La mayoría de conversaciones son simples monólogos desarrollados en presencia de un testigo.
Ashley
-¿De verdad que estás estudiando ingeniería industrial?- pregunté muy sorprendida, sabía que estaba a la universidad pero no pensaba que fuese tan listo. Nunca había hecho caso ni me habían gustado los estereotipos; sin embargo pensaba que sería casi imposible sacarse una carrera de aquel nivel a la vez que pertenecer a una banda que dudaba que hiciese cosas legales y acudir a todas las fiestas que se celebraban.
-Afortunadamente he podido nacer con una inteligencia y cuerpo increíble.-bromeó.
-Y no hablemos del ego.- dije riendo.
-Eso es, no hablemos del ego. Vamos cuéntame más de ti. Tu nombre es inglés y estudias filología inglesa, ¿Hay alguna razón en particular?- preguntó interesado.
- No, siempre me ha gustado el inglés y las lenguas en general por lo que decidí estudiar eso, además he tenido la suerte de hablar inglés desde pequeña... y lo del nombre...es una larga historia.
Se dio cuenta de que no me sentía cómoda hablando de ello por lo que cambió totalmente de tema. Mantuvo todo el rato la conversación fresca y divertida y para cuando me di cuenta el camarero acudía con el postre.
-Tarta de chocolate para ti.-dijo acercándoselo a Danel.- Y el mus para la señorita.
-Señorita dice e...- me picó Danel.- Se nota que no te ha visto enfrentarte a una banda.
-Pensaba que habíamos quedado en no volver a hablar más de aquel tema.
-Sí, en cuanto a eso...-siguió él nervioso.- Te pido por favor que no hagas nunca más una locura como la que hiciste, te pusiste en peligro y no quiero que vuelva a pasar nada parecido. Ni se te ocurra meterte con nuestra banda, ni ninguna otra.
-Yo no me entrometeré con tu banda siempre cuando no volváis a hacer vosotros algo como lo que hicisteis a mi grupo de amigos, ni a ningún otro- zanjé el tema.
-Trato hecho.- respondió sonriente.
Me puse a pensar y reflexionar, ¿somos verdaderamente conscientes cuando hacemos un trato de lo que estamos prometiendo?
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Había sido increíble que la cena no hubiese tenido ningún silencio incómodo, ni tensión alguna. Me había abierto más de lo que imaginaba hacia él y él había hecho lo mismo. ¿Quién diría hace dos semanas que acabaría cenando tranquilamente con el chico que me tenía aprisionada contra la pared? ¿Qué pasaría ahora?
Me ofreció el casco de la moto y me monté. Esta vez no hubo dudas, nada más arrancar le abracé fuerte y apoyé la cabeza en su espalda. Cerré los ojos aprovechando los últimos minutos que me quedaban con él antes de llegar a la residencia. Era tarde cuando entramos por la puerta principal, disminuyó la velocidad, parecía que quería alargar los pocos segundos que quedaban.
Frenó y bajó de la moto, yo le seguí atrás. Era tarde y agradecí que no hubiese gente merodeando por ahí puesto que no dudaba que llamaría mucho la atención llegando a la residencia montada en la moto con Danel. Mucho se quedaba corto.
-¿No vives en la residencia?- le pregunté sabiendo la respuesta de antemano.
-No, tengo un piso en el centro. Me pareció que era más cómodo que una residencia.
-Ya bueno, también más caro.
-Sí, la verdad.-dijo aunque no pareciese una preocupación para él.-Igual y todo pido una habitación en esta residencia, ¿Qué número decías que era la tuya? O mucho mejor, ¿No te apetecerá mudarte a otra habitación doble no?- bromeó.
-Ni en sueños.- reí.
Me acompañó hasta la entrada de mi bloque como un buen caballero y nos quedamos mirándonos a los ojos fijamente, ¿Me iba a besar? En aquel instante definitivamente deseaba que lo hiciera, estaba segura. Pero quizá fuese demasiado pronto si timásemos en cuenta que había sido uno de los primeros días en los que habíamos conversado como dos personas civilizadas.
-Hoy...-comenzó nervioso.-Me ha gustado mucho pasar esta noche contigo.
Tuve que hacer muchos esfuerzos para no reírme y reprimir la carcajada. ¿Quién diría que Danel fuese capaz de ponerse tan nervioso delante de una chica?
-Si... ¿Con que te ha gustado mucho, no?- le piqué.
-Oye, si te vas a reír de mí a la siguiente no te acompañó hasta aquí; es más, ni habrá una siguiente si no paras de reírte ahora mismo.
-A mí también, a mí también me ha gustado mucho esta noche.
Sonrió de oreja a oreja y me abrazó.
-¿No puedes soportar un abrazo mío sin ponerte tensa?- me vaciló ahora él.- No quiero saber ni qué pasará cuando te bese.
-Si sigues metiéndote conmigo dudo que llegues a hacerlo.-dije intentando soltar sus brazos de mi alrededor.
Pero no me dejó y acabé por cerrar los ojos y rodeándolo con mis brazos también.
-No me subestimes.- respondió y me dio un beso en lo alto de la cabeza.- Nos vemos el lunes en la universidad, Ashley.
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Al otro lado del arcoíris
Romansa-Seguro que detrás de esa fachada de tipo duro se esconde... -A nadie le importa lo que se esconde.- la interrumpí.- Si uno desea dar la apariencia de ser un gilipollas solo hay dos opciones: Que realmente lo sea o que aparte de gilipollas sea un...