Y bien, que has decidido? - dijo Ashley cuando me la encontré en la salida.
-Que no es mala idea...
-Bien, mañana es la prueba para entrar. Es muy fácil.
-Vale. - dirigí la mirada hacia los coches que habían cerca, entonces me fije en el conductor de uno. ¿Justin? ¿Qué hacía aquí? – Ashley me tengo que ir, adiós.
-Adiós.
Me dirigí hacia aquel coche. Abrí la puerta y me senté en el asiento del copiloto.
-¿Qué haces aquí? No ves que alguien podría reconocerte?
-Lo sé, pero es que quería verte ya…
-Aww Pero que pasa si ahora alguien te reconoce? – en ese mismo instante alguien dio unos golpecitos en la ventana de mi lado. Me giré para ver quién era. Snow. Baje la ventanilla.
-Hola. – dijo ella. – Hola Justin! Te acuerdas de mí?
-Creo, eres amiga de ____(tn), no? La del día de la piscina?
-Esa misma. – dijo con una sonrisa.
-Bueno, Snow, querías algo? – dije yo, conociendo a mi amiga, cualquier oportunidad que tuviera para hablarle a su ídolo no la desperdiciaría y comenzaría a hablar sin parar.
-Mm… como te vi en este coche… pues supongo que no vendrás hoy tampoco con nosotros a comer, no?
-No, lo siento. No se preocupen, hay muchos días durante el curso.
-Está bien, voy a decírselo a los demás. Chao, pásenlo bien.
-Adiós! – cerré la ventana y me giré para decirle a Justin algo. – Suerte que era mi amiga, imagínate que llega a ser otra…
-Pero no ha sido otra si no tú amiga…
-Tuviste suerte, ahora será mejor que nos marchemos de aquí.
-Dónde vamos?
-No sé, donde quieras…
-Tampoco conozco mucho este sitio, he llegado a tu insti gracias al GPS… porque si no estaría más perdido…
-Jajajaja. Pues podríamos ir a un sitio tranquilo… mm… que tal un pequeño bosque que hay a las afueras?
-Vale, pero no sé dónde está…
-Ya lo sé… así que déjame conducir a mí.
-No sé, no sé… no quiero que le pase nada al coche. Además sabes conducir?
-No tengo el carnet aún, pero sí que he conducido alguna vez.
-Será mejor usar este aparatito… - dijo señalando al GPS.
-NO! Anda, confía en mí, si? – dije con un tono de niñita pequeña que nunca ha roto un plato.
-De acuerdo, espero que no nos estrellemos.
-No lo haremos. – dije muy segura. – pero antes de cambiarnos de sitio para conducir y eso… párate en una calle que no haya mucha gente…
-Como la señorita diga.
Nos detuvimos en una calle que no había mucha gente y nos cambiamos los asientos.