Capítulo 10.
Besos.
Usualmente no hacía esto con los clientes del Red Sky, mejor dicho, nunca lo había hecho, pero tener aprisionado a Julián contra la pared del callejón lateral mientras le besaba como si la vida le fuera en ello se sentía extremadamente bien, y correcto.
En las noches, cuando Julián iba al Red Sky, Mauricio olvidaba los próximos exámenes finales, el pago de la renta y lo demás que le preocupaba, su atención sólo era para el pelinegro, que parecía más risueño; le agradaba sobremanera, además de que últimamente no podía apartar la mirada de sus labios gruesos, imaginando lo que sería besarlos.
Sin embargo, cuando sólo faltaban algunas horas para realizar el primer examen su ansiedad se hizo presente y en un instante en que Duncan se enfrascó en una plática algo trivial con Julián, decidió salir por la puerta trasera del local, al callejón, a tomar aire fresco y por un cigarrillo. Efi y Carlos sabían que él solía fumar de vez en cuando.
Pero Julián había aparecido minutos después, buscándolo y mirándolo algo extrañado, sin duda era la primera vez que lo veía fumar.
Haber estado varios días flirteando entre ellos tuvo sus consecuencias.
Jadeó cuando su labio inferior fue mordisqueado; luego Mauricio le dejó respirar separándose de su boca sólo un poco, apoyando la frente contra la suya, aun apresándolo contra su cuerpo y la pared de ladrillo.
Ambos eran casi de la misma estatura, incluso de estructura muscular similar; pero en ese momento fue el humano quien había tomado el control.
Besar a Julián había sido más relajante y probablemente más adictivo que el cigarrillo.
—Ee-eso, eso f-fue...— tartamudeó Julián.
—Hemos estado mirándonos de manera insinuante por varias noches, ¿qué no es obvio?— musitó el humano antes de besarle de nuevo. Y era verdad, en más de una ocasión había sorprendido a Julián mirándole mientras preparaba las bebidas tras la barra. Fue entonces cuando descubrió que el joven atractivo de cabello oscuro se podía sonrojar con facilidad.
Las rodillas de Julián temblaron por el demandante contacto, por lo que tuvo que sujetarse al cuello de la camisa de Mauricio.
¿En verdad esto estaba sucediendo; estaba siendo besado por un hombre?
No era necesario decirlo, pero Julián era un 'rompecorazones', gozaba de la atención de las mujeres, lo comprobó y se aprovechó de ello en los primeros días en la ciudad. Así que ser dominado por un hombre humano era algo desconcertante; y le gustaba.
—Espera— Julián empujó al humano, no con mucha fuerza, pero si lo suficiente para poder mirarle; —esto... yo no soy gay.
Mauricio dio un par de pasos hacia atrás algo sorprendido y luego frunció el ceño.
—No, no es lo que piensas— agregó el pelinegro al suponer que el humano pudo haber entendido mal, —no estoy bromeando; es sólo que...—suspiró, —digo que no soy gay porque... nunca antes yo...
—Nunca antes habías besado a un hombre— completó Mauricio a modo de afirmación, no de pregunta.
Julián le dio la razón al asentir con la cabeza.
—Oh— exclamó Mauricio y volvió a retroceder antes de agregar, —¿estás confundido?
—Sí— contestó; porque en verdad lo estaba: no podía siquiera describir aquello que sentía, todo era nuevo.
—Comprendo— dijo el humano, dio media vuelta, —no vuelvas a buscarme— agregó y regresó al bar; dejando a Julián estupefacto.
Porque Mauricio no sería el "experimento de nadie", no otra vez.
...
—Repite lo que dijiste— pidió Duncan a la mañana siguiente.
—Le dije que yo no soy gay, quería explicarle, pero entonces preguntó que si estaba confundido y yo dije que sí; él dijo que comprendía y luego me pidió que no volviera a buscarlo.
