La fogata

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La única manera para que me dejara quedarme era seduciéndolo, tengo un toque especial para seducir a toda persona, me acerque a sus labios sin pegarlos a los míos, y tener un leve rose con su pene con mi mano sin que se vea que es al propósito y en cuestión de minutos  no tardo en ponerse duro.

Cuando alguien tiene ese tipo de estimulo, no es nada difícil convencer y podrían darte todo lo que pidas con tal de que termines de apagar el fuego que encendiste en el.

Aunque todo el tiempo el creía ser el líder y tener todo controlado, conmigo no funcionaba, soy más rebelde que nadie en el mundo y encuentro miles de soluciones cuando me dicen un no, y siempre se termina haciendo lo que mi voluntad quiere, en pocas palabras hago lo imposible posible.

lo braze y le dije al oido

_ esta bien, si me quieres llevar a mi casa te haré caso, pero confieso que últimamente me siento con tantas ganas de ti, creo que hasta en este momento, de echo justo ahora podrías darme duro contra contra estas paredes, pero perderíamos más tiempo asi que mejor sigamos tu plan 

puedo ver como su imaginación lo hace cerrar sus ojos y es cucho como pasa saliva, y me abraza por la cintura y acaricia mis nalgas, se que todo esta saliendo a mi plan y le beso el cuello despues lo miro y la cara de enojo se marcha y se cambia por una cara sonrojada y excitada  

Me sacó de la ciudad de aquellas hermosas personas de colores cuando todos comenzaban a hacer filas ordenadamente y entrar en grupos a la montaña y el chico que me beso, paso frente a nosotros con una cara de apenado y ahora con una jaula de varas, no pude ver que cosa llevaba adentro, pues alex me tomaba de la mano, y siento un ágil jalón en mi mano para lograr evitar que ni siquiera cruzáramos un saludo con la mirada.

_ por acá, ni creas que dormiremos en la montaña_ dijo apresurando el paso con dirección a la orilla de la isla

Mientras nos acercamos al punto donde habíamos peleado, el iba recogiendo trozos de madera y por el esfuerzo me daba cuenta  que sus músculos empezaban a marcarse, se estaba haciendo realidad las ganas de estar con el. en todas las veces que he estado desnudo con el, nunca había notado sus partes musculosas, como si los hubiera tenido escondidos.

cuando llegamos a la playa, me senté en la arena y admire su cara de concentración para que las varas  se quedaran de pie para poner el fuego que nos tendría calientes en esta oscura noche.

_ pensé que me enseñarías a las hadas_ dije mientras enterraba mis dedos  en la arena

_¡no!, eres capas de besarte con alguna de ellas_dijo mirando el fuego avivarse _ no debí haberte traído, te hubiera llevado a casa, ¡es tu culpa sombra! _ le avienta una piedra a la sombra del fuego, remarcando su enfado de inmediato.

_ lo que tengas que decir sobre mi, hazlo viéndome y sin ningún rodeo_ aventé arena húmeda para intentar apagar su fogata, lo cual no le importo pues solo me miro y siguió con su cara de enfadado, pero como debí haberlo imaginado, guardaría sus  palabras en ese baúl, donde oculta sus verdaderos sentimientos, donde tarde o temprano el baúl tendrá un limite y no cerrara más y este derramara cada palabra en su interior en forma de lagrimas y dolor.
Lo se muy bien... se lo que se siente, hace mucho que yo hacia lo mismo, ahora dejo fluir todo,como entra lo saco, pienso mientras lo veo como calienta sus pies con el fuego.

_tengo hambre, no aguanto más_ dije acostándome boca arriba y abrazo mi panza hambrienta.

_ pues ve a buscarla tu. eres más apto sobreviviendo en nunca jamas _ sonrió aventandome mi pijama_ ya esta seca dame mi playera_ me dolió que me la pidiera, nos vimos tan lindos teniendo una parte que nos hacían uno mismo, el su pantalón dejando ver su abdomen ligeramente marcado, no me habían llamado la atención hasta ahora, yo nada más con la playera, teniendo el medio culo a la vista de todos.

ALEX PAN, EL FINAL DE LOS HAMBRIENTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora