CAPITULO 9: "NADA"

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CAPITULO 9: "Nada"

POV Katniss.

Abrí los ojos demasiado rápido solo para toparme con la poca iluminación de mi recámara. Traté de moverme pero las extremidades parecían no responderme. Suspiré. Las imágenes en mi cabeza eran solo un borrón confuso, tanto que ni si quera hice el intento de aclararlas. Los acontecimientos no valían mi esfuerzo.

Moví lentamente la cabeza de un lado a otro, tratando de encontrar algo para ayudarme a la ansiedad que comenzaba a surgir. Fijé mí vista en el despertador, ya eran las cuatro de la mañana del domingo 6 de octubre. Repetí la fecha varias veces de una forma inconsciente, hacía tiempo que no lo hacía sin embargo no le di demasiada importancia. Con pesadez y dificultad me enderecé para recargar la espalda en la cabecera de la cama, creí que iba a lograrlo cuando un mareo me obligó a quedarme quieta con los ojos cerrados fuertemente.

Katniss escuché la voz de Peeta muy lejana.

Necesito paz susurré una súplica.

Abrí de nuevo los ojos e inútilmente traté de reprimir un escalofrío por el recuerdo ¿en verdad eso había dicho? ¿Peeta había estado conmigo? Quisiera decir que eso me ayudó para clarificar mis sentimientos respecto al funeral de mi padre, pero no fue así. Por más que lo intentara, no sentía nada a pesar de que a partir de ese momento, él no volvería a estar junto a mí.

Lentamente junté mis manos en mi regazo, ya no iba a poder dormir pero tampoco podía ponerme en pie. Alargué la mano y tomé mi celular, silenciosamente agradecí a Madge por haberlo dejado ahí.

Lo encendí y en la pantalla brillaron las notificaciones de una llamada perdida de Finnick y dos mensajes de Johanna. El chico Odair llegó poco después de Peeta y por más molesta que hubiera estado con él, al final no pude rechazar el abrazo que me dio. Pero Jo, ella era otra cosa, ni si quera fue a verme, de nuevo.

"Kat, en verdad siento lo de Tom. Madge me llamó pero yo... creo que no puedo acompañarte. Sabes que te quiero amiga".

"Perdón, pero no sabría cómo reaccionar".

Leí los mensajes de Johanna y con todas las fuerzas que pude reunir, lancé el celular lejos. En el fondo la entendí, ni yo misma sabía cuál era la manera correcta de comportarme tras esta pérdida sin embargo eso no significaba que no me doliera su decisión. Se decía mi amiga.

Tomé la colcha de la cama para cubrirme, de pronto me dio mucho frio, tanto que mis dientes comenzaron a castañear. El ambiente era cálido y yo estaba temblando, Gale tenía razón con el medicamento. Los efectos secundarios eran peores a lo que ya estaba acostumbrada.

—Pero vale la pena— murmuré y no me sorprendió escuchar mi voz ronca.

No volví a dormir, solo me limité a tener la vista fija en la puerta de mi habitación, estando al pendiente de todo a mí alrededor. Cerca de las cinco y media alguien irrumpió en mi cuarto, no me sorprendió porque ya la esperaba.

Sae venía murmurando muchas cosas y de vez en cuando dejaba escapar grititos. Su cabello gris seguía despeinado que, junto con su andar pausado y sus ojos desenfocados, hubieran asustado a cualquiera, pero no a mí. Ese estado no era desconocido para nosotros. La abuela Everdeen caminó por todo el lugar moviendo la cabeza como alguien que espera un ataque desde cualquier punto. Se detuvo frente a mi celular para levantarlo y a continuación acercarse hasta mí.

—Tenlo contigo. Debes tenerlo contigo. Siempre cerca. Nunca sabes cuándo lo necesitas— el miedo llenaba su voz, de nuevo no me sorprendió verla así—. Están, ellos están ellos están esperando. Tú necesitas tenerlo cerca. Llámame si los ves.

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