VEINTINUEVE

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Agarré con fuerza la almohada, chocándola contra mi rostro húmedo por las lágrimas.

Mi respiración estaba entrecortada y mi cuerpo sudaba.

Otra noche más, misma pesadilla.

Me quedaban dos horas para que sonara mi despertador. Sentía la debilidad de mi cuerpo y mis parpados pesados. Respiré hondo e intenté dormir de nuevo. Las cicatrizes del accidente me dolían.

Pasé mi dedo delicadamente sobre una marca que tenía en mi estómago. Recordaba la voz de August en el teléfono, el miedo y la paz.

Me levanté y caminé hacia el baño, adolorida. Tomé uno de los frascos con pastillas y saqué una aspirina. La puse sobre mi lengua y bebí agua directamente desde la llave, para poder tragarla con facilidad.

Me sequé la boca con mi mano y me miré al espejo. Mi mirada estaba perdida, mis ojos rojos y mis labios heridos, de tanto mordermelos.

Volví a mi habitación y miré el sobre que me había entregado August. Tragué saliva y me metí dentro de las sábanas. Intenté ordenarlas y acomodarme para dormir, pero el tiempo pasaba y mis ojos miraban el techo.

La alarma sonó y extendí mi brazo para apagarla.

"Olvida a ese imbécil" Murmuré antes de levantarme e irme a la ducha.

El agua caliente me acarició el cuerpo y yo me dejé caer en la relajación. Apagué la llave y continué con la rutina.

Mi cabello mojado iba dejando gotitas de agua sobre el piso. Me puse el rídiculo uniforme y tomé mi mochila.

Bajé las escaleras y me crucé con mi padre y mis hermanastros.

"¿No vas a tomar desayuno?" Preguntó mi padre mientras comía un bagel.

"Ya lo hice" Mentí. No tenía ganas de comer y sabía que si mi madre me viera, me haría su discurso de por qué un adolescente debe comer saludablemente y no saltarse las comidas más importantes del día.

Le echaba de menos.

"Sarah" Me detuve y me di vuelta para mirarlo. "Toma, creo que es tiempo de que tengas tu teléfono de vuelta" Mi mirada se iluminó al ver mi iPhone en la mano de mi padre.

"Gracias" Dije con una sonrisa, mientras lo recibía.

Salí de la casa, mirando mi celular de manera detallada. No lo había usado desde el accidente.

Examiné la pantalla trizada y lo desbloquée impacientemente. Mi bandeja de mensajes estaba colapsada, pero yo solo busqué el nombre "Gust" en ella.

14 MENSAJES SIN LEER DE: GUST

"¿Estás bien? ¿Qué ha sucedido? Estoy preocupado –A"

"Recién me he enterado, voy en camino al hospital –A"

"Hey Bella Durmiente, te he dejado unas flores. Espero que te gusten. –A"

"A tu padre no le ha gustado nada que te vaya a ver. Pero la verdad esque no me importa, solo quiero que despiertes –A"

"Despierta –A"

"Despierta, por favor –A"

"El idiota de Thomas ha inventado pura mierda. Tu padre me odia y no puedo volver al hospital. Haré lo posible para irte a ver, hablaré con tu madre –A"

"Sarah, todo se ha ido de las manos. No dejaré que ese hijo de puta te lastime de nuevo –A"

"Lo siento –A"

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