Sin rastro

Capítulo 15: Búsqueda concluyente

Eran las 8:47, hacía un buen día, algo de calor pero a esas horas no se estaba nada mal en la calle. Tenía que ser un gran día, iba a realizar otra búsqueda, necesitaba hacerlo.

Desayuné lo de todas las mañanas y me dispuse a salir, mis padres me preguntaron que a dónde iba. Esta vez les dije la verdad, les respondí esto: "Voy en busca de la mujer que desapareció." Me dijeron: "Ten cuidado hijo." Eso fue lo último que escuché antes de salir de mi casa.

Hoy estaba seguro de que iba a entrar en el edificio que está en todo el centro del bosque, hoy iba muy seguro de mi mismo, incluso cogí una pequeña navaja por si acaso debía usarla en defensa propia. Hoy debía ser el día en el que por fin encontrara algo concluyente.

Entré por el hueco de siempre y dejé la bici, para mí esto ya era una rutina.  Anduve hasta donde se encontraba ese gran edificio, tenía que llamarle de alguna forma en vez de llamarle "gran edificio." Lo llamé "El Hotel." No era un nombre ultrararo pero me servía. Me adentré en los arbustos, no vi a nadie por el momento, crucé un pequeño camino que separaba los arbustos de los árboles y el hotel que había en todo el centro.

Subí por esas escaleras. Tenía algo de miedo, ya que era la primera vez que hacía algo así en un lugar abandonado. Lo primero que vi fue una pequeña recepción, estaba todo tirado, se notaba que no estaba abandonado desde hace poco, ya tenía unos cuantos años, no sabría especificar cuantos. Había escaleras a la derecha y a la izquierda. Encontré muchos papeles tirados por el suelo, había sillas partidas por la mitad, barrotes de metal en el suelo, había muchas cosas. Me pareció un lugar inhóspito como para que alguien viviera allí.

Era de día y todo se veía con claridad, subí a la primera planta. Sólo encontré puertas abiertas y rotas, ladrillos tirados por los suelos, etc... Todas las habitaciones eran iguales. Cuando estaba mirando una de las habitaciones escuché un ruido. Aquel ruido venía de la planta de arriba o de las escaleras que iban hacia la planta de arriba. Miré por el pasillo para ver si había alguien.

Estaba dispuesto a subir las escaleras para ver si encontraba algo o a alguien. Estaba atónito por haber visto a quien encontré. Era la mujer que estaba desaparecida. Estaba al final del pasillo, parecía normal. Me escuchó y me vio, me miró. Yo estaba paralizado en ese momento, no era muy alta, tenía el pelo castaño e.iba con ropa que tenía pinta que no se lavaba desde hacía días. Dijo esto: "Ayúdame por favor." Yo seguía paralizado, hasta que se acercó a mi poco a poco.

Le dije que le ayudaría, me dio una abrazo, no sabía qué hacer. Le dije: "Tu familia te está buscando, tienes que volver, la Policía está buscándote también." Me dijo: "Quiero que me escuches, no quiero asustarte pero por las noches no soy yo, tienes que ayudarme por favor, sólo te pido que vengas por la noche para ver qué soy durante ese tiempo."

No sabía que decirle.