Capítulo 10. "Contrato"

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Con los ojos cerrados se mantenían acorrucados para protegerse del frío de Seúl, hasta que una suave melodía acompaño el silencio de la habitación, logrando despertar al menor al descifrar que el sonido venía desde su móvil. Donghae se removió entre los brazos del rubio, buscando a tientas su molesto aparato para callarlo. Aturdido se preguntaba si acaso había puesto la alarma más temprano de lo que debía. Al tomarlo entre su mano, lo levanto para ver entre sus ojos medio abiertos y adormilados la llamada entrante. Sin fijarse en el nombre, contestó.

--Hola—con su voz adormecida y baja evitando despertar al mayor.

--Es mejor que traigas tu trasero a mi departamento—Donghae escucho tras la bocina del móvil, la voz molesta golpeándole el oído y sobresaltándolo. En segundos estaba completamente despierto y seguro de que era Zoé quien llamaba y gritaba. Aun así despego el móvil de su oído y se fijó en la pantalla encendida, verificando que sí era ella quién llamaba. De reojo se fijó en la hora.

--¿Estás de broma, no? Son las tres de la mañana ¿acaso estás loca?—dijo, aunque por dentro moría por gritarle al haberle despertado pero mucho más por pedirle, exigirle como si fuera su dueña que fuera a su casa. Gracias a Dios había sido consciente de la presencia de su novio durmiendo a su lado, para contenerse, no quería despertarlo y hacerlo enojar. Habían pasado una noche increíble.

--¿Sueno a broma, acaso?—contestó Zoé con su voz elevada y molesta.

--No pienso salir a estas horas de la noche para ir a tu encuentro, vamos a vernos más tarde, a una hora razonable—dijo arrastrando cada palabra, sus ojos se iban cerrando lentamente. Quería descansar lo más que pudiera antes de que sonara su alarma y tuviera que enfrentarse a un nuevo día lleno de actividades.

--¿Estarás libre en unas horas? No, no lo creo—contestó ella por él--. Ahora trae tu trasero aquí—masculló, cansada de que se hiciera el difícil. Que todo se lo tomara a la ligera. << ¿Cómo quieres que se lo tome en serio si no sabe nada? >> ataco su voz interna; Da igual, no puede hacer lo que él quiera, le contestó ella.

--¿Y si no, qué? No puedes mandarme, Zoé. No eres nada mío—gruñó muy enojado. Molesto porque interrumpieran su agradable descanso junto a su novio.

--iré por ti y te sacaré de ahí sin importarme nada—aseguro ella, guardando un momento en silencio para ver si Donghae respondía a eso. Al no ver intensiones de aquello, añadió:-- No me desafíes, Donghae. Si no lo quieres por las buenas será por las malas entonces—ella suspiró--. Si en treinta minutos no estás aquí, iré por ti y te sacaré de tu casa, así sea de las orejas--. Y antes de dejarle decir nada, colgó.

Mierda, pensó Donghae. No quería separarse de los brazos que sostenían el calor alrededor de su cintura. Pero, refunfuñando, tuvo que hacerle caso al consejo que su voz interna le daba; Ir por las buenas al encuentro con ella y no lamentarse después por haberla desobedecido. Delicadamente aparto el brazo que rodeaba su cintura y se desplazó fuera de la cama hasta que sus pies tocaron el frío piso de la habitación. Buscando en la oscuridad su ropa, intentando hacer el menor ruido posible. Hyukjae aun dormía y sabía que si se despertaba, sería un gran problema añadido al que ya tenía. Bien abrigado salió del departamento, directo al encuentro con ella. No sin antes dejar un beso suave en los labios de su novio.

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--Hasta llegue antes—bufó exasperado Donghae.

Dentro del ascensor, tecleo el último piso. Un par de minutos después las puertas se abrían como bienvenida al hogar de Zoé. En cuanto entro su mirada captó papeles esparcidos sobre la mesita de estar acompañados de una enorme taza de café. Inmediatamente busco con la mirada a Zoé, encontrándola viniendo de la cocina con otra taza abrazando sus manos.

{EUNHAE} LA SEMILLA DE TU AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora