Capítulo 18

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Cualquiera que conserve la capacidad de ver la belleza no envejecerá nunca.- Franz Kafka.

Danel

-Por lo que me han dicho ha  estado estas dos últimas semanas estresada con los exámenes.- me explicó Ian.- No debe de parar de estudiar y hacer trabajos, o eso es lo que me comentó Lena el otro día.

Hacía ya dos semanas que no veía a Ashley y definitivamente no era porque no tuviese ganas. No conseguía coincidir con ella en el campus de la universidad y según lo que Ian me había dicho debía de estar agobiada con todos los exámenes. ¿Le debería de dejar espacio o estaba esperando mi llamada? No me había dejado su número; sin embargo sabía que no me costaría mucho esfuerzo conseguirlo.

-Dile a Lena que me pase su número, voy a llamarla.- le ordené sin pensármelo dos  veces.

-No me lo tienes que pedir dos veces porque ya te lo había conseguido.- rió Ian.- Es más, Lena me comentó que Ashley estaba confusa últimamente al no saber en qué habíais quedando y en no llegarle ninguna noticia sobre ti.

-¿A qué estabas esperando para contármelo?- le pregunté sorprendido y un poco molesto.

-¿Sinceramente? A que te dieses cuenta por ti mismo.- se defendió él.- Si de verdad consigues a esa chica que no sea porque te he tenido que andar diciendo por detrás que fueses a por ella si no por las ganas y empeño que tú le pongas. Ahí tienes el número, a partir de ahora tú veras lo que haces con ello.

-Me parece justo, pero me podrías haber dicho algo.- dije comenzando a preocuparme por si Ashley pensaba que no estaba interesado y por eso no había contactado con ella.

- Llámala aunque sean las dos de la mañana, dudo que le moleste si eres tú.-dijo Ian.

Cogí el teléfono y marqué nervioso el número que me acababa de pasar Ian. ¿No era suficiente que me pusiese nervioso al tenerla de frente si no que también con solo una llamada?¿Qué me estaba haciendo esta chica?

Ashley

William Shakespeare, Franz Kafka... me encantaban todos los grandes escritores. Sin embargo, tener tantos trabajos con fechas límite y la presión que aquello causaba no me dejaba disfrutar de ellos. Los exámenes se acercaban y el trabajo se amontonaba. ¿Por qué me sorprendía? Esto era la universidad y no había venido a salir de fiesta y relacionarme, que al parecer era lo único que había hecho estos primeros meses... Eso y conocer a Danel, ¿Qué estaría haciendo esta madrugada?

Mi teléfono sonó, era un número desconocido. Un número desconocido y a las dos de la mañana.

-¿Sí?- contesté a la llamada.

-Ashley...

-¿Danel?- pregunté sorprendida.- ¿Cómo se te ocurre llamar a estas horas?

-Me imaginaba que estarías despierta, no dudo que estudiando... ¿Podrías dejar a Fitzgerald, Shakespeare...o cualquier asunto que estés estudiando a un lado y darme algo de tu preciado tiempo?

-¿Ahora?

-Hace buena temperatura y el cielo está estrellado...- dijo.

-¡No te pongas poético!- reí.- ¡Son las dos de la mañana!

-Pensaba que a una estudiante de filología le encantaría que alguien se le pusiese poético...ya sabes, un tío romántico y esas cosas.

-Eres idiota.-respondí.

-¿Ah, sí? Pues adiós.

Y colgó, la línea quedó muerta. ¿En serio se iba a picar por haberle llamado idiota? Tendría que estar acostumbrado ya le había llamado cosas peores. Súbitamente, mi móvil se iluminó con un mensaje entrante. Era él.

Danel: Prepárate te paso a buscar. Tienes 10 minutos.

Ashley: ¿10 minutos? ¡No estoy ni vestida!

Danel: No me importaría que bajases sin vestirte.

Sonreí al ver el mensaje. Hace tan solo quince minutos me había estado comiendo la cabeza sin saber en qué habíamos quedado y en menos de diez lo tendría delante. Danel era espontáneo, no dejaba de sorprenderme y aquello me gustaba. Me encantaba.

Me puse unos vaqueros y una sudadera granate holgada. Habían pasado 12 minutos. Perfecto. Bajé sin hacerme de rogar porque a pesar de que fueran pasadas las dos de la mañana tenía tantas ganas como él de estar juntos.

Al otro lado del arcoírisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora