16- ¡A la mierda todo!

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—¿En serio?...
La ñoña parpadeó con curiosidad, por las palabras a su parecer exageradas.
—Yo apenas dije lo que siento... —Se rasco la mejilla.
—¡Pues eso es hermoso! —Saltó y envolvió a su esposa entre sus brazos.
No perdió más el tiempo, ni pensó más en detalles ni minucias, ¡A la mierda todo! ¡Él estaba loco por aquella ñoña!
—Te amo, Marlene, mi amor, mi pequeña come libros —Eso dijo sin eje de descanso de beso en beso, que esparciendo por la cara y el cuello de la joven.

Tal fue el ataque, que Marlene se atraganto por la falta de oxígeno y la presión ejercida sobre ella

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Tal fue el ataque, que Marlene se atraganto por la falta de oxígeno y la presión ejercida sobre ella.
—¡Me ahogas! —Se quejó aplastando la cara de su pareja con ambas sus manos.
Ahora habían echo el intercambio de papeles. Ahora era Aleix... Quien buscaba el acercamiento y Marlene parecía molesta...
Que irónico...

🌸🌸🌸

El aparato se detuvo entonces, y Marlene lo abandonó en una correría. Aleix fue detrás y tomó a su esposa en brazos como tomaría un niño, puesto que ella era pequeña y de complexión delgada; nada pesaba.

—¡Que no soy un saco de patatas! —Pateó y ajetreo sus brazos con ímpetu, soltando constantes quejidos.

Aleix sólo dejo a la enojona en el suelo, poco después de cinco minutos corriendo, delante de una cafetería.
—Ah cielos... —Le clavó el dedo índice en el pecho a su esposo, que tenía la sonrisa más estúpida de toda su vida —No vuelvas a cargarme, sabes que no me gusta, además... Oye...
Aleix estaba casi encima de ella, viéndola muy de cerca y no tardó nada en presionar sus labios contra las de ella, saciando la sed que había tenido acumulada durante aquellos días.

—E-espera...
De repente Marlene depósito sus manos en su pecho, negándose a seguir.
Aleix la vio con indignación —¿Otra vez vas a rechazarme?
—No...

¡OMG!
Marlene tenía una mirada... Irresistiblemente tierna. Su rostro estaba cubierto de rubor, sus manos se apretujaban en su pecho y sus piernas de torcían de una forma inocente.

—No te rechazaría de ninguna manera. No ahora. No más... —Las manos traviesas de Marlene, se introdujeron bajo la camisa del individuo, quien estaba contrariado por aquel cambio de actitud tan... ¡Perfecto! —Te amo, Aleix. De verdad te amo y... No dejaré que me vuelvan a tocar, te lo prometo, y... No dejaré que te vayas otra vez. Pero... —Sus manos acariciaban su anatomía. Ya siquiera pensaba con caridad... —Yo no quiero que miradas extrañas nos perturben...

La mano de Marlene, salió con gracia de debajo de la camisa y se aferró a la camisa azul del individuo, tirando de él con suavidad.
Aleix la siguió, como sirviente fiel, sin nada que objetar.
Guiado... Hasta la suculenta habitación de hotel, donde él... Fue empujado sobre la cama.

—Eres mi acosador... —Susurró Marlene a su oído y le derritió al darle una mordida en el pómulo de su oreja — Quiero que sigas haciendo tu labor, para... Siempre.
Aleix con la cabeza vacía. Incapacitado para pensar... Elevo sus manos hasta los limones de Marlene, pero ella le sacudió la mano con suavidad.

—Espera... —Marlene expresó tristeza —Yo... Quería pedirte disculpas...
—¡Ya esta olvidado Marlene! —Su mano urgió con urgencia, pero fue negada una vez más.
—No... Yo, me acabo de dar cuenta que no te he estado tratando como mereces... Es cierto que nunca voy a dejar de leer, pero... Debería haberte prestado más atención.

<<Si, si. Todo si, Marlene. Te perdono por todo, ¡todo! ¡Pero por favor ya no me hagas seguir sufriendo!>>

—Marlene, esta bien... Así que... —Sus manos se movían como maniático.
—Yo... ¡Deseo estar siempre contigo! —Declaró en un cumulo de lágrimas, lanzándose a brazos de su amado.

Aleix se sintió conmovido. Marlene nunca antes había sido tan sincera, y ahora estaba sacando todo para fuera...
—Gracias Marlene... —La abrazo sintiendo enorme alegría. Su corazón preocupado ya se había calmado ya.

Entonces ella se separó y volvió a ver a Aleix con aquella mirada... ¡Que le ponía tanto!

—Bueno ahora... —Deslizó su dedo índice por sus labios, mordiendo el inferior.

—¡Si, si! —Tienes que aprender a controlar tus manos

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—¡Si, si!
—Tienes que aprender a controlar tus manos... —Suspiró Marlene, viendo su nuevo sostén "humano".
—¡Eres tu quien ha despertado a la bestia! —Incluso hizo puchero.
—Ya pero... No me dejas ni ser sensual por una vez, y eso que me lo he currado... —Sacudió la cabeza, no había nada que hacer con su marido... —Aunque bueno. —Sonrió con perversión —Que seas así torna esto más divertido...

    Y bueno... Ajá... Seguro imagináis que vino después. X)

Me volví adicta a ti #2 [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora