VEINTIUNO

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Era jueves, mi penúltimo día de escuela y aún no le había dicho nada a nadie.

Me encontraba en mi asiento, con mi cabeza apoyada sobre mi mano. No podía concentrarme.

Miré a Nina, quién estaba concentrada en las palabras que decía el profesor. Me sentía horrible por estarle ocultando algo así. Giré mi cabeza y me encontré con August. El me miró y sentí curiosidad al ver su rostro sin expresión. Quería saber en qué estaba pensando, qué estaba ocurriendo dentro de su cabeza.

Me mataban por dentro las ganas de conocerlo, de saber cada detalle nuevo sobre él... pero sabía que eso no iba a ser posible y tenía que tragarme todo deseo de querer acercarme a él y ser parte de su vida.

Quería levantarme y preguntarle qué sucedió esa noche. Por qué conocía a Thomas y por qué lo odiaba.

Tan solo pensarlo, me inquietaba... Intentaba responderme a mi misma, inventando excusas, pero yo misma sabía de que se trataba de algo serio.

A veces me preguntaba si estaba segura de querer saber la verdad.

Esa respuesta iba a provocar un cambio y no iba a haber marcha atrás.

El agudo y desagradable ruido de la campana me sobresaltó, despertándome de mis pensamientos. Agarré mis cuadernos descuidadamente y los metí dentro de mi bolso. Tomé mis cosas y al caminar hacia la puerta, el profesor me detuvo.

"Sarah, espera" Dijo alzando su mano.

Nina se detuvo, al ver esto. Le supliqué a que me esperara con la mirada y ella pareció entender, quedándose apoyada contra el marco de la puerta del salón.

"Siento mucho de que sea la última vez que nos veamos. Siempre fuiste una buena alumna...En fin, tus calificaciones ya están listas , mucha suerte" Dijo amablemente. Yo hice una mueca y miré rápidamente hacia la puerta.

Mierda.

Mi amiga se había ido y sabía que había estropeado todo.

Tragué saliva nerviosamente y me despedí del profesor de manera apresurada.

Corrí hacia el pasillo y miré hacia ambos lados. Vi a mi amiga saliendo por las puertas y corrí tras ella.

"¡Nina! ¡Espera!" Grité desesperada, intentando ir lo más rápido posible para alcanzarla.

No quería perderla, no a ella.

Salí tras las puertas y bajé los escalones. Habían grupos de chicos reunidos afuera, como todos los días.

"¡Nina! ¡Por favor! ¡Déjame explicarte!" Grité, atrayendo la atención de todos.

Mi amiga se detuvo y se giró, enfrentándome cara a cara.

"¿Cúando mierda planeabas decirme?" Sus ojos estaban vidriosos.

"Iba a hacerlo, lo juro... Pero no pude"

"Entonces, ¿qué esperabas? ¿Qué yo llegara el lunes, buscándote como una idiota?" Preguntó duramente.

"Yo... lo siento" Dije debilmente, intentando no romperme a llorar.

"Eres una perra egoísta Sarah, eso es lo que eres. Alejas a todos los que te aman, tú eres la culpable de siempre terminar... sola" Sus palabras apuñalaron mi frágil cuerpo y abrieron cicatrizes.

Estaba ahí, siendo el centro de atención, con mis heridas expuestas. Mis dos rodillas cayeron al piso y mi vista se nubló.

"¡Ya es suficiente! Joder Nina, ¡piensa antes de hablar!" Reconocí la voz de August pero no levanté mi mirada. Escondí mi desastroso rostro con mi cabello.

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