Capitulo diez.

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Decir la verdad hace todo más fácil.

Alexander despertó con el molestó sol que se colaba a través del cristal, levantó su mirada y recorrió la habitación, a pesar de ser suya no había nada que lo indicase, parecía incluso que había dormido ahí por error. Después de una larga lucha consigo mismo por levantarse se dio una extensa y relajante ducha y fue a la cocina, sabía que se encontraría con Maryse en algún momento y que tendría que explicarle todo pero esperaba ilusamente que no fuera tan temprano.

- Hijo, entiendo si no quieres hablar... Pero...- Maryse si, se encontraba ahí y no perdió ni un segundo al avistarlo, había algo en sus ojos, una preocupación sincera y abrumadora que parecía querer ocultar. Y pese a que su madre era experta en el tema, él era su hijo, no le tomó ni un segundo notar como se aferraba a la taza de café en sus manos, casi como si esta fuese su único soporte.

-No te preocupes mamá... Supongo que en algún momento te lo tenía que contar de todas formas. ¿No?- Respondió el Nefilim con una pequeña risita forzada.

-¿Te ayudamos?- Preguntó Jace parado en el umbral que llevaba a la sala, por primera vez en mucho tiempo, tímido. Detrás de él; Izzy, Clary y Simón, espiaban en escalera con sonrisas tranquilizadoras.

-Aprecio que me apoyen hermano, pero no pueden suplantarme en esto.- Respondió Alec serio.

Maryse creyó que su corazón iba a salir corriendo en cualquier momento.

-¿Te molesta si me quedo?- Preguntó Isabelle acercándose a su hermano mayor, colgándose de su brazo en una clara señal de que no se iría ni aunque él estuviese en desacuerdo con ello.

-En realidad se los iba a pedir.- Alec emprendió camino a la sala para poder estar todos cómodos pero noto que dos personitas se quedaban atrás- ...Eso los incluye a ustedes mundanos...- Dijo con diversión volteando a ver a Clary y Simón, en sus caras se podía ver claramente esa expresión de hastío que decía; "hace rato que no lo somos, y te consta" más sin poner objeción alguna caminaron en silencio a sus espaldas. Al llegar y después de sentarse pasaron un par de minutos en los que nadie habló, Jace, Izzy y Maryse sabían que debían darle espacio a Alec para no ponerlo más nervioso, Simon y Clary se mostraban incómodos, no sabían exactamente qué hacían ahí.

-Mamá, primero que nada, dos cosas; no te enojes con Jace e Izzy por no haberte dicho esto antes porque es completamente mi culpa... Además estaré totalmente de acuerdo si me pides que me vaya. Lo entenderé.- Alec estuvo un buen rato contándole sobre lo ocurrido en las últimas semanas y para cuando terminó Maryse hizo tanto silencio como cuando lo escuchó. Él creyó que le gritaría y quizá hasta que le daria algun que otro golpe, en cambio cuando la mujer salió de su letargo se abrazó a su hijo como nunca lo había hecho antes, eufórica. Sus hermanos se sumaron sin dudar y consigo arrastraron a sus parejas en una perfecta toma de película.

-¡Voy a ser abuela!- Chilló de repente Maryse en medio del abrazo.

-¡Si!- Respondió riendo, retomando el aire que no sabía que había perdido.

-¿Esa es la razón por la cual discutieron con tu padre? - Preguntó en tono autoritario la pelinegra mayor.

-(...)- Alec dudo en responder- Más o menos...

Maryse se separó de Alec como si este le quemara.

-¡Alexander Guidion Lightwood! ¡Quiero que me digas ahora mismo lo que sea que te estés guardando! ¡Ahora! - Exclamó la mujer haciendo temblar a sus tres hijos con el recuerdo de años pasados donde su madre, como directora del instituto no les tenía ni la más mínima clemencia.

Ante la intensidad de su mirada Alec no tuvo más remedio que contarle... Sintió que se sacaba un peso muy grande de encima, pero volvió a temer en cuanto vio a su progenitora salir disparada, gritando obscenidades al tiempo que mandaba un mensaje de fuego, seguramente solicitando un portal a Idris.

-Definitivamente, ni el ángel Raziel lo salvará de esta- Comentó Isabelle resignada.

Buscando Un Amor Olvidado. CorregidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora