CAPITULOLO 11: "Me importas"

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Importante leer la nota final.

CAPITULOLO 11: "Me importas"

POV Katniss

Despertar, ducharme, desayunar con mi madre y Madge, ir a la escuela acompañada de mi tía, reunirme con Finnick, ignorar a Johanna, sonreírle a Peeta, regresar a casa con mi mejor amigo, comer, bromear, hacer tarea, ir por mi medicamento con Effie, regresar a casa, pasar otro rato con Finnick y después ir a la cama. Básicamente ese era un resumen acertado de mi último mes.

La monotonía era buena para mi salud, pero aunque ahora estuviera viviendo de una forma que antes era la ideal para mí, seguía con un enorme vacío que nada en el mundo parecía poder llenar. El lado negativo es que no era capaz de darle nombre a la causa de mi malestar.

Giré la cabeza para ver la hora, estaba retrasada, igual que siempre en el último mes. Y como era costumbre, no me afectó, simplemente traté de acelerar mis movimientos para lograr cumplir con mis deberes matutinos.

—Buenos días— mamá saludó alegremente apenas entré en el comedor donde ella y Madge ya estaban desayunando, la abuela Everdeen, como siempre se encontraba recluida en su habitación, lidiando con sus propios miedos.

—Hola— besé la mejilla de cada una antes de sentarme frente a un plato con fruta picada y un recipiente pequeño lleno de yogurt natural, a la derecha un vaso con jugo de naranja. Como todas las mañanas mi estómago parecía no necesitar comida, no sentía hambre, pero a pesar de eso me obligué a comer algunos bocados frente a mi familia.

Desayunamos en silencio hasta que se escucharon algunos golpes provenientes del cuarto de Sae, esa fue la señal para que mamá se levantara con un tazón de comida, Madge y nos despedimos para ir a la escuela.

Mi tía subió a su auto después de mí y me dedicó una leve sonrisa, casi como disculpándose por que tuviéramos que pasar por toda esta situación con mi abuela. Hicimos la mayoría del camino en silencio, creí que sería tranquilo hasta que un mareo me obligó a cerrar los ojos fuertemente y respirar en forma pausada, tal como lo había aprendido a lo largo del tiempo. Tomo mejoraba si solo lo dejaba pasar.

—Kat— la voz de Madge era un tanto insegura, algo muy raro en ella. Abrí lentamente los ojos y le dediqué una mirada para tranquilizarla—. Yo... queríamos proponerte algo... tu mamá y yo...

— ¿Ajá? — me alarme, aun no me decía sus posibles ideas, pero su tono ya me hacía ponerme a la defensiva.

—Quiero que tu y Susan se muden a mi casa— mi tía estacionó el carro en el estacionamiento de los terrenos de la facultad—. Pensé que sería una buena idea. Solo estarías a cinco minutos más lejos de la facultad.

—Pero, ¿Y Sae? — logré encontrar mi voz. Aunque Madge no me trataba de obligar a nada, me estaba poniendo muy nerviosa.

—Ella no vendría con nosotros— su mirada estaba llena de pena y, en un intento de aligerar el momento sonrió—. Sabes que Sae ha estado un poco delicada y lo mejor para su bien estar es que la atiendan personas especializadas y eso permitiría que Susan comenzara a trabajar conmigo en el despacho como secretaria. Podrían vender la casa y tener un poco de dinero extra.

— ¿Pero y si no quiero mudarme?

—No se mudarán, pero eso no cambia en nada la situación de Sae. Ella va a irse a un asilo especializado en el distrito diez, la próxima semana— por un lado, las palabras de mi tía me consolaron, podía negarme. Pero por otro lado algo me invitó a cuestionarme cuanto tiempo pasaría antes de que ellas me hicieran lo mismo a mí. Mis ideas se fueron cuando escuché la voz de Madge de nuevo—. Tomamos esa decisión para que tú te sientas libre de escoger sin culpa.

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