SIETE

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RECOMENDACIÓN: Escucha la canción Not About Angels de Birdy.

Narra August

Me sentía como un imbécil.

Lo único que lograba era alejar más a Sarah, cuando era lo que menos quería.

Sin dudarlo dos veces, intenté ir tras ella.

"Sarah" Dije tomándole la mano.

Una rubia se dio vuelta con el ceño fruncido. No era ella.

"Demonios" Murmuré y seguí buscando por toda la casa.

Sabía que haber besado a la otra chica le iba a molestar. Sabía que le iba a molestar, pero aun así lo hice.

No sabía por qué actuaba así con ella.

Estaba enojado con ella. Sentía rencor, me había abandonado en el peor momento de mi vida. 

No ver su rostro por los pasillos dolía y me gustaba culparla por mi conducta.

Bajé mis calificaciones, comencé a fumar, y lo peor de todo, terminé metiéndome con su mejor amiga.

Pero ahí estaba yo, hablando de ella como un objeto sexual.

Ella me hacía débil y eso no me gustaba. Ese August tímido ya no existía, o eso era lo que creía. Pero cada vez que estaba con ella, me sentía como en lo viejos tiempos. 

Me daba miedo volver al pasado, no soportaba la idea.

El alcohol me dificultaba mi búsqueda y me senté en las escaleras.

Puse mis dos manos en mi cabeza y despeiné mi cabello, frustrado.

"¿August?" Escuché una voz femenina.

Levanté mi cabeza y vi a Nina mirarme con cara extrañada.

"¿Estás bien?" Preguntó sin cambiar la expresión de su cara.

"Soy un idiota, he jodido todo" Respondí.

"Lo sé. Sé que eres un idiota, pero ¿qué has hecho?" Tomó asiento a mi lado y yo esquivé su mirada.

"Gracias por tu apoyo" Dije amargadamente. Me sentía pésimo y no podía sacar a Sarah de mi cabeza.

"Lo siento. ¿Me puedes decir qué te pasa?" Preguntó con más amabilidad. Notó la seriedad de mi estado.

"Sarah me debe odiar" Dije revolviendo mi cabello con mis dos manos, de nuevo.

"No puede ser, August, arreglaron las cosas hace menos de un día, ¿ya la cagaste?" Se veía sorprendida.

"Sí, joder. Sarah me gusta, me gusta mucho" Confesé dejándola sin palabras. "Me pone nervioso y lo único que consigo es alejarla más de mi"

"Hey, tranquilo" Me dijo pasando su mano por mi espalda. "Habla con ella. Dile todo"

"¿Estás segura de que funcionará?" Mi mirada estaba perdida.

"Hazlo antes de que sea demasiado tarde" Me susurró en el oído, poniéndose de pie.

"Tienes razón"

Comencé a buscar a Sarah en todas las habitaciones de la casa.

Me comencé a desesperar, tenía imágenes horribles, pasando por mi mente.

Intenté convencerme a mi mísmo de que seguramente, no estaba enfadada y tal vez estaba divirtiéndose en la fiesta.

Pero no estaba en la casa.

"¿Han visto a Sarah?" Pregunté a un grupo de chicas.

"Ha salido afuera" Contestó una de ellas.

Abrí la puerta y salí rápidamente.

"Sarah" Dije hablando conmigo mismo mientras caminaba por la calle. "Sé que puedo actuar como un imbécil la gran mayoría del tiempo, pero estoy enamorado de ti. Desde la primera vez que te vi, supe que no quería perderte. Eres tan frágil que quiero protegerte de todo, pero soy yo quien termina quebrándote. No quiero alejarte, odio cuando estás enojada conmigo. Es algo que me mata" Comencé a practicar en voz alta.

Quería decirle todo.

Vi dos figuras en medio de la calle.

"La única persona con quién quiero estar, eres tú. Siempre has sido tú. Mila nunca te logró reemplazar. Por eso te amo, te amo Sa..." Mi cara se deformó por completo.

Allí estaba ella, besando a otro.

Tenía a mi gran pesadilla frente a mis ojos. Sentí como todo el mundo se detuvo, como si yo fuese el único ser en este puto mundo respirando. No podía reaccionar.

La había perdido.

Había llegado demasiado tarde.

Sentía que me habían quitado algo tan mío

Me sentía vacío, me sentía horrible.

Me di media vuelta y comencé a caminar, dejándola atrás.

Mi iPhone se cayó de mi bolsillo y maldije en voz baja. No quería que nadie me viera.

Lo levanté y seguí caminando, mudo.

Yo me lo había buscado, me lo merecía.

Mi vida ya no tenía sentido. Ahora solo volvía a ser una mierda tal como era antes de conocerla.

Me sentía atrapado y me ahogaba, me ahogaba en mi propia angustia.

Llegué a la casa de Sarah y saqué las llaves de mi vehículo.

Busqué desesperadamente la botella de vodka que tenía guardada en la guantera.

La saqué y me senté frente al manubrio.

Sabía los riesgos que corría al meter la llave, pero ya nada me importaba.

Bebí de la botella, haciendo una mueca de disgusto.

Prendí el motor y pisé el acelerador.

Manejé descontroladamente a mi destino.

No estaba seguro de mis actos, pero la furia tomó control de mi cuerpo.

Fue entonces cuando comencé a recordar las palabras de Sarah.

"Eso no cambia las cosas August, me dejaste ahí, tirada"

"No me gusta este August"

"Ya no estoy enamorada de ti"

Mi pie presionó el acelerador a fondo.

Te culpo a ti Sarah, por haber despertado a este monstruo.

Tú tienes la culpa de todo.

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