Durante la cena habíamos hablado de nosotros, Justin me había contado alguna anécdota de cuando era pequeño, me había dicho que una vez cuando tenia unos 3 años en su pueblo nevó mucho y él y Pattie, su madre, hicieron un muñeco de nieve, y por la tarde querían ir a montar en trineo, pero no les dio tiempo. Después yo le dije que aquí, en Texas, nunca había nevado, al menos desde que yo nací.
-Entonces para Navidad, podrías venir a pasar las fiestas con mi familia. En Canadá. Ahí cada año por esa época suele nevar.
Esas fueron sus palabras. Yo le dije que sí. Me encantaría pasar la siguiente navidad con él su familia. Además por todo lo que me había contado, su familia era muy unida a pesar de que él no pudiera estar mucho con ellos. Pero que lo apoyaban en la mayoría de cosas. Eso si que era una familia. No como la mía. Que yo me pasaba la mayor parte del tiempo sola en casa. Y mi madre y mi hermana fuera. Y bueno, mi padre… se había marchado cuando Selena y yo éramos pequeñas. Selena tenía 5 y yo 2. Así que no lo recuerdo mucho, solo por algunas fotos.
-¿Bailamos? – me preguntó cuando habíamos acabado de cenar.
-Claro. Pero espera. – me quité las sandalias. Ya que para bailar con ellas en la arena, no creo que vayan muy bien. Me levanté y Bieber cogió mi mano.
Él puso sus manos en mi cintura, yo mi derecha en su hombro. Mi otra mano la puse en su pecho. Nos empezamos a mover. Un ritmo lento. Pero no había música. Y entonces Justin comenzó a tararear el ritmo de una canción. Después de unos segundos supe cual era. Hero de Enrique Iglesias. {Si no sabéis que canción es buscarla en youtube, yo os pondría el link, pero ahora, mientras escribo el capitulo, no tengo Internet.}
-Me encanta esa canción. – Dije mientras apoyaba mi cabeza en parte de su pecho y hombro. – ¿Me la cantarías?
-Obvio. – Acercó su boca a mi oreja. Comenzó susurrándola. Y algo recorrió todo mi cuerpo. Sonreí. Seguía cantando. Y entonces llegó a la parte que decía ‘I want to be your hero, baby’ y besó mi oreja, cosa que me hizo cosquillas.
Me cantó toda la canción, y con eso me sentí mas especial. Lo nuestro recién empezaba y ya era mágico. Espero que toda nuestra relación sea así. Es bueno tener a alguien a tu lado al cual amas con locura y el corresponde tus sentimientos.
-Hagamos algo. – dije yo, después de parar de bailar.
-¿Qué cosa?
-Quiero meterme al agua.
-Pero ahora estará fría.
-Me da igual. Va vamos.
-¿Así? Con ropa?
-¿Que más da?
-Espera que me quito la chaqueta. Y la camisa, al menos.
-Tanto dinero te ha costado que no la quieres mojar?
-No es eso, y será mejor que te quites tu vestido. Es de noche, y cuando salgamos, si te metes con el vestido, después no tendrás nada para cubrirte.
-Bueno, vale, esta bien. Me lo quitaré. Pero, ¿no será una escusa para verme sin él? – dije con una picara sonrisa.
-No! Es porque no quiero que cojas luego una enfermedad. – dijo besando mi mejilla.
-Que majo mi novio. Pero si me pusiera malita alguna vez, me cuidarías?
-Esta más que claro.
Justin se saco las prendas que había dicho, pero también los pantalones, así que quedo solo en boxers. Al verlo así no pude evitar morderme el labio, conteniéndome el deseo. Después yo me saqué el vestido. Quedé en ropa interior. Me dio un poco de vergüenza, aunque era de noche y solo estábamos iluminados por la luz de las velas y la de la luna. Además mi ropa interior no era un bonito conjunto. Llevaba un sujetador de color azul, con un pequeño dibujo de un conejito, y unas bragas rosas; no pegaban nada.
-Que vergüenza… - dije bajando mi mirada. – No voy conjuntada.
-No me importa a mí eso. Además te ves adorable así. – con el comentario, automáticamente, mis mejillas tomaron color.
-Mejor metámonos en el agua. – lo tomé de la mano y fuimos hacia el mar.
Cuando salimos del agua, yo tiritaba de frío. Ahora me daba cuenta que Justin había tenido una buena idea con no meternos con toda la ropa.
-Tienes frío? – me preguntó.
-Si, la verdad. – me giré para verlo, ya que el venia detrás de mi. Y no me dio tiempo de mucho más, porque al instante estaba rodeaba por sus brazos y acorrucada en su pecho. Ambos proporcionábamos calor al cuerpo del otro.
-Mejor?
-Mucho mejor.
Después nos vestimos. Yo ya llevaba mi vestido puesto, pero la verdad aún tenia un poco de frío. Estaba sentada en la silla que había estado Justin sentado durante la cena, me estaba poniendo mis zapatos, cuando sentí que algo caía en mis hombros. Levanté la mirada y vi que Justin me había puesto su chaqueta.
-Gracias.
-De nada, es que vi que aún temblabas un poco. Y ahora será mejor que volvamos a casa, tenemos media hora de camino y son casi las 11 de la noche, y tu mañana tienes que ir a clases.
-Ojala no tuviera que ir. – dije mientras me levantaba de la silla.
No se en que momento del viaje me dormí, pero cuando volví a abrir mis ojos, ya no estaba en la limusina, si no que estaba dentro de mi cama, y sin el vestido. Justin me debía de haber subido y quitado el vestido para luego meterme entre las sabanas. Miré al otro lado de la cama, donde descansaba el cuerpo de Justin. Me di la vuelta para apoyarme en su pecho. Al hacerlo, sin querer lo desperté.
-Lo siento, te desperté.
-No pidas perdón por eso. Me encanta estar a tu lado, tanto sea dormido o despierto.
-¿Por qué eres tan mono?
-Que yo sepa no soy ningún animal. Nací humano.
-Tonto. Ya sabes a lo que. me refiero. – Un silencio inundó la oscuridad de mi cuarto. Pero no era incomodo, para nada. Miré el reloj. Marcaba casi las 3 de la madrugada