Capitulo V

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—¿Ya tienes ginecólogo Ino?— pregunto Sasuke mientras cortaba el desayuno sobre su plato, miro fijamente a la rubia, deseaba ver su reacción y reafirmar las suposiciones de Suigetsu.

Ino dejó de cortar el trozo de fresa y miro de igual manera al azabache —Quiero esperar un poco más, además mi ginecóloga esta de vacaciones y... — Apretó el tenedor al ser interrumpida por su esposo—

—También es mi hijo y no pienso esperar a tu ginecóloga, ayer mi secretaria busco clínicas y esta me pareció la mejor, haremos una cita para mañana.

—Llamare a mi ginecóloga y veré si puede regresar antes, no pienso dejar que alguien totalmente desconocido invada mi privacidad— dijo firme

Sasuke sonrió burlón —no pensabas eso cuándo estábamos en la universidad cariño—

—Bueno, si me hubieses aclarado que teníamos una relación en lugar de solo verme de manera ocasional — respondió molesta.

—No teníamos una relación, tu eras libre de hacer lo que con normalidad estabas  acostumbrada

—Pues no pienso ir — dijo lanzando los cubiertos sobre la mesa.

—Bien, entonces quiero el divorcio —demando el Uchiha —Ino le miro sorprendida— ¿Que?— dijo a penas con un hilo de voz

—Qué si no empiezas por darme mi lugar como esposo no pienso esperar sentado a ver como empiezas a minimizar mi autoridad como padre, tu decides o vamos a la clínica de ese folleto o te vas consiguiendo al mejor de tus abogados.

—Esto es ridículo — el repiqueteo de sus zapatos de tacón se escucho más de lo habitual mientras subía las escaleras.

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—Ayer me la pase genial Naru, escuche que hoy habrá una fiesta en la playa, con fogatas, cerveza y mucha botana,que dices ¿nos unimos?— en pelirrojo junto sus manos en señal de súplica.

El de ojos azules apretó los labios, se había distraído, sí, y casi consiguió olvidarse de Sasuke y sus ganas de estar con él en una fiesta de esas dónde luego de un rato y unas bebidas en el organismo muchas parejas se dedicaban a besarse, abrazarse y decirse palabras al oído consiguiendo que las mejillas de sus interlocutores tomaran un tono carmín,buscó en el baúl de sus memorias y se sintió decepcionado por que no encontró más que a un Naruto deseoso de verlo llegar a su departamento, con películas para ver en la sala, comida a domicilio y una habitación con sabanas revueltas producto sus demostraciones de "amor". No había vida de pareja más que esa. Y con todo y eso le extrañaba y le dolía hacerlo. Por qué Sasuke podía ser prohibido pero nada era tan real como ahora, antes él decía no amar a nadie como le amaba a él, pero ahora venia un pequeño ser en camino y quemaba como el infierno imaginar las manos que le acariciaban a él, repartiendo caricias a alguien más, los labios que exploraban cada tramo de su piel, deambulando en otra ajena — se mordió el labio inferior pero sin llegar a lastimarse.

—Pero con una condición

Gaara no hablo le miraba atentó.

—Qué si alguno de los dos — se señalo a si mismo y luego a Gaara— consigue " ligar" se olvidara del otro hasta el día siguiente.

Gaara se quedo con la boca abierta, eso no se lo esperaba. —¡Bien!— respondió aun con el asombro dibujado en el rostro

Y no es que Naruto en realidad tuviera la intención de enredarse con alguien, sólo que había visto a varios chicos babear por Gaara pero su amigo estaba mas interesado en cuidar de él que ni se dio por aludido, hoy sería su última noche en Tailandia y quería que al menos un día se la pasara realmente bien, además era un desperdicio para la humanidad que alguien tan bonito como lo era su mejor amigo dejará a todos aquellos interesados sin una evidencia de lo que era quizá tener entre sus brazos a un digno Sabaku No.

Decidieron  ir de compras, ropa para la velada en la playa y algunos recuerdos para la familia de Gaara, Naruto llevaría flores en cuanto pisara Japón de nuevo y, mientras Gaara estaba en el probador Naruto vio una vitrina con accesorios, decidió acercarse a ver, había pulseras tejidas con hilos de colores, pulseras para adornar los pies hechas de hilos y piedras de colores, pero quedó encantado con un bonito collar donde los hilos envolvían una piedra azul.

—Si no lo vas a llevar tú, entonces pienso llevarlo yo, seria un bonito obsequio — aquella voz ronca le hizo dar un pequeño salto. Fruncio el ceño

Naruto se giro para ver cara a cara al arrogante que intentaba "robar" su compra — Pues... —paso saliva, el hombre que tenía frente a él era bastante guapo y la camisa negra con los primeros botones abiertos dejaban ver parte de su torso desnudo y bien trabajado, pero el toque de sensualidad de aquel hombre era su cabello platinado —t- tenga, hay muchos de donde escoger—Naruto quiso darse un pellizco por tartamudear ¿que era, un crío de trece años? ¡No! A sus 23 años y actuando como si la pubertad regresara a él.

El hombre tomo el colgante y lo entregó a la señorita que atendía el mostrador, ella lo tomo con una sonrisa y paso la tarjeta que aquel hombre le extendió. Naruto por su parte miro al hombre con algo de indignación, bufo molesto y dio la vuelta, ¡¿Por qué, los hombres sensuales eran tan idiotas?!

El de pelo platinado miro atento la dirección que tomo aquel no tan afeminado doncel y una sonrisa divertida apareció en su rostro, la noche anterior lo había estado observando en el antro, pero su amigo pelirrojo parecía estar adherido a él y no hubo momento de tregua para poder acercarse, por eso cuando lo vio en el interior del establecimiento de ropa no dudo en dejar lo que estaba haciendo para intentar al menos hablarle, no había salido como eran sus deseos pero algo era mejor que nada. La chica le extendió el artículo ahora guardado en una pequeña bolsa de papel para regalo.

—Gracias linda— le guiño el ojo y salio en busca del doncel.

—Gaara, ¿vas a tardar? — Naruto notó que su amigo aun no salia del cambiador y el comenzaba a impacientarse.

El pelirrojo salio con un bonito traje color verde militar que detallaba cada curva de su cuerpo, los pantalones se ceñían a sus piernas como una capa de piel más y un saco de un sólo botón que marcaba su esbelta cintura — ¿Crees que sea correcto este atuendo para hoy en la fiesta de la playa?— preguntó mientras giraba sobre si mismo.

Naruto le dio el visto bueno con una sonrisa — te ves muy bien Gaara, creo que tendrás una excelente noche— le guiño un ojo — Gaara noto a unos pasos detrás de su amigo aun hombre que su parecer estaba para pecar sin remordimiento alguno — ¿ya viste Naru? — cielos, esta súper bien de todo.

Naruto giro la cabeza para mirar a donde indicaba su amigo — Sí, pero es un total idiota— declaro molesto

—¿lo conoces?— interrogó Gaara

—Hace un rato, pero no pierdas tiempo, tengo hambre—

—Ah, sí, ya me cambio y nos vamos— Gaara dejo de observar al hombre y entro de nuevo al cambiador.

—Mi nombre es Hatake Kakashi, no me diste tiempo hace un rato de presentarme — dijo ofreciendo su mano al rubio, quien hizo una mueca con la boca, pero la educación que había recibido le obligaba a no dejar a nadie con la mano estirada.

—¿sera por qué no estaba interesado en esos datos? — dijo sin poder controlar su lengua.

Kakashi sintió un hormigueo en su mano al estrechar la mano del rubio y, es que el rubio era agridulce con él, prefirió dejar las cosas hasta ahí, de todos modos había escuchado que irían a la fiesta de la playa y él se encargaría de forzar un encuentro más.

—No quiero  causar mas incomodidad a alguien tan hermoso, fue un gusto... — miro directo a los ojos azules, quería su nombre.

Naruto se debatió entre inventar un nombre falso o decir la verdad.

Naruto — dijo al fin, de todos modos no le volvería a ver.

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—Ya me ha preguntado por mi ginecóloga — dijo Ino a la persona que estaba del otro lado de la línea, estaba fastidiada de todo.

—¿Y que haré entonces? Se pondrá furioso cuándo se entere.

—Tienes que distraerlo un poco más, dale algún relajante en las bebidas.

—¡¿Qué dices?! No, no haré eso.

Y colgó.



Amor Mio DejalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora