Parte 19

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Abrí la puerta de la habitación 134 y vi a Jungkook. Ni bien me vio entrar, se levantó de la cama y corrió a abrazarme.

-Hola, Jiminie -me dejó un beso en la mejilla.

-Hola, Kookie. ¿Cómo has estado? -le pregunté.

-Bien, creo... -agachó la cabeza. -¿Triste, quizás...?

Levanté su cabeza poniendo dos de mis dedos en su mentón.

-Aquí estoy yo para que hagamos algo divertido. ¿Qué se te ocurre?

Una sonrisa de ansiedad por elegir lo que haríamos pintó su bonito rostro.

-¿Podemos hacer una travesura también?

-Lo que quieras.

-¡Eres el mejor, Jimin! -besó mis labios de manera dulce y se sentó en su cama a pensar en qué podríamos hacer. Me senté a su lado y esperé a que decidiera. En un momento se volvió con una cara pícara y me miró.

-Espera, ¿a qué te referías con travesuras?

-Eso lo dejamos para la noche... Solo si te quedas a dormir.

-¿Puedo quedarme a dormir? -le pregunté sorprendido.

-Sí, porque soy menor y puedo tener a alguien que me acompañe.

-Está bien, solo déjame que le escriba a tu hermana para que le avise a la directora. Ella sabe que estoy aquí porque para salir un martes solicité su permiso. No creo que una falta le haga nada.

-¿Tienes el teléfono de mi hermana?

-Sí, yo se lo pedí para poder hablar por si sucedía algo.

Se recostó en la cama y se tapó con sus sábanas. Maldición, Jimin, siempre metiendo la pata.

-Vamos, Kookie, es solo porque ella quería saber cómo estabas y yo también. No te sientas inseguro. Yo solo tengo ojos para ti.

-Ve y habla con mi hermana. De todos modos, le encantas. De seguro ya te has acostado con ella mientras estaba internado.

- No, Kook, no me he acostado con ella porque yo solo quiero acostarme contigo, sentir tu cuerpo no se compara al de una mujer. Me encantas tú, tu forma de ser, absolutamente todo de ti.

- Pero yo estoy mal de la cabeza y mi hermana no.

- Mira, Kookie, si me gustara tu hermana no estaría aquí, pero tu hermana no me gusta y a mí no me importa que estés mal de la cabeza, porque así, loquito como tú dices, me vuelve más loco de lo que tú estás.

Comencé a ver que empezaba a quitar las sábanas de la cara.

- Quiero confiar en ti, Jimin, pero mi mente no me deja... -dijo mientras una lágrima corría por su mejilla.

- Bueno, cada vez que no lo hagas, haré que vuelvas a confiar, toda la vida si es necesario. -Limpié la lágrima con mi dedo y uní nuestros labios en un cálido beso.

- Gracias... -se volvió a sentar como estaba antes y retomó- ¿Te quedarás a dormir, cierto?

- No creo que durmamos, pero digamos que sí. Ahora dime, ¿qué planeaste?

- Nada aún. ¿Se te ocurre algo?

- Bueno, si hacemos una travesura, no me dejarán entrar. Tiene que ser algo que no dañe nada.

- ¿Por qué dañarían algo? -dijo la enfermera entrando a la habitación.

- No por nada -respondí.

- Ah, claro. Bueno, Jungkook, te traje la merienda.

- No tengo hambre -dijo recostándose de nuevo en la cama mientras la enfermera colocaba la mesa sobre él.

- Tampoco tenías hambre al mediodía.

- Kookie, tienes que comer algo.

- No quiero comer nada.

- Hazle caso a tu amigo, tiene razón.

- Él no es mi amigo, es mi novio -dijo cruzando sus brazos. -Cuidado con acercarte, porque en la escuela todas babean por él.

- Quédate tranquilo, hacen bonita pareja.

- Gracias -le respondió. Yo me reí, me da bastante gracia que sea tan celoso.

- Kookie, ¿comerás?

- No quiero comer, ya se los dije.

- Jungkook, hace cinco días que no comes. Tendré que decirle al médico.

- No le digas al médico, sino tendré que quedarme más tiempo aquí.

- Si yo prometo traerte algo rico, ¿comerás?

- Si me traes algo rico, sí.

- Bueno, pero antes tengo que ver lo que le traes y si él lo come.

- Trato hecho -dijo Jungkook.

Me dirigí a la pastelería más cercana y le compré una torta de chocolate con chispas y un café con crema, y volví al hospital.

- Aquí traje tu merienda, la enfermera ya la aceptó, solo falta que la comas.

- Mm... Chocolate -comenzó a comer la torta y se tomó todo el café bastante rápido. -Ya extrañaba comer.

- Me alegra verte comer -sonrió, y la crema del café en sus labios lo hizo ver tan dulce como siempre. Sonreí ante su gesto.

Estaba recostado en la cama, esperando a que Jungkook saliera del baño. Cuando salió, se recostó a mi lado y dijo:

- Ya están todos durmiendo -susurró en mi oído. -¿Qué se te ocurre que podemos hacer?

- No se me ocurre nada.

- A mí sí -se acercó a mis labios y comenzó a besarme. El beso fue lento y lleno de deseo, luego se tornó más apasionado, lo que hizo que me pusiera sobre él. Al separarnos por la falta de aire, juntamos nuestras frentes.

- ¿Qué quieres, Kookie?

- Deseo que me hagas tuyo.

...

- Eso estuvo increíble -dije en un susurro.

- Lo sé -dijo cansado. -¿Esto se volverá a repetir?

- Las veces que quieras -dejé un beso en su frente. -Te amo.

Apoyó su cabeza en mi pecho y nos quedamos profundamente dormidos.

Mi molesto compañero ~Jikook~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora