Yo estaba sentada en la cama, leyendo uno de mis libros favoritos. Trata sobre una chica que se va a vivir con su padre, a un pueblo cerca de Seattle. Después conoce a un chico misterioso en el instituto, que resulta ser vampiro; bueno, supongo que ya saben que libro es, no? Efectivamente, Crepúsculo. Ya me lo había leído millones de veces, pero ese día estaba aburrida, mis amigas se habían ido de vacaciones con sus familias. La verdad, tampoco es que tuviera muchas ganas de salir, así que opté por ponerme a leer. Pero algo me sacó de la lectura.
-______! – gritó mi madre desde abajo.
¿Qué es lo que quiere ahora? De seguro que me quiere hacer lavar los platos o que limpie la cocina.
-Baja, ven a saludar a tu hermana y a su novio! – volvió a gritar.
¿Qué? ¿Mi hermana esta aquí? Pensé que estaba de gira por estados unidos. ¿Y con su novio? Que raro. Nunca ha venido su novio a esta casa. Nunca lo he visto en persona.
-BAJO EN 5 MINUTOS! – respondí yo.
Cerré el libro y lo deje en la mesita que tenia al lado de la cama. Después me levanté y me puse a buscar algo de ropa decente, estaba con pijama. No quería dar una mala impresión al novio de mi hermana. Así que me cambie rápidamente el pijama . Después acomodé un poco el pelo, ya que de haber estado en la cama, lo tenía un poco despeinado. Cuando terminé salí de mi habitación, cerré la puerta y bajé las escaleras. Hacia mucho que no veía a mi hermana. Desde abril, o así. Ahora estamos a finales de Agosto. La verdad es que estaba un poco nerviosa. Llegué abajo, pero no vi a nadie. Entonces escuché voces provenientes del salón, me dirigí hacia allí. Los vi, estaban sentados en la mesa, mi hermana y su novio estaban de espaldas así que no me habían visto, pero mi madre si.
-______, acércate. – dijo mi madre, al decir eso mi hermana y su chico se giraron y me vieron. Mi hermana dibujo una sonrisa en su rostro. Y su novio, pues se me quedo mirando de arriba abajo, cosa que me incomodó un poco. Mi hermana se levantó de la silla en donde estaba y se acercó a mí. Entonces me abrazó.
-Te extrañé. – dijo mi hermana mayor.
-Yo también. – después nos separamos. Y fuimos hacia la mesa.
-Bueno, ______; como ya sabes él es mi novio, – él se levantó de la silla. – Justin Bieber. – como no saber quien es el novio de Selena, creo que todo el mundo lo sabe. Justin se me acercó y me dio dos besos, en las mejillas, obvio.
-Encantada de conocerte. – dije yo.
-Lo mismo digo. – dijo mostrándome una perfecta sonrisa. La verdad, es que había visto fotos de él, sabia que era lindo. Pero ahora que lo estaba viendo en persona se veía mucho más guapo. Además esa sonrisa que me acaba de mostrar hizo que interiormente me derritiera.
Después de esa pequeña presentación ellos se volvieron a sentar en las sillas que ya habían ocupado anteriormente, y yo me dirigí a una que había libre al lado de mi madre.
-Bueno, ahora que ______ ya esta aquí. – comenzó diciendo mi madre. – ya puedes decir eso que querías decir Selena.
-Que Justin y yo, nos hemos tomado un par de días de descanso, y como hacia tiempo que no venia, quería saber si nos dejarías quedarnos este fin de semana en casa.
-Claro. – contestó mi madre. – tu estas de acuerdo? – dijo ella mirándome.
-Si. Ahora que ya me puedo volver a mi habitación? – no es que fuera grosera con las visitas y eso. Pero es que no soy de esas personas que les gusta estar ahí reunidas en “familia”. Miré a mi madre, y ella me miro un poco mal.
-Hija, que tenemos un invitado, podrías ser menos mal educada, no? – me limité a rodar mi ojos y suspirar.
-No creo que a él le moleste que yo me vaya o si? – dije mirando a Justin.
-Señora Gomez, por mi no es molestia que ______ se vaya, es su casa, y seguramente quiera seguir haciendo lo que hacia antes de que tuviera que bajar. – dijo mostrando de nuevo una sonrisa. ¿Todas las frases que decía las tenia que acabar con esa magnifica sonrisa o que? Como fuera así yo no saldría viva de ese fin de semana.
-Esta bien, ______, puedes irte; pero que conste que faltaste el respeto. – me levanté.
-Se, se. – dije entre un susurro, que creo que no escuchó mi madre. – Lo siento.
Salí del salón, pero no por la puerta que había entrado, salí por la puerta que daba al jardín, quería respirar un poco de aire fresco, mientras me dirigía hacia fuera, tuve la extraña sensación como si alguien clavara los ojos en mí, y que ese alguien era Justin, pero creo que eran tonterías mías.