CAPITULO 19: "DETERIORO"

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¡Hola! Sí, sé que no debí de dejar pasar un viernes sin actualizar pero simplemente lo olvidé jajaj cuando era de noche me di cuenta de que no terminé el capitulo y pues les quedé mal, así que por eso les traigo la actualización de la semana pasada. Ojalá lo disfruten y les pido que lean la nota final.

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CAPITULO 19: "Deterioro".

POV Katniss.

Abrí los ojos en medio de la noche, por un momento esperé escuchar los pasos de mi abuela en el corredor, pero tuve que recordarme que ella ya no estaba en esa casa. Mamá logró deshacerse de ella. Solo fue el primer paso.

El reloj marcaba las cuatro y media, aún faltaban cerca de cuatro horas para que la mudanza comenzara. Todo estaba en su lugar, listo para el viaje, no tenía otra cosa para entretenerme. Me puse en pie, ya no dormiría más. El suelo se encontraba frío, tanto, que tuve que luchar contra un escalofrío que amenazaba con recorrer mi espina dorsal. Pero me obligué a dar unos pasos.

Llegué hasta la ventana y me senté en el alféizar. El distrito contaba con poca actividad, sin duda a esas horas solo los mineros estarían levantados, de camino a su trabajo. Las panaderías se estarían preparando para abrir sus puertas a los clientes. Todos los que se encontraban despiertos tenían una razón. No como yo. Yo solo era presa de mi miedo, no podía dormir por miedo a que alguien irrumpiera en mi habitación para llevarme al distrito diez, junto a mi abuela. El miedo de enfrentarme a mis pesadillas y que al cerrar los ojos mis amigas aparecieran para hacerme daño.

Una nueva oleada de aire frío entró por la ventana, pasé mis manos por mis brazos erizados por la baja temperatura. Tuve la necesidad de quedarme en ese lugar hasta que el sol se elevara en el horizonte, pero necesitaba hacer otras cosas. Encargarme de otros asuntos con el único fin de distraer mi mente.

Fui por mi ropa al armario, tomaría un baño rápido. Abrí mi cajón pero éste pareció desviarse del camino así que lo cerré, tratando de corregirlo. Lo abrí y pasó de nuevo, obligándome a repetir todo. Con manos temblorosas volví a cerrar el cajón, sin duda estaba perdiendo demasiado tiempo con mis estupideces. Decidí que si abría una vez más el cajón, sería la última ocasión, independientemente de cómo salieran las cosas.

Deberías revisarlo bien. Quedó mal cerrado. La ropa se va a estropear. Va a ser tu culpa.

Cerré los ojos con fuerza y respiré varias veces, ignoré mi malestar, mordiendo el interior de mi mejilla y me alejé hacia el baño.

Huyes. ¡Cobarde! No puedes con esto. Eres débil y patética.

Mi reflejo en el espejo me regresa la mirada. Las lágrimas resbalan lentamente por mis mejillas, desde mis ojos enrojecidos. Mi tic en los músculos de mi rostro parece haberse acentuado con el tiempo. Acaricio mi cabello, lento al principio y después llego a sentir un poco de dolor por la fuerza de mi agarre. Aparté mis manos momentos antes de hacerme más daño. Un sabor amargo inundó mi boca y no es hasta que sonrío que veo la sangre. He mordido demasiado fuerte mi mejilla.

Escupo en el lavabo, necesito dejar de verme en el espejo, nunca trae nada bueno y la abuela Everdeen decía que la vanidad no es buena para nadie. Un último vistazo de mi misma termina por ayudarme a dirigir mis pasos hacia la regadera.

Es extraño lo rápido que el agua del grifo se torna fría, los poros de mi piel protestan por la temperatura, sin embargo no salgo hasta que mis tientes castañean y mis dedos tiemblan al tomar la toalla. Sin duda me siento mejor. Un poco de paz tan necesaria y casi vale la pena lo que tuve que pasar.

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