11- Aquella imagen..

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Marlene parpadeó confusa.
Aleix la señaló acusador.
Y...
—¡¿Qué estás haciendo?! —Interrogó Aleix espantando ante la imagen presenciada.
La pregunta correcta sería: ¡¿Qué estáis haciendo?!
Pero Marlene... Era la única culpable; al menos a ojos de Aleix.
—Yo... —Marlene rondó con la mirada, buscando alguna justificación factible para la situación presentada, en la que se hallaba...
Contrajo sus labios, sintiendo el sabor del pecado y en un amargo suspiro, depósito sus manos sobre aquellos pectorales y sentenció a aquella cercanía, a su digno final.
—No se... —Respondió vagamente, como si aquella fuera alguna justificación.

Cuando Aleix llegó, venía después de su turno de tarde, entro en su habitación, todavía fastidiado por lo de ayer, y sin embargo... Hallo algo, que se atoró en su garganta...
Marlene... Esa Marlene que había tachado de una persona "incapaz" de aquel cometido, se hallaba... Bajo el cuerpo de Hector, con sus labios fundidos en un solo y con Marlene... Al parecer incierta por el momento.
Lo primero que pensó... Fue que él había sido el que importunó la privacidad de Marlene, pero... Aquellas manos, aferradas a la camisa del individuo, le dictaron que no había sido así...

Por primera vez, Marlene bajaba la mirada, con el presente sentimiento de culpa. Su mano urgía en respuesta, en la suavidad del edredón, y sus labios se presionaban, con lo que parecía amargura.
Ella lo sabía... Sabía que había cometido un grave error.

—Esto sólo tiene una explicación —Habló Hector, fijando bien a Aleix —Has llegado en mal momento.
—¡No! —Salió en un hilo de voz de los labios de Marlene. Uno afligido —Esto no es nada de eso... Escucha Aleix —Se levantó y tomó de la camisa de su esposo, aferrándose a ella —Sólo... Fue un error, eso es lo que fue, un error. Mis intenciones no iban a más de esto... Quiero decir, Hector se me abalanzó y...
—Claro... Sólo tenías curiosidad en probar los labios de tu ídolo, quien sabe si después no tener una noche "diferente"... —Aleix hablaba con una frialdad nunca mostrada.
Marlene, había comenzado a temblar, incluso estaba a punto de llorar...
Ella no había querido nada de aquello... No había pasado de un error, y sin embargo...
—¡Aleix!
Sintió como su camisa se iba entre sus dedos, y como la presencia de Aleix le alejaba a grande velocidad.
Marlene aclamó su nombre, entre lágrimas que habían comenzado a emerger, pero... Aleix salió de un portazo. Uno... Que hizo eco en el corazón de la afligida; quien se dejó desplomarse de rodillas en el suelo.

Hector, no dijo nada... Únicamente siguió las andadas del marido, y... Marlene entonces aumento su aflicción; dejando que gruesas lágrimas, desencadenan y maltrataron su rostro, que comenzó a escoser, como también sus ojos. Que como rascarse le daba más picor, seguir llorando me provocaba más dolor.

Mavis llegó, y se asustó ante el drama de su madre, a quien abrazo con fuerza, antes de preguntas. Preguntas, que no obtuvieran respuesta, sino más llanto agudizado.

***

—¡Aleix!
Esa fue la primera vez, que el susodicho escucho que ella llamada por él con tanta emoción, pero...
En aquel instante le fue indiferente.
—¿Qué es eso? —Marlene vio confundida a su marido, y tomó el papel que le fue tendido, y el cual... Se escapó poco después de sus manos —No... ¡No puedes hablar en serio!
Aleix la vio con frialdad, sin ninguna pizca de aquel amor... Que tanto le había tenido —Tan en serio, como aquel beso que te diste con el tontonabas ese...
—Aleix... —Gimió, buscando el calor; aquel... Entre los brazos de su amante.
El que primera vez en su vida, le fue rechazado...
—No quiero hablar, Marlene —Aleix le dio la espalda, cruzando los brazos —Yo sólo que firmes eso.

Pasó después por su lado, directo a la habitación y cerro la puerta a llave.
Marlene permaneció gimiendo, tratando de leer, las letras borrosas de aquel papel... Aquel que sostenía de manos temblorosas... Aquel, que había hecho incluso que odiara su lectura que tanto amaba...

Papeles así, no deberían ser escritos... No deberían mancillar la escritura con palabras tan crueles...
Quien hubiera creado el acta del divorcio, sólo podía ser alguien... Carente de sentimiento, con solo frialdad en su corazón...

—A-Aleix...

Su voz se sacudió, viendo con el mayor de sus espantos, como Aleix desaparecía por puerta fuera, cargando sus maletas, y con una esencia... Que ella desconocía, hasta aquel entonces...

//Ok amigos... Les traigo sad.
Espero que les guste (seguro que no) pero aún así dejen sus votos por favor, y sus comentarios. Me gustaría saber que piensan de esto, si Aleix esta acertado en su decisión y si Marlene... Es sentenciada a culpable.

Me volví adicta a ti #2 [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora