Después de escuchar esa frase, miré a Justin a los ojos. Y me pregunté ¿Él sentirá algo por mí? No creo. Él ama a su novia, seguro. No es posible que le guste su hermana. Yo lo amo, de eso estoy segura, pero mi amor no sería correspondido.
-¿Qué importa si estamos enamorados o no? Déjanos. – dije yo.
-Muñeca, cállate, si? Estas más bonita callada. – dijo el rubio.
-No me voy callar porque un estúpido chulito me lo diga, si? – dije yo forcejeando para soltarme del que me tenía cogida.
En ese momento el chico de ojos azules se acercó a mí. Me cogió de la barbilla y tenía intenciones de darme un beso. Lo empujé con todas mis fuerzas, él cayó al suelo. Yo miré a Justin como preguntándole que hacer. Él, sin decirme nada, me cogió del brazo y empezamos a correr. Los chicos iban detrás de nosotros. Segundos después de girar la cara hacia atrás, Justin, me cogió de la mano y nos escondimos en un callejón a un más oscuro que el anterior. Mi corazón estaba acelerado de tanto correr. Justin respiraba fuerte y aceleradamente. Pasaron breves segundos de silencio y Justin me cogió del mentón y me dio un dulce beso en los labios.
-¿Mejor? -Preguntó a milímetros de mi cara-.
Yo no respondí con palabras. Le cogí del cuello y empecé a besarlo desesperadamente. Él respondió a mis besos. Di unos pasos hacia atrás, ya que Justin me empujaba levemente, hasta que toque con la pared. No dejábamos de besarnos ni un solo instante. Baje mis manos que se encontraban en su cuello hasta su cintura. No sé qué me pasó, pero mis manos se movían solas, se metieron por debajo de su camisa, acariciando sus músculos. ¿Qué estoy haciendo? Deje de acariciar sus abdominales y saque mis manos del interior de la camisa, las subí hasta su pecho por encima de la tela de la camisa. Y lo separé un poco de mí.
-Jus… - comencé a decir mientras cogía todo el aire que me faltaba. – No, no podemos… - puso su dedo sobre mis labios, para que me callara.
-No veo porque no, digo… yo quiero esto, tú también lo quieres, los dos lo queremos…
-Pero… y mi hermana… es tu novia.
-Sí, pero dejará de serlo, desde hace tiempo que no siento lo mismo por ella…
-Pero…
-Deja de decir peros, vale? – iba a decir algo, pero él se adelantó y me besó.
-Será mejor que vayamos a casa, yo mañana tengo que ir al instituto…
-Está bien, vamos. – nos separamos y comenzamos a ir en dirección a mi casa. Mientras caminábamos sentí como Justin cogía mi mano y entrelazaba sus dedos. Lo miré y sonreí. Y noté como mis mejillas ardían, me estaba sonrojando, suerte que era de noche y no me podía ver muy bien mi cara. Llegamos a la puerta de mi casa, ahí enseguida solté su mano, no quería que Selena me viera con él y menos si estábamos cogidos de la mano.