UN BESO...

EPÍLOGO

DOS AÑOS Y MEDIOS MÁS TARDE

- Hoy es el día, este es tu gran día.- me dice Ana acomodando uno de mis mechones ondulados y sonriendo casi mas que yo CASI.- Quien diría socia, ¿Eh?.

- Quien lo diría.- le respondo sonriendo a nuestro reflejo en el espejo de cuerpo completo que tenemos en frente, mi vestido es muy lindo y delicado a decir verdad es muy diferente al vestido con el que me imagine, cuando salimos a elegir vestidos me gusto uno de princesa pero esta mujer me dijo que con eso seria muy difícil hacer algo por lo grandes que son aunque podía cambiarlo para la recepción, no muy convencida seguí probándome vestidos hasta llegar al que hoy tengo pero también compre uno corto porque por muy bonito que sea este no es muy practico para bailar merengue ni batacha.

- Mi amor.- dice Arturo detrás de la puerta.- Marlon te necesita.

- ¿Seguro que es el quién me necesita?.- dice Ana poniendo los brazos en su cintura y alzando una ceja.- Estoy completamente segura que tiene el pañal sucio y su padre que es doctor no puede cambiarlo, de seguro que a visto cosas peores que la caca de un bebé pero no! Este hombre no puede cambiar un pañal.- abre la puerta y el pobre de Artuto tiene al pequeño Marlon en brazos, el nene de dos años tiene las mejillas rojas al igual que la nariz al parecer estaba llorando, su padre mira a Ana con ojitos de perro regañado.- Hasta que no aprendas a cambiar un pañal y preparar la leche no haremos otro bebé.- al ella pronunciar eso no puedo evitar reír y Arturo se pone más rojo que su hijo.

- Dios mujer! No digas esas cosas delante de la gente, por cierto.- dice mirándome.- estas hermosa, Fernando quedará sin palabras al verte.- le sonrió y antes de dar las gracias Ana me interrumpe.

- No me vengas con que no diga eso ya verás, nada de sex...- se calla al ver como su hijo se queda expectante.- hasta que no aprendas a atender a tus hijos, porque no es sólo comprarle cosas, jugar con ellos y darles cariñ...

- Algo similar me dijiste hace unos años y mira tuvimos este muñeco idéntico a mi.- dice el con una sonrisa de lado, mi amiga lo mira sería pero esta loca por reír lo puedo notar.

- Bueno te dejo para que termines tengo que cambiar a este muñeco y ver que mi princesa no se haya ensuciando, cuidado si te escapas te estaremos esperando.- dice apuntándome.- dile adiós a tía.

- Arios tía dinda.- me dice la ternurita, se parece más a Arturo que a Ana, tiene los ojos azules igual que ella pero son azul más oscuro como los de su padre, la forma de la nariz es igual y algunos gestos, pero la pequeña So es igualita a su madre.

- ¿Hija ya estas lista?.- pregunta mi padre a lo que yo le respondo con un si y el entra a la habitación, hace unos minutos esto estaba lleno de chicas ayudándome a prepararme pero como la hora a llegado la única que se quedó un poco más fue Ana.- ¿Estas nerviosa?

- No te imaginas cuanto.- digo acercándome para abrazarlo y forzando una sonrisa.

- Si cambiaste de opinión podemos escaparnos, quiero a Fernando como un hijo pero no quiero que dejes de ser mi niña, tu sólo pídemelo y nos escabullimos de aquí.- dice apretándome un poco más.

- No papá.- le digo sonriendo.- Lo amo y me quiero casar con el, quiero que tengas algo claro aunque me case, me mude lejos, tenga hijos y nietos siempre seré tu niña, tuya y de mami, ¿ok?.

Salimos de la habitación y nos dirigimos al lugar donde más deseo estar - al lado del mejor y mas sexy hombre del mundo, después de johnny depp -. Mientras nos vamos acercando la música inicia y los invitados se ponen de pie, mi madre y Miguel quien es el padrino están llorando a moco tendido y la embarazada de madi me levanta los pulgares desde su lugar, la decoración es vintage y es hermosa, todo es perfecto, delante de mí está So con un ramo de flores y a su lado está Dariel con un cartel que dice "Aquí viene el amor de tu vida" el es hijo de Carmen una de mis socias, mi sueño de tener una oficina de contadores se hizo realidad somos tres socias y nos va de maravilla, no es muy grande aún pero seguiremos creciendo.

Al mirar a Fer esperándome con una sonrisa de oreja a oreja y una que otra lagrima de felicidad en su rostro los nervios se me van.

UNAS CUANTAS HORAS MÁS TARDE

Fer y yo nos quedaremos en un hotel lo que queda de la noche para mañana temprano tomar un avión a no se muy bien donde ya que es una sorpresa la cual saber mañana, estamos caminado por los pasillos del hotel, no puedo creer que este casada con este idiota, hace unos días recibí una carta de una persona la cual recuerdo mas de lo que me gustaría - verónica - me estaba pidiendo disculpas por todo lo sucedido, me pidió que fuera a verla y me deseo lo mejor en mi boda, no es la primera vez que se intenta comunicar conmigo porque como a la semana de comprometerme recibí una carta de ella, para la pequeña celebración por la oficina recibí otra incluso a llamado a mi casa, mi móvil y al de Ana, Fer me dijo que fuéramos los dos porque de ninguna manera me dejaría ir sola y quizás así verónica deje de escribirme y llamar, me imagino que su situación es difícil pero yo no son quien para mejorarla y no quiero estar cerca de ella o de alguien como ella, no la odio pero pero no por eso la quiero cerca .

- No!.- grita Fer asustándome y sacándome de mi ensimismamiento.

- ¿Que sucede? ¿Se nos olvido algo?.-pregunto intentando recordar todo lo que está empacado.

- No, es que no puedes entrar a la habitación así, dame la tarjeta.- dice extendiendo su mano, ruedos los ojos y sin hacerle caso abro la puerta pero antes de que pueda poner un pie dentro el me carga y no como en las películas de manera delicada para entrar en sus brazos, como mi amado esposo - que lindo suena eso - es un troglodita me cargo como un saco de papas - pero que buena vista-.

- Bájame!.- le grito, sin hacer ningún movimiento brusco evitar caer de cara al suelo, a veces se me pasa de tonto este hombre.

- De eso nada.- dice riendo- me gusta lo que veo.- ni bien dice esto me da una nalgada.

- Qué me bajes ahora te dije!.- le grito entre risas.

- Tu lo pediste.- dice mientras me tira a la cama, el cabello me termina en la cara y no paro de reír Fer se me pone encima y me dice.- Eres realmente hermosa.- mientras quita uno que otro mechón de mi cara.

- Lo se, soy una persona realmente irresistible.- le digo sonriendo.- ahora quítate que me aplastas.- el se ríe y lo hace, me siento en la orilla de la cama para quitarme los benditos tacones, siento sus cálidos labios en mi cuello y se me eriza la piel.

- Me encanta que seas así de receptiva a mis caricias.- dice sonriendo de lado - maldita sonrisa moja ropa interior - este hombre me encanta, lei una vez algo que decía ¨Quédate con quien te haga sentir muchas cosas sin necesidad de tocarte¨ al conocer a Fer esa frase cobro sentido.- a mi parecer es hora de disfrutar de nuestra noche de bodas y nuestra nueva vida.- dice con la voz un poco mas ronca y sonriendo con picardia.