—¿Quien es? Venga, Jack! Dime!
Mark no había parado de sonreír desde que Jackson le dijo sobre haber encontrado a un donante.
—Mark, quedate quieto que aún estas débil
Jackson, al ver a su pequeño tan entusiasmado, sonrió.
—Pero quiero saber quien es el donante— Mark hizo pucheros.
—Es anónimo —sonrió —lo único que se es que dijo que quería verte feliz.
—Uh? Quien podrá ser?Jackson simplemente se encogió de hombros haciéndole saber a Mark que no tenia la más mínima idea de quien se podía tratar.
—Tienes que comer, Markie
—Jack...es medianoche
—Si pero has distorsionado tu horario alimenticio así que tienes que cenar.
—Uh...odio la comida de los hospitales.
—Lo se, es horrible.
—Pero...estoy acostumbrado— rió —sabes? Maddie solía traerme comida del McDonald's y venia aquí en las noches y me contaba historias...hablando de eso...¿acaso ella sabe que...uh...estoy aquí? No ha venido a visitarme.Me diste un golpe muy bajo, Mark.
Jackson había tratado de evitar que Mark se enterara sobre Maddie...aquella anciana tan amable, cariñosa y comprensiva ahora se había convertido en lo que realmente era...un ángel.
Los ojos de Jackson comenzaron a llenarse de lágrimas amenazando derramarse sobre sus mejillas.
—¿Jackson?
—Mark...yo...
—¿Qué pasa? ¿Dónde está Maddie?
—Lo siento...no quería ponerte peor de lo que estabas y...
—¡¿Dónde está Maddie?!
—Calmate, Mark...te harás daño
—¡Quiero ver a Maddie! ¡Maddie!Jackson lloraba mientras que Mark gritaba el nombre de Maddie.
—Murió.
El mayor pronuncio esa simple palabra y la vista de Mark comenzó a nublarse, sentía que su corazón latía de forma acelerada.
—¡Mark!
Fue lo último que pudo escuchar por parte de su novio.