"Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo."-León Tolstói.
DANEL
Menos mal que fui lo suficientemente rápido para agarrar del brazo a Ian y arrastrarlo fuera del comedor antes de que soltase algo completamente estúpido. No tenía ninguna duda de que era capaz de responder algo así como "encantados" o sentarse con ellos en la mesa. Era lo último que me faltaba en ese momento. Puede que fuese un poco brusco, pero seguía creyendo que por lo menos debería haberme dado las gracias. Era la primera persona que conocía que probablemente puediese ganarme en orgullo. Y me fastidiaba. Me fastidiaba mucho.
-Tranquilo.- rompió Ian el silencio cuando salíamos del campus de la universidad- No te voy a decir nada por no haberla acompañado hasta casa, si no lo hiciste alguna razón tendrías.
-No es por nada.- lo interrumpí.- Pero la seguí por detrás hasta que entró por la puerta de la residencia.
Me miró sorprendido pero no se lo pensaba repetir dos veces. Si me creía bien y sino también. Estaba cansado de todo los temas que giraban en torno a esa chica; además, si la seguí o no era mi problema y no tenía que justificarme.
-Diría que me estás mintiendo si no te conociese como si fueras un hermano, ¿Desde cuándo es Danel el que sigue a las chicas hasta casa?- dijo irónicamente.- Lo tendría que ver para creerlo.
-Cállate, sabes que si te prometí que la llevaría hasta casa lo cumpliría sin importar lo inaguantable que fuese la chica.
-¿Estás seguro que la acompañaste por la promesa o porque querías ayudar a aquella chica? Ni siquiera habéis tenido una conversación civilizada y ya ha sido capaz de ver tu faceta vulnerable. Esa chica parece que tiene superpoderes. -bromeó Ian.
-Lo que tú digas.- dije subiéndome a mi moto y arrancando.
Puede que esa chica tuviese superpoderes para conseguir que la acompañase a casa o para que la ayudara, no lo negaba. Sin embargo, lo cierto era que el poder más abrumador que poseía lo usaba para sacarme de quicio y hacerme frente. No sabía con quién se estaba metiendo.
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Al llegar a casa me metí en la piscina climatizada y empecé a hacer largos. Sin parar, a un extremo y luego al otro. No fui consciente de cuánto tiempo estuve bajo del agua, la sensación del agua caliente contra mi piel me hacía perder la noción del tiempo ya que el contacto con el agua me llegaba a transmitir tranquilidad y soledad, permitiéndome pensar y olvidar todos los problemas. Así pues, continué nadando hasta que mis músculos se tensaron y me obligaron a parar.
Estaba cenando pasta que acababa de preparar cuando Ian entró por la puerta de mi casa sin molestarse a llamar, hacía dos meses que le había dado una copia de las llaves de mi apartamento y estaba claro que se había tomado literalmente la invitación de usarlas todas las veces que quisiese.
-Recuérdame otra vez por qué te di una copia de mis llaves por favor.
-¿Porque te lo pasas mejor en compañía?
-Definitivamente no.
-¿Porque soy tu amigo y me necesitas para recordarte que habíamos quedado hace 15 minutos en las pistas?
-Te corrijo, habías quedado hace quince minutos y quieres que vaya contigo porque sabes que las carreras en la pista no valen para nada si no corro yo.-le respondí.
-Lo que tú digas, pero el que vas a correr eres tú y te aconsejo que llegues puntual si no quieres que comiencen la carrera en tu ausencia.
-Sabes que no empezarán la carrera sin mí, pero tienes razón.-suspiré- Lo siento, sabes que la puntualidad no es lo mío.
-¿Y qué lo es?- rió Ion.
- Espérame un minuto que me prepare.-contesté mientras alcanzaba la cazadora.- Espero que tengas preparado el dinero para apostar por mí porque hoy también me aseguraré de que ganemos 300 euros.
Dicho y hecho. Gané las tres carreras consecutivas y Ian reunió los 300 euros como todas las semanas hacía. Nos reunimos toda la banda para celebrar mis victorias, todos estaban de buen humor, pero ¿Quién no lo estaría cuando un miembro de tu banda era invencible en las pistas? Habíamos ganado a todas las bandas contrincantes de los alrededores de momento y apenas quedaban 8 carreras para convertirnos los reyes de la pista de motos.
-No sé qué haría sin ti.- me dijo Ian con el fajo de billetes que había ganado en la mano.
-Trabajar en un trabajo real, seguro.-respondí.
Me alegraba de poder ayudar a Ian haciendo dinero pero aún tenía la preocupación de llevarle por el mal camino. Era una de las mejores personas que conocía y aunque estuviese dentro de la banda no era como los demás. Era honesto, trabajador, con las ganas de llegar a ser algo en la vida... ¿Estaría donde se encuentra ahora si no fuera por mí?¿Sería la mejor opción animarle a que dejase la banda para poder asentarse en vez de meterse en problemas ilegales? ¿Le estaba privando de vivir una vida honrada?
No malgasté mucho tiempo pensando en ello porque sabía que no merecería la pena. A pesar de que probablemente en el fondo quisiese dejar la banda, tenía un miedo terrible de admitirlo. Y lo entendía puesto que estábamos demasiado dentro para salir sin repercusiones. Estábamos metidos hasta el fondo. Y algún día llegaría la hora de afrontar las consecuencias.
La adrenalina de correr en la moto seguía en mi sangre por lo que propuse coger las motos y dirigirnos al centro. Estaba anocheciendo y las calles solamente estaban iluminadas por unas pocas estrellas, pero aquella ciudad no necesitaba ser iluminada por estrellas, tenía sus propias. No era consciente del límite de velocidad, pero estaba completamente seguro de que lo sobrepasábamos por más de 30 kilómetros por hora. El viento me golpeaba con fuerza y no paraba de escuchar a personas de la calle gritarnos quejándose por nuestra velocidad. Que les den. Tras meternos por diferentes callejones comenzamos a frenar hasta que el estúpido de Alex le quitó el bolso a una joven del brazo y todos aceleramos metiéndonos por el siguiente callejón, que suerte la nuestra que fuese uno de los únicos sin salida.
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Al otro lado del arcoíris
Romansa-Seguro que detrás de esa fachada de tipo duro se esconde... -A nadie le importa lo que se esconde.- la interrumpí.- Si uno desea dar la apariencia de ser un gilipollas solo hay dos opciones: Que realmente lo sea o que aparte de gilipollas sea un...