.
—Ja...Jackson..
—Deja de pensar tanto y callate, Mark.

Y finalmente sucedió, Jackson había posado sus labios en los de Mark. Movimientos suaves pero firmes de parte de Jackson, movimientos torpes de parte de Mark. Era su primer beso.

Tus labios son deliciosos.

Los labios de Mark tenían un ligero sabor a sangre pero aun se podía percibir el delicioso sabor de su boca.

Jackson pasó su lengua por el labio inferior de Mark. El pequeño gimió. Sabia que era momento de parar, sabia que era momento de empujar a Jackson y salir de allí, estaba comentiendo un error y sabia que se iba a arrepentir.

Letters for Jackson »Markson«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora