Edom.
Robert POV
Ya han pasado algunos días desde que peleé con mis hijos, he pasado todo este tiempo sin poder dormir, la runa de Clarissa es fuerte, los hermanos silenciosos se niegan a quitarla, porque según ellos solo la persona que la aplica puede borrarla, así que hoy estoy decidido a ir y exigir a la chica que me borre esa maldita cosa del pecho antes de que termine matandome.
Llegué al Gard al medio día, la cónsul Penhallow me había ordenado que no fuera en la mañana porque Alexander y ese asqueroso brujo iban a tener una reunión con ella y no me quieren cerca... Como si eso cambiara algo.
El Gard estaba igual de agitado que de costumbre, las personas se chocaban allí y acá para poder entregar los informes de misiones importantes a tiempo. El brujo que contrate para mandarme de vuelta al instituto de Nueva York estaba esperando en la puerta del edificio mientras hablaba con otros subterráneos que seguramente estaban aquí por llamado de La Clave.
Al momento de cruzar el portal me llevé una increíble sorpresa al ver el instituto decorado con todo tipo de boberia mundana. Corrí un par de globos azules de mi cara justo a tiempo para ver a mi hijo cruzar la puerta seguido por ese demonio maldito... Peor, dos demonios malditos, al parecer no le bastó el acostarse con uno ahora también se le dio por criar a otro y ensuciar el nombre Lightwood de por vida. El horror más grande fue ver a toda mi familia sonriendo y halagando a los "afortunados padres primerizos".
No me dio tiempo ni de pestañear, cuando Magnus me noto, sus ojos de gato relucieron y de su boca salieron susurros inentendibles, enseguida me di cuenta de lo que hacía; recitaba un hechizo. No pude ni imaginar siquiera cuál, el suelo bajo mis pies se abrió y caí al vacío. Un inmenso vacío infinito. Perdí la conciencia luego de lo que parecieron horas cayendo y para cuando desperté estaba en Edom. Es decir, nunca había estado ahí pero todo coincidía, los suelos áridos y sin vida. El sol tan cerca que quema a cada paso. Fuego y olor a muerte. Pedazos de criaturas reposaban en todos lados. Gritos y alaridos que se colaban por mis oídos a cada segundo.
Ese maldito brujo literalmente me envió al infierno.
Humo negro empezó a salir del suelo. Asmodeus se presentó ante mi.
-Tu no has cumplido con tu parte del trato así que deberás pagar.- Dijo con una espeluznante sonrisa plasmada en su rostro.
Sin más el espeso humo cubrió mis ojos y lo siguiente que recuerdo es estar despertando en esta asquerosa habitación, colgado a centímetros del suelo. Tengo cuerdas que me sostienen por las muñecas. Mi cabeza duele y me cuesta respirar. Sin armas, estela o ropa que me proteja... Estoy a la deriva en un mar de lava. A mi lado puedo ver una mesa con instrumentos de tortura, un mueble con especias y pociones que me estremecen con solo leer las gastadas etiquetas.
Asmodeus se acerca sonriendo torcidamente, de forma especialmente macabra. Sus ojos son tan iguales a los de su hijo que es como si el brujo mismo se estuviera vengando a través de las acciones de su padre sin siquiera saberlo. En completo silencio se acerca y me da a beber algo de color verde, luego desaparese nuevamente en las sombras. De mi boca comienzan a salir babosas y caracoles. Los cuales escupo por unas cuantas horas, aunque no sabría decir cuántas exactamente. Asmodeus vuelve más tarde y me obliga a tomar otra pocion, esta es color morado claro, más viscosa, su efecto hace que todos y cada uno de mis órganos empiecen a arder como si se estuviesen rostizado. No se cuanto duro esta vez la tortura pues mi cuerpo estaba tan débil que por momentos perdía la conciencia. La quinta vez que desperté fue con hambre y dolor. Todo el cuerpo me dolía, pero por suerte lo que sea que me había tragado hace rato ya se había ido de mi sistema.
Desgraciadamente seguía colgado de la misma manera. Asmodeus se acercó y me arrancó los genitales de un solo tirón para dárselas de comer a un par de demonios menores que pasaban por ahí. Volví a desmayarme gracias al insoportable dolor. Abrí los ojos con pesadez. No sabía cuánto llevaba así pero no podía resistir más. En todo este tiempo no había dicho nada pero ya no resistía, debía encontrar la manera de liberarme.
Cuando Asmodeus volvió a aparecer y las lágrimas comenzaron a salir sin parar, le rogué que me dejara libre, que me matara de una vez e incluso intenté convencerlo de darle secretos Nefilims a cambio de mi libertad pero él solo se carcajeo en mi cara, tomo un par de hierbas y creo una poción de color rojo. La aplicó sobre mis runas y se fue. Pocos minutos después cada una de ellas ardía, se desvanecian. Era el peor castigo que existe para un cazador y él lo tenía sumamente claro.
Un par de horas después, o quizá días, el tiempo era tan raro, desperté en una celda hecha de piel y huesos, el aroma a azufre y muerte era insoportable. Asmodeus me miraba sonriente desde una esquina.
-Aquí te divertirás- Dijo. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. El demonio soltó una carcajada que desapareció en un parpadeo junto al resto de él. Justo después tres demonios ONI aparecieron frente a mí, me golpearon por horas y se fueron. El resto de mis dias los pase asi, entre mis propios desechos, rodeado de piel y hueso, golpeado, humillado.
![](https://img.wattpad.com/cover/106787675-288-k443295.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Buscando Un Amor Olvidado. Corregida
FanfictionAsmodeus se ha vuelto a meter en la vida de nuestra pareja favorita, ¿Qué creen que intentará esta vez? Y más importante... ¿Logrará su cometido?