Capitulo 31.!

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Ya eran las 7:15, yo estaba en mi cuarto, casi preparada del todo. Solo me quedaba maquillarme un poco, tampoco mucho, ya que no me gustaba usar excesivamente el maquillaje. Estaba enfrente al espejo, vestida con turquesa con unos tacones un poco altos y me había pintado las uñas. Me estaba acomodando el pelo cuando escuché que llamaban a la puerta de mi habitación. No se porque pero sentí nervios.

Abrí. Y me encontré con mi chico. Vestido con traje, un traje muy formal, negro. Sus manos las tenía detrás de su espalda. Y una perfecta sonrisa estaba en su rostro. 

-Preciosa. – dijo mientras yo salía de mi habitación y me encontraba a tan solo unos 30 centímetros de él. 
-Perfecto. – dije yo. 
-Esto es para ti. – dijo mostrándome un ramo de rosas que tenia escondido en su espalda. Ahora entiendo el porque tenia las manos ahí. 
-Oh, Justin! No tenías porque hacerlo. Es realmente precioso. – hundí mi nariz en las flores. – Y huelen genial. 
-Serán preciosas y olerán genial, pero más que tu no. – dicho eso me cogió de la mano libre y se la llevo a sus labios para besarla. 
-Justin, la cena aún no empieza y ya me estas haciendo sonrojar… - dije bajando la mirada y sonriéndole. 
-Vamos cariño, he reservado mesa. 
-Esta bien. Espera un momento, si? Que dejo las flores. – entré rápidamente a mi cuarto, después al baño, donde tenia un garrón. Puse un poco de agua y luego las metí en este. Volví a mi cuarto, donde ahora, Justin estaba apoyado al marco de mi puerta, con esa sonrisa suya. Dejé las bonitas rosas en mi escritorio y fui hacía Justin. – Vámonos. – Lo cogí por el brazo. 

Salimos de mi casa. Delante había un coche, pero no un coche cualquiera. Era una pequeña limusina. Mi boca se abrió. ¿Cómo había conseguido eso? Bueno, no se ni porque lo pregunto. 

-Dios, esto es increíble. ¿Cómo… 
-Tengo contactos. 
-No lo discuto. 
-Pero, esto es maravilloso, nadie nunca había hecho tantas cosas por mí… 
-Me alegra ser el primero, y espero ser el ultimo. – dijo mientras me abría la puerta de la limusina. 
-Gracias. – dije mientras entraba. 
-De nada. – respondió el cuando yo ya estaba dentro y el entraba. 

Cuando ambos estuvimos dentro, Justin, habló con el chofer y le dijo algo que no llegué a escuchar. Seguramente sería algo sobre donde tenía que ir. Me acomodé en su cuerpo. Apoyando la cabeza en su hombro. Y también entrelacé los dedos de una de nuestras manos. Todo esto estaba siendo tan romántico, y tan solo era el principio de la velada. 

-Y donde me llevas? Llevamos como media hora aquí… 
-Ya queda poquito, tranquila. – me decía mientras acariciaba mi cabello. 
-Me entretienes con algo? – dije con una sonrisa. 
-Que tal con esto? 

Se acercó a mis labios con los suyos. Empezamos a besarnos. Era un beso perfecto, como lo que estábamos viviendo ahora. Todo perfecto. En medio del beso noté que la limusina se había parado. ¿Habríamos llegado ya? Ahora mismo no importaba. Me gustaba más lo que hacíamos. Cuando nos separados seguí con los ojos cerrados y una sonrisa. Estaba feliz. Todo esto me encantaba. 

-Ya hemos llegado. – dije cerca de mi boca. 
-Esta bien. – me separé más y abrí los ojos. 

Salimos del coche. Pero antes, Justin, me había puesto una venda en los ojos para que fuera sorpresa. Él me iba guiando. ¿Dónde estábamos? Me venía la olor de la playa. ¿Estaríamos en ella? 



-Solo un paso más… Vale, ahora si llegamos. – Justin cambió su posición, ahora me abrazaba por la espalda. – Te voy a quitar la venda. – Yo solo asentí y comenzó a sacármela lentamente. Entonces vi donde estábamos.

La playa. A la luz de la luna. Había una pequeña mesa para nosotros con velas en medio. Sé que había dicho que esto estaba siendo perfecto, pero eso le queda corto. Era mucho más que eso. Me giré para quedar cara a cara con el que había preparado todo esto. La verdad es que cuando me dijo de salir esa noche, nunca me imaginé que prepararía todo esto. Pensaba que iríamos a algún restaurante o algo así. Noté como en mis ojos se acumulaban lagrimas de felicidad. 

-Justin, estoy a punto de llorar. Todo esto… es magnifico, sé que me repito, pero es que… - una lagrima corrió por mi mejilla. Y él no dejo que siguiera su camino, porque la seco con su dedo. 
-Todo esto es para que veas que me importas de verdad. Te quiero. Y no llores. No me gusta ver tu rostro de lagrimas, aunque sean de felicidad. Me gusta más tu sonrisa. 
-Te quiero Justin. – nos dimos un corto beso.

My Sister Boyfriend.! (Justin Bieber) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora