Narra August.
"¿Les relleno las tazas?" Preguntó una mesera joven y morena. Llevaba un delantal rosa que le resaltaba las curvas.
"Gracias" Acerqué mi taza y ella la llenó con café caliente.
Miré la tarjeta enganchada con la tela del delantal, tenía escrito el nombre Olivia.
La muchacha me dedicó una sonrisa tímida y se alejó.
"Viejo, esa chica te tiene ganas" Dijo Spencer mientras comía una rosquilla bañada en chocolate.
"¿De qué estás hablando?" Tomé un sorbo de mi café e intenté disimular que me había quemado la lengua.
"Está bastante buena" Me reí y negué con mi cabeza por los comentarios de mi amigo. Spencer no quitaba la vista sobre la pobre chica.
Le seguí su mirada y me encontré con la de ella. Ella pareció darse cuenta y giró la cabeza rápidamente.
"¿Qué tal tu nuevo empleo?" Preguntó.
"Bueno arreglo motocicletas y las remodelo. No es el mejor trabajo pero pagan bien. Lo suficiente para poder mantenerme y tener algo para la universidad" Pasé mi mano por la barba que me estaba creciendo por no afeitarme.
"Puedes quedarte en mi casa por todo el tiempo que quieras. Eres como un hijo para mi padre y para mi, un hermano" Apreciaba mucho todo lo que Spencer estaba haciendo por mi.
"Tranquilo, no quiero ser un dolor en el trasero. Ya me voy a ir, pero necesito ahorrar más dinero. Ahora estoy concentrado en mis estudios, estudiar atrás de una computadora es muy distinto a ir a la escuela. Estoy intentando acostumbrarme al sistema" Miré a la chica morena, que estaba tomándole el pedido a un grupo de chicos. Se notaba algo incómoda por cómo la miraban.
"Mierda, debo irme" Dijo mi amigo mirando el reloj que llevaba en la muñeca. "Déjame buscar mi tarjeta" Comenzó a buscar en los bolsillos de sus vaqueros su billetera.
"No te preocupes, yo pago" Recordé que tenía un poco de la propina que me habían dejado algunos clientes y la saqué de mi bolsillo.
"¿Estás seguro?" Preguntó preocupado.
"Sí, vete. Yo llegaré más tarde a tu casa, no me esperes" Spencer asintió y se levantó. Me despedí de él y le hice una seña a la mesera.
"¿Puedo ofrecerle algo más?" Era muy atractiva. Probablemente tenía novio. Tenía el cabello recogido en una cola, mostrando sus rasgos extranjeros, con claridad.
"No, gracias" Humedecí mis labios y tragué saliva. No podía dejar de mirarla. Era preciosa.
"Está bien. Serían cinco dólares" Su tono de voz era cálido y dulce.
"Te faltó cobrar el último café" Respondí amablemente.
"Lo sé" Sonrió y mordió su labio nerviosamente.
Eso me recordaba a Sa... A nadie.
"Gracias, Olivia" Ella se ruborizó y miró la tarjeta de su delantal.
Le entregué el dinero y el sonido de un vidrio quebrarse interrumpió el ambiente. Todas las miradas se desviaron hacia la mesa del grupo de chicos. Se les cayó un vaso que tenía gaseosa y todos estaban riéndose infantilmente.
"¡Mesera!" Gritó uno de los chicos. Tensé mi mandíbula al comprender las intenciones de esos imbéciles. Lo habían hecho a propósito. "¡Eh! ¡Morenita!"
"Tranquilo, no es nada nuevo" Me tranquilizó con la mirada y suspiró. Ordenó su delantal y guardó el dinero en un bolsillo. Se dio la vuelta y fue en busca de algo para limpiar la gaseosa desparramada y los pedazos de vidrio.
Me quedé sentado mirando a estos tipos. Eran solo un grupo de adolescentes con la hormonas encendidas, intentando parecer divertidos.
Olivia se acercó con una escoba en la mano y los idiotas se pusieron a hacer caras. No me esperaba ser el único que se fijaba en ella, pero me molestaba la actitud de inmadurez de ellos.
Después de limpiar, se dirigió hacia la caja registradora a cambiar unos billetes. Aproveché la oportunidad y me acerqué.
"Hey" Me sentí como un idiota al decir eso. ¿No pude haber dicho algo mejor?
"Hey..." Respondió ella con timidez.
"Déjame invitarte a algo" Levantó su mirada y suspiró.
"No lo sé... Entre la escuela y el trabajo, no tengo tiempo" Sabía que eran puras excusas, pero aún así, algo tenía ella que no me permitía dejarla ir.
"¿A qué horas sales hoy?" Ella levantó una ceja y negó con su cabeza.
"Tengo que cerrar la cafetería. Lo siento, estoy ocupada" Sacó una cantidad de billetes y se alejó hacia una mesa.
Me senté en uno de los taburetes frente al mostrador y esperé a que ella volviera. Cuando lo hizo, dejé un billete sobre el mostrador y ella abrió su boca.
"Creo que te estás equivocando de per..." Comprendí de inmediato lo que pensaba que yo insinuaba.
"No, quiero una malteada" Su rostro se relajó y se ruborizó. Yo me reí por su reacción.
"No puedo creerlo, me siento como una estúpida" Su timidez me encantaba.
"¿De qué sabor la malteada?" Sabía que estaba intentando desviar el tema.
"Chocolate" Respondí sin dudarlo. Era extraño pedir una sola malteada y no otra de frambuesa para Sarah.
Sarah.
Hace un tiempo que no hablaba con ella. Probablemente estaba mejor.
Dejé todos mis sentimientos en esa carta y lo que recibí a cambio no fue nada justo. Me sentía avergonzado. Probablemente se rió al leerla, aunque yo sabía que ella no era así.
Esa chica me volvía loco y era imposible de olvidar. Fue mi primera amiga, mi primer amor. Su actitud me confundía y no sabía que quería de mi. Sentía que no le podía dar lo que quería aunque ya ni sabía si me quería realmente a mi.
Pero así es el amor. A veces parece perfecto y fácil, y otras veces es jodido y una mierda.
Pero me mudé por un nuevo comienzo, por nuevas oportunidades.
"Está bien" Asintió la morena mientras buscaba los ingredientes.
"¿Por qué trabajas aquí?" Pregunté mirando como metía una mezcla en la licuadora.
"Es una larga historia" Dijo sin levantar la vista.
"¿A qué hora cierra esto?" Pregunté.
"En media hora"
"Entonces tenemos bastante tiempo" Ella sonrió y negó con su cabeza.
"¿Qué quieres?" Preguntó ella sirviendo el espeso líquido en un vaso de vidrio.
"Conocerte" Me miró con una sonrisa que me enamoró por completo. Quería conocer a esta chica, saber cada detalle sobre ella.
"No soy tan interesante como crees" Me acercó la malteada y lo tomé. Sus dedos rozaron los míos y ella pareció notar esto. Mordió su labio y no quité mi mirada sobre ella.
"Soy August"
"Olivia"
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Electricity
Teen Fiction¿Qué sucede si uno se enamora de la persona indicada, en el momento incorrecto? Sarah, una chica por cumplir sus dieciocho años, vuelve a su secundaria, después de un poco más de un año bajo controles médicos, para finalmente graduarse. Quiere volve...