TREINTA Y UNO

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Entré a una nube de humo por los cigarros que la gente estaba fumando.

La música rebotaba en mis oídos y me hacía sentir cierta adrenalina en mi.

Mi madre iba a llegar al día sigueinte, ya que su vuelo tuvo un retraso. Por lo tanto, decidí salir de fiesta con mis hermanastros.

La gente que pasaba a mi lado, me felicitaba por mi cumpleaños. Aunque no podía escuchar lo que decían, les respondía con una sonrisa.

Miré mi celular, pero no había ningún mensaje de August.

"¡Sarah!" Me di vuelta, encontrándome con Cindy y su novio. "¡Te ves muy guapa!" Miré a Ryan, quien me miró de arriba abajo, sin disimular. Yo esbocé una sonrisa, algo incómoda. "Toma, es tu gran noche. Aprovéchala" Me dio una cerveza y se alejó.

Mi palma se estaba congelando por lo fría que se encontraba la lata de cerveza. La miré por unos segundos y la abrí. Me dejé caer en la frescura del sabor amargo en mi boca.

"Es mi gran noche" Me reí al repetir eso. Tomé otro sorbo más largo y sentí una mano tocar mi cintura.

"¿Qué tal cumplañera?" Me susurró Joe, al oído.

"Hola" Respondí encontrándome con la mirada de Axel, quien se encontraba a su lado. "¡Qué bueno que vinieron!"

"¿Y? ¿No compartes?" La mirada de Joe estaba en mi cerveza. Hice una mueca y se la acerqué. El la tomó y bebió un poco, sin quitarme la mirada de encima. Podía ver que algo le sucedía a Axel y me incomodaba el ambiente que había entre los tres.

"¿Vamos por tequila?" Miré a Axel, esperando a que se animara.

"¡Estoy dentro!" Gritó Joe. Ambos miramos a Axel, en espera de su respuesta.

"Claro, ¿por qué no?" Mi amigo sonrió y grité con alegría.

Nos unimos a un grupo de personas, sentadas alrededor de una mesa.

"¡Eh! ¡Tenemos a tres chicos que quieren unirse!" Gritó un rubio que se encontraba borracho.

"Estamos haciendo rondas de shots. Aquí no se aceptan novatos, ¿están dentro?" Dijo una chica con estilo gótico. Llevaba el cabello azul y tenía piercings en su rostro.

Nos miramos entre los tres y suspiré, ignorando mi subconsciente.

El alcohol nunca se comportaba bien en mi, pero tenía ganas de olvidarme de todo y divertirme.

"Yo sí" Contesté apoyando mis manos sobre la mesa. Miré a Joe y Axel, quienes intercambiaron miradas y se unieron

La euforia recorría mis venas.

Mi garganta se encontraba en llamas. Tragaba y tragaba ese líquido sin tomar en cuenta lo que ocurría  a mi alrededor. El alcohól estaba haciendo su trabajo en mi y yo me dejé llevar.

Mi cuerpo comenzó a sudar y mi cabeza daba vueltas.

De un momento a otro, me encontraba bailando al ritmo de la música, entre risas y gritos por la adrenalina acumulada en mis venas.

Axel desapareció y Joe se acercó a mi. Tomé su mano y lo acerqué a mi para bailar con él. No podía parar de reirme mientras la música electrónica invadía nuestros oídos.

Apoyé mis manos en el cuello sudado de Joe. Me apoyé en él, sin dejar de mover mis caderas. Lo miré a los ojos y mis hormonas saltaban dentro de mi.

Sentí como sus labios besaban mi cuello, acelerando mi respiración. Y sin poder más, me lanzé sobre sus labios, transmitiéndole todo el poder que tenía él, sobre mi vulnerable cuerpo.

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