Capítulo 15.
Leche y galletas.
Bernardo bajó de prisa los escalones y se apresuró por el vestíbulo para llegar a la puerta principal.
—¿Tenías que traer al perro? Pudiste haberlo dejado allí— exclamó al abrir, dirigiéndose a su hermano mayor, pero mirando con desdén a Duncan.
—¿Qué no tienes otra cosa mejor qué hacer; cómo esconderte bajo las faldas de tu mami?— le atacó el castaño.
—Imbécil.
—¿Dónde está papá?— intervino Julián, intentar detener la riña entre ellos no tenía mucho sentido.
—En su oficina. ¿Hablarás con él ahora?
—Sí; terminaré con esto de una vez por todas— contestó dando los primeros pasos hacia la dirección que el menor le había indicado.
Bernardo trató de seguirle y dijo, —no creo que sea una buena ide...— pero el joven beta le detuvo al sujetar su antebrazo.
—Déjalo— pareció más una exigencia por parte de Duncan.
—Quiero mucho a mi hermano y por eso accedí a persuadir a mamá para que aplazara los preparativos. ¿Pero cancelar? La reputación de nuestra manada está en juego; no puede cancelar la boda por capricho, no entiendes.
—Eres tú el que no entiende, maldita sea. Ojalá nunca estés en una situación como la suya.
—¿De qué hablas, perro? Y ya suéltame— tiró de su brazo para zafarse y le miró con molestia antes de marcharse y dejar solo al beta en el vestíbulo.
...
—Adelante— Adolfo contestó ante el llamado sin levantar la mirada de los papeles que se extendían sobre su escritorio.
—Estoy de vuelta, padre— exclamó Julián después de ingresar y cerrar la puerta a sus espaldas.
—¿Julián?— el hombre no se lo esperada, —no pensé que regresaras antes— se recargó por completo en su silla, acomodándose mejor en su lugar y agregó con una sonrisa confiada, —veo que estás ansioso, pero no te inquietes, tu madre está planeándolo todo; ni tú ni Gina tendrán de qué preocuparse.
—De eso justamente quiero hablar contigo.
—¿Qué es?— Adolfo se reclinó al frente.
—No habrá boda.
—¿Otra vez con esa estúpida idea?
—No es estúpida.
—Ya habíamos discutido esto antes, hijo.
—Lo sé, y siempre cedía, pero ya no más— le miró desafiante— no voy a casarme.
—Lo harás. Y no se hablará más al respecto.
—Padre, no pienses que por ignorar el asunto cambiaré de opinión.
—Es tu deber como alfa, contraerás matrimonio con Gina De la Rosa.
—No puedes obligarme.
—¿No puedo?— frunció el ceño, —te llevaré a rastras yo mismo al altar si es necesario, y sabes que hablo en serio.
Tragó grueso, sabía que su padre sería capaz de eso y más; aun así dijo de nuevo con convicción; —entonces hazlo, oblígame— le reto, dispuesto a salir de allí y que esas fueran las últimas palabras.
Pero como siempre su padre no se quedó callado; —lo haré. Y este acto de rebeldía por tu parte no será pasado por alto, a partir de ahora formarás parte de la guardia, entrenarás y servirás a la manada como si fueras un delta; serás un alfa sólo de título.
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Moonlight
WerewolfJulián está próximo a tomar su lugar como primogénito del Alfa de la manada; lo que significa que deberá unirse a una hermosa y fuerte hembra para que, como es de esperarse, procree a la siguiente generación de líderes. Mauricio en cambio vive con...