Iré con ustedes.

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Capítulo 22

Iré con ustedes.

Dafne sonrió ampliamente al encontrarse frente a frente con el humano, —oh muchacho; me alegra que ya estés mejor— pero al ver la mirada de desconcierto del chico dijo, —mi nombre es Dafne, llegamos anoche con Julián. ¿Él ya ha despertado?

—Cc-claro, adelante— abrió la puerta y les dejó ingresar, la voz de la mujer remotamente la recordaba de la noche anterior.

—Así que ya le dijiste, ¿eh?— exclamó el castaño en cuanto vio al gran lobo negro, —es un alivio que no se haya muerto de la impresión.

—Duncan, basta— la mujer le reprendió en un murmuro y luego miró al humano, —lamento lo bocón que pueda ser mi hijo.

—¿Hijo?— estaba seguro que esa mujer aparentaba tan sólo ser unos cuantos años mayor y que pasaría como su hermana, no su madre.

—Así es, mamá está aquí también— dijo Duncan orgulloso, luego volvió a mirar a su amigo, agitó la bolsa de papel que llevaba y dijo, —será mejor que cambies si deseas comida china, de otra manera no creo que puedas con los palillos, viejo.

Mauricio frunció el ceño, aún pasados algunos días seguía sin agradarle la forma peculiar que tenía Duncan de hablarle.

Segundos después, envuelto en la misma magia de hacía unos segundos, Julián se halló frente a ellos totalmente desnudo; inmediatamente Mauricio fue hacia la cama, tomó las prendas del pelinegro y se las arrojó; si las expresiones de camadería por parte del castaño no le gustaban, mucho menos que viera sin ropa a Julián.

—No te preocupes— habló Dafne, —este par ha estado junto casi desde el día en que Julián nació, los he visto nadar desnudos desde que eran así de pequeños— y elevó su dedo meñique derecho, haciendo una clara referencia a sus partes masculinas.

—¡Mamá!— reclamó Duncan con las mejillas rojas, mientras Julián terminaba de ajustar sus prendas con prisa; estar desnudo frente a Dafne y Duncan nunca le había incomodado, era algo normal debido al cambio; sin embargo esta vez prefirió no demorar demasiado.

Dafne ahogó una risa y le revolvió el cabello a su hijo, pero sin dejar de prestar atención a las reacciones de Mauricio, —cariño, no hay nada de qué avergonzarse, eran tan sólo unos cachorros.

El humano estaba seguro que en otras circunstancias hubiera aprovechado ese comentario para reír e incluso burlarse de Duncan, pero la imagen en su cabeza, la idea de que el castaño conocía bastante bien a Julián, le causó molestia. Además, aún tenía aún muchas preguntas, pero no sabía cómo o siquiera si era correcto hacerlas. Prefirió mantener la boca cerrada respecto a ese tema y agradecer, en especial a la mujer por haber cuidado de él la noche anterior.

.

—Sé que desearías permanecer en la ciudad por más tiempo, pero debemos irnos hoy mismo— dijo Dafne cuando estaban a la mitad de sus alimentos, la mesa de Mauricio era justa para cuatro personas.

—¿No podemos esperar por lo menos hasta mañana?— Julián quiso saber. No había viajado para estar sólo unas horas con su pareja.

La mujer negó con la cabeza, —tu padre quiere que regresemos pronto— miró a Mauricio de soslayo antes de agregar, —Gina está por llegar a Rilltown,

Para ese entonces Julián les había dicho a sus amigos que Mauricio estaba al tanto de la situación, así que la mención de Gina no merecía una explicación detallada.

—Aún falta una semana.

—Lo sé, pero eso es lo que ha dicho tu padre. Además, le prometí que en cuanto estuvieras de regreso le explicarías todo, no es bueno que piense que sólo has escapado porque sí.

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora