Epilogo

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—Hey, Markie Pooh

Jackson reflejaba tristeza aunque le sonreía a la tumba de su amado, ahora él era un fotógrafo profesional, viajaba a todas partes, su físico había cambiado mucho, tenía muchos tatuajes y justamente su primer tatuaje fue el día en que le pidió a Mark matrimonio, el nombre de su amado y la fecha de su propuesta yacían en el lado izquierdo de su pecho.

La gran herencia de Mark no fue para Jackson, en realidad si ya que estaba a su nombre, todo ese dinero fue donado para muchos pequeños con problemas en el corazón al igual que Markie. Tal vez, solo tal vez ellos podrían encontrar al amor de su vida algún día y poder vivir una vida larga y feliz.

—Acabo de volver de España, es un lugar muy lindo, seguramente lo viste todo pero aun así sabes que me gusta venir aquí y contártelo —murmuró mientras se sentaba frente a su tumba —Te habría encantado todos los museos que visite, el arte en Europa es muy hermoso. Tome muchas fotos, que por supuesto colgaré en la pared...nuestra pared de viajes, Mark

Jackson seguía viviendo en la casa de Mark, nada había cambiado porque su amado la había decorado así.

¿Su vida amorosa? Realmente para él ya no había tiempo, no quería a nadie más porque nadie más podría superar a Mark, además no quería lastimar a nadie por sus traumas.

—Hoy se cumplen 5 años desde que te convertiste en mi prometido —dijo cabizbajo —lo cual, normalmente, me haría demasiado feliz pero...bueno, tu abuela y Maddie están bien? Cuidan bien de ti? —la tumba de su amado estaba completamente llena de rosas de diferentes colores, Jackson se encargaba de que siguiera así —Tu abuela sigue haciendo cuadros hermosos? Muchos amigos que me visitan quieren comprar los cuadros de tu abuela...tienen que saber ambos que jamás los vendería —sonrió —Pronto tendré que irme....Tengo una sesión con una chica —suspiró —Pero no te preocupes que no saldré de viaje en un buen tiempo así que me tendrás aquí todos los días. Te amo, nunca lo olvides y feliz aniversario, esposo mío

El pensamiento de suicidarse ha cruzado muchas veces por la mente de Jackson, quería estar con Mark, quería ser feliz, quería besarle una última vez y que su último recuerdo no fuera en un jodido hospital. Aun así a Mark no le habría gustado que Jack hiciera eso y por eso seguía vivo, la madre de Mark se había vuelto amiga de Jackson, le gustaba que ella le contara historias de Mark cuando era un bebé.

Al llegar a casa, Jackson caminó lentamente hasta la habitación que compartiría con Mark, tomó en sus manos un sobre que descansaba en su mesita de noche, el papel amarillento era acariciado por sus manos. En ese sobre se encontraba la carta que su padre había escrito para él antes de donar su corazón al amor de su vida.

"Querido Jackson.

Recuerdas tu infancia? Cuando tú madre y yo decíamos que estaríamos juntos siempre? Lastimosamente no fue así, ella y yo no nos amábamos realmente, yo jamás habría hecho lo que tú has hecho por este chico, jamás se me habría cruzado por la mente dar mi vida por ella como tú lo pensaste hacer por Mark.

No pienso que cambies tu pensamiento sobre mi al leer esta carta, tampoco que perdones el haberte dejado con tu madre, realmente está carta no tiene otro propósito más que decirte que cuides a Mark.

Doy mi vida por tu felicidad, y tu felicidad está con él, yo ya no tengo propósito para vivir en esta vida, espero verte en la siguiente vida y realmente de corazón te pido que me perdones. Cuida a Mark, ámalo y respétalo.

Con amor  y arrepentimiento.
Tu padre."

Letters for Jackson »Markson«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora