Mi molesto compañero ~Jikook~

Parte 7

Salimos de la tienda con una bolsa llena de dulces, chocolates y unos cafés. Cruzamos la calle y buscamos un lugar para sentarnos, al final nos decidimos por un lugar que estaba cerca del centro del parque, al lado de un árbol. Jimin se sentó apoyando su espalda en el árbol, y yo me senté entre sus piernas, con mi espalda y cabeza contra su pecho. Él me rodeó con sus brazos, y yo tomé sus manos. Luego de estar un rato así, Jimin comenzó a sacar cosas de la bolsa.

-¿Qué quieres comer primero? -me preguntó.

-Chocolates -dije pasando mi lengua por mis labios.

-Perfecto, porque yo también quería eso. Tomemos los cafés que ya deben estar tibios.

-Sí, tienes razón -me senté frente a él y comencé a tomar mi café, y Jimin el suyo.

-Siéntate sobre mis piernas -dijo extendiendo sus piernas e indicándome que me sentara. Me moví y me senté sobre sus piernas. -Come chocolate -dijo mientras me ponía chocolate en la boca.

-Yo puedo comer solo, ¿sabes?

-No seas arisco, ahora atrapa este trozo con tu boca -agarró un pedazo de chocolate y comenzó a moverlo por todas partes, mientras yo intentaba atraparlo con la boca abierta.

-Ya me cansé, dámelo tú.

-Toma -dijo riéndose.

-Prueba este -tomé un trozo de una barra de chocolate que estaba frente a mí y se lo metí en la boca. -¿Te gusta?

-Ajam...

Luego de un rato de comer chocolates, Jimin me preguntó:

-Kookie, tú ¿quieres ser mi novio?

-No sé, Jiminie, déjame pensarlo, ¿sí?

-Está bien, solo respóndeme una cosa: ¿confías en mí?

-No lo sé, tengo miedo de que hagas lo que haces con todas las chicas. Además, tú eres más grande y te puedes estar aprovechando. No sé si estás jugando conmigo o me amas de verdad.

-No, Kookie, lo que siento por ti es diferente, es amor. Te amo desde el día que te vi sentado leyendo en tu cama. Estabas tan lindo, como siempre. Después, cuando hablaba contigo, era diferente porque no eras como todos esos chicos que querían ser mis amigos. A ti no te importaba nada de lo que piensen sobre ti, eres uno de los pocos que no vive en una farsa. Por eso me gustas, porque no eres como los demás. Tú eres especial, Kookie, no te imaginas cuánto.

Las palabras de Jimin estaban haciendo que me derritiera de amor. Estaba siendo sincero en lo que decía.

-Gracias, Jiminie -le di un beso en la mejilla. -Seré tu novio.

-¡Sí! -dijo felizmente- de ahora en más serás mi bebito.

-Yo no seré el bebito de nadie.

-Tarde -dijo dando un corto beso en mis labios -ahora eres mío, no quiero ver a ningún chico a tu alrededor, ¿de acuerdo?

-No podría fijarme en otra persona que no seas tú, Jimin.

-Bueno, mucho mejor, porque no te pienso compartir -dijo abrazándome.

-¿Sabes algo de Hoseok y Tae? Ese día me dejaste pensando bastante. ¿Tú crees que están saliendo?

-No sé si están saliendo, pero algo se traen. Yo creo que se gustan. ¿Por qué no le preguntas a Tae?

-No creo que me lo diga, sino me lo ha contado por algo debe ser. ¿Quizás tiene miedo de que te lo cuente a ti y te enojes con Hoseok?

-Sí, puede ser. Tenemos que averiguarlo. Por ahora, mantengamos lo nuestro en silencio, a ver qué dicen o hacen ellos, ¿te parece?

-Por mí está bien. Tengo que averiguar qué trama mi amigo.

-Genial, ¿qué se te ocurre que podemos hacer?

-Mm... No sé. Podemos salir esta noche con ellos y ver cómo actúan, ¿sí?

-Buena idea, por eso te amo tanto, eres muy inteligente.

-Sobre la inteligencia, pues lo que te dije el otro día aquí era mentira. Simplemente me estaba aprovechando de lo estúpido que eres.

-¿Aun crees que soy tonto, no?

-Ai, pero eso es lo que me gusta de ti, eres bastante ingenuo, ¿en serio, 8 kilos de helado para hacer crecer la inteligencia?

-Me parecía sospechoso, pero era capaz de hacer cualquier cosa para pasar tiempo contigo.

Reímos un rato y luego organizamos con Hoseok y Tae los horarios por el celular vía WhatsApp. Quedamos en encontrarnos a las 10 en nuestra habitación y luego iríamos a la fiesta de Jin, uno de los amigos que tiene Jimin. Iba a ser una fiesta tranquila, ya que todos irían a la fiesta de un chico de cuarto, cuyo nombre desconozco. Me bañé y me vestí, Jimin hizo lo mismo, y luego nos quedamos esperando a los chicos mientras hablábamos de cosas irrelevantes.