¿Y tú?, ¿Me amas?

Capitulo 22

Fernando•

— ¡Por qué demonios haces eso escuincle!— le oí gritar a Enrique.

Enrique tiro el arma al suelo. Entonces aproveche y lo golpee en la mejilla.

Me regreso el golpe, pero lo esquive.

Lo tire al suelo y golpee repetidas veces en ambas mejillas.

Me voltee ahora con mi hija parecía que estaba en otro mundo. Recibí entonces un golpe de Enrique, dejándome ahora debajo de el.

Ana había desaparecido de la habitación ¿Dónde se metió?

Vi de pronto que Ana se acercaba con nosotros, le pego a Enrique en la nuca con un florero de cristal. Cayendo al suelo al instante.

Me levante y noté que ya llevaba ropa.

– ¿Están bien?– pregunte. Ana asintió.

Entonces voltee con Fanny, bajo la mirada y quito su mano del estomago, la cual tenía llena de sangre.

– ¡Pa-pá!– le oí decir antes de que se desvaneciera.

La cargue y salí de la habitación. Ana detrás de mi.

Bruno y Manuela estaban junto con los niños en la sala, era evidente que el ruido iba a despertarlos.

Camine más rápido para evitar que los niños vieran a Fanny.

– ¿Que pasó mis pequeños, una pesadilla?– oí decir a Ana.

Camine aún más rápido. ¿En donde me iría?

– Voy contigo...– dijo Ana, subiéndose al auto y encendiéndolo.

Puse a Fanny sobre el asiento del copiloto  y corrí hacia el de el conductor.

– ¿Tu quieres conducir?– se bajó entonces del auto.

– No, quédate con los niños, llama a la policía y espera a que llegue para que Enrique no escape. ¿Entendido?

– Si si si, lleva a Fanny, sálvala...

Entró corriendo a la casa, yo arranque y estuve hablándole a Fanny, para evitar que perdiera la conciencia.

Ana•

Entre a la casa de nuevo, Bruno y Manuela llevaban a los niños a sus habitaciones.

– ¡Anita, Valeria se fue a tu habitación para esperarte!– ¿Qué? ¡No no!

Asentí y prácticamente corrí hacia mi habitación.

Abrí lentamente y Enrique estaba frente a mi hija, aún en el suelo. Corrí hasta ella y la cargue.

– ¿Quién es ese señor, mami?– Le di un beso en su mejilla.

– Es... una persona mi amor, que es mala.– sentí como Enrique me tomaba del tobillo–. ¿Me haces un favor? Ve con tus hermanitos, en un momento voy con ustedes ¿okay?– la baje de mis brazos y salió corriendo.