CAPITULO 13: "Una grieta"

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Con este capítulo regresamos al ritmo original de la historia. Espero lo disfruten mucho, hay ciertos acercamientos que son de lo más interesantes.

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CAPITULO 13: "Una grieta"

POV Katniss.

Le importaba. Peeta Mellark se preocupaba por mí. Toqué mi mechón de cabello, ese que segundos antes él había puesto detrás de mi oreja, era tan extraño. Sentí una calidez brevemente, antes exclusiva de la presencia de Finnick a mi lado.

Mi corazón se aceleró y en mi interior fue como si alguien hubiera tomado en un puño mi estómago, mala señal. Me puse en pie como pude para llegar lo más pronto posible al baño y vomitar sobre el retrete.

— ¡Katniss!— la voz de Peeta se escuchó alarmada a lo lejos. Levanté mis ojos solo para ver su silueta borrosa parada en la puerta.

Al instante dos pares de brazos me ayudaron a ponerme de pie y me sostuvieron junto al lavabo mientras enjuagaba mi boca. En momentos como ese, cuando los efectos secundarios del medicamento empeoraban, me cuestionaba si en verdad los doctores me habían hecho un favor por autorizar su administración. ¿La tranquilidad que me daba el Aripiprazol era suficiente como para soportar el tratamiento?

—Es mejor que la lleve a casa— Madge habló tranquilamente, un momento después ya estaba a mi lado acariciando mi rostro— ¿Estás bien, Kat? ¿Puedes caminar?

—No— acepté en un susurro ronco.

—Vamos, yo te acompaño— el chico Mellark me tomó de nuevo en brazos. Mi cuerpo se sentía tan pesado que ni siquiera me detuve a pensar antes de recargar mi cabeza en el hombro de Peeta y esconder mi rostro en el espacio del cuello que quedaba a mi altura, lo sentí tensarse ante el gesto, pero siguió su camino hasta el auto de mi tía.

Todo a mí alrededor estaba en completa penumbra, no tenia certeza de la hora pero sin duda ya era entrada la noche. Había arruinado la cena con mi madre y con Madge, todo gracias a mi poca tolerancia al medicamento, interiormente me recriminé por haberme sentido así de mal, justo cuando las cosas parecías que iban a mejorar. Suspiré tratando que de esa forma un poco de frustración abandonara mi cuerpo.

—Catnip— escuché una voz ronca y cantarina, sentí un escalofrío recoger mi espina dorsal al tiempo que mi pulso se disparaba—. Catnip.

Me giré hacia la voz y apenas pude reprimir un grito por la sorpresa. A mi lado, junto a la cama, Sae estaba sentada en una silla con su cabello en todas direcciones y su mirada parecía perdida, sus manos se movían es círculos a los lados enmarcando su rostro.

—Sae— Murmuré por la sorpresa.

—Catnip, Catnip, Catnip— canturreo balanceándose de adelante hacia atrás, temí que en algún punto perdiera el equilibrio y callera.

—No... No— respiré pausadamente tratando de regular mis pulsaciones, sin embargo fracasé— No me digas así.

—Catnip— ella me ignoró— me van a llevar con él. Ella, ella, tu madre... Tu madre Susan me dijo que puedo volver a verlo.

— ¿A quién?

—A Tom. Ellos van a dejar que lo vea— sonrió ampliamente— se lo llevaron pero van a dejarme verlo. Tu doctor me va a llevar mañana.

Bajé la mirada, solo quería que se alejara de ahí, que se fuera a su cuarto y me dejara en paz. Ahora entendía a mi madre y a Madge, Sae ya no estaba con nosotros y por ende ya no estaba en nuestras manos ayudarla.

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