El castaño negó con la cabeza, —creo la palabra confundido es bastante peligrosa, yo también reaccionaría así si alguien no estuviera seguro de lo que quiere.
—Te lo dije antes Dun, sé que él es mi pareja; estoy seguro— exclamó con convicción.
—Entonces tendrás que hacérselo entender.
El examen no había estado tan difícil como imaginó, pero logró hacerlo en un buen tiempo; al finalizarlo caminó fuera del edificio, esperaría a su amiga en alguna banca cerca del jardín próximo a la salida del campus.
Miró sus zapatos y recordó el incidente de la noche anterior, suspiró. Le agradaba Julián, demasiado en verdad. Su rostro sonrojado, sus labios húmedos y algo hinchados por los besos fue un cuadro magnífico. Julián tenía ese aire de grandeza y autoridad siempre rodeándolo, y en tan sólo segundos estaba casi derretido en sus brazos.
Pero una cosa era cierta también, Mauricio no estaba dispuesto a "perder el tiempo" con alguien que no sabía aun lo que quería. No deseaba encariñarse y luego ser dejado de lado, eso dolía mucho. Por eso había dicho aquello, esas palabras que salieron más duras de lo que planeó en realidad.
Tuvo una sensación extraña, como si alguien le observara. Levantó el rostro, buscó a los alrededores con la mirada y halló a Julián, fuera del campus, cruzando la calle, allí estaba el muchacho de cabello oscuro.
Le sorprendió su insistencia, así que se incorporó y caminó hacia la salida, cruzó la avenida y se posicionó frente a él.
—¿Qué haces aquí?
—¿Podemos hablar?
Mauricio lo miró de arriba a abajo antes de aceptar, quería hacerse el duro así que dijo—que sea rápido, debo volver.
Duncan le sugirió decirle sus sentimientos y sus intenciones; si en verdad estaban destinados debería funcionar.
Tragó saliva armándose de valor. ¿Quién diría que el heredero alfa, el que tuvo muchas citas y mujeres los primeros días sintiera nervioso ahora?
—Estoy confundido no porque no sepa lo que quiero, sino porque esto en nuevo para mí; quiero decir, me agradas mucho, me gustas, y eres la primera persona por quien siento una atracción tan grande como esta— no estaba mintiendo.
La mirada seria del humano a través de los anteojos y el flequillo largo no le daba ninguna pista, no demostraba estar conmovido, convencido, ni molesto.
—Lo digo en serio— agregó Julián y alargó la mano lentamente para sujetarle la muñeca, —¿qué tengo que hacer para que me creas?
Nuevamente esa sensación de cosquilleo cálido y agradable le invadió, Mauricio esta vez no deseó soltarse, tampoco deseó negarse a la petición del muchacho aun cuando minutos antes se dijo que no perdería el tiempo con él.
—Dime— insistió Julián, nervioso ante la negativa, mordiéndose el labio inferior.
—Nada, en realidad no tienes que hacer nada. Soy yo el desconfiado— se sinceró encogiéndose de hombros, —supongo que no te conozco lo suficiente— y era verdad; en el pasado, por no conocer del todo a la otra persona había tenido una experiencia no muy agradable.
Julián pensó que si ese era el inconveniente tenía remedio. —¿Qué quieres saber sobre mí?— preguntó, ejerciendo sólo un poco de presión en su agarre.
El humano le miró con detenimiento, pensando en que tal vez no era una mala idea intentar algo con el pelinegro.
Julián le atraía, había algo de él que no podía explicar, algo que hizo que estando ante su presencia la idea de "no perder eltiempo con personas que no sabían lo que querían" perdiera peso y se arriesgara a decir: —todo.

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Moonlight
WerewolfJulián está próximo a tomar su lugar como primogénito del Alfa de la manada; lo que significa que deberá unirse a una hermosa y fuerte hembra para que, como es de esperarse, procree a la siguiente generación de líderes. Mauricio en cambio vive con...