7. Bittersweet red

2.4K 402 69
                                    

El camino desde Atenas fue incómodo, Yuri apenas hablaba y Otabek había tomado el volante sin preguntar, Saoirse sabía que él era mucho peor que ella al conducir si estaba enfadado. No quedo otra más que resignarse y esperar, algo, lo que fuera pero qué pasara de una vez.
En realidad estaba bastante preocupada y sabía que evadir la charla que debía tener con Otabek no era la mejor de las ideas, pero también sabía que lo mejor siempre era la verdad. Y la simple verdad es que la pareja destinada de Otabek viajaba en la parte trasera del auto y que ellos ya no eran nada, y una simple amistad no podía ser un impedimento para la felicidad de los otros dos.

Le sonrió a Yuri por el retrovisor y aprovechó que Otabek no estaba para indagar si el omega estaba al tanto de la situación o si estaba igual de ciego que su compañero.

—Yuri —le llamo como una madre a su cachorro.

El felino arqueo una ceja y le vio confundido.

— ¿Sabes algo de las parejas destinadas?

—No mucho, en realidad —se encogió de hombros y volvió a hacerse bola en el asiento—, ¿por qué?

—No mucha gente cree en eso, actualmente, me preguntaba si tú sí.

Hizo una mueca pensativa, sin mover ni un músculo para cambiar de posición, analizando con cuidado su respuesta.

—Supongo que sí —cerró los ojos y suspiró—. Mis padres son destinados, tienen el mismo aroma desde que recuerdo...pero creo que no existe para todos, la mayoría de las parejas se casa por conveniencia, incluso es una regla.

— ¿Tú crees tener pareja destinada? —preguntó ansiosa con las orejas erguidas hacia el menor, si estuviera de pie su cola se agitaría de un lado a otro con prisa.

—No.

Se desanimó, bajando las orejas, por más que intento disimularlo.

—Creo que estaré solo, que no seré capaz de casarme ni por conveniencia ni por amor, como familia quiere.

— ¿Por qué no? —volvió a darle un vistazo por el retrovisor—. ¿Acaso tienes miedo a enamorarte, gatito?

Negó con la cabeza y se giró para poder verla.

—No es eso, no lo creo al menos —sonrió levemente—. Sólo no, no podría ser madre, no tengo la paciencia para nada familiar y pensar que debo ceder casi todo de mí para ello me molesta—suspiro y se cubrió los ojos con el brazo—. Tal vez es que amo demás mi libertad, no significa que no me guste alguien a veces, pero nunca llevo las cosas... "más allá".

—Estar casado no es tan malo, Yuri —le sonrió levemente aunque no la viera.

El muchacho se quitó el brazo y la vio, ella tenía un aire nostálgico en su sonrisa y sus ojos eran tan tiernos como cuando su madre le contaba historias para dormir.

—Era divertido —le contó, comprobando que sabía lo que fue con Otabek—. Juntábamos dinero un año entero y entre los dos podíamos salir a lugares increíbles, éramos los dos contra el mundo y puedo decirte que fueron buenos años.

—Saoirse —se enderezó y se inclinó para poder verla—. ¿Qué fue lo qué pasó en París?

—Creo que ya lo sabes.

—Sé porqué se separaron, pero no entiendo que tuvo que pasar para que...llegara ese punto.

Suspiró y vio por la ventana, aún más nostálgica que antes.

—Hace dos años, durante la guerra civil, el gobierno francés solicitó nuestra ayuda y fuimos un pequeño escuadrón para apoyar —mordió su labio, su corazón latía acelerado como si lo estuviera viviendo de nuevo—. Yo me enteré que estaba embarazada allá, estaba contenta porque creo que sabes lo difícil que es que una alfa se embarace...ni siquiera se lo había dicho aún, salimos en busca de unos niños que supuestamente estaban refugiándose en una escuela y al llegar allá descubrimos que había sido una trampa, había explosiones y balas por todos lados —tenía los ojos cerrados mientras contaba lo que recordaba, parecía ida—, mataron a casi todo el escuadrón y a mí me habían disparado en una pierna, Beka y yo tratamos de huir porque éramos los últimos pero el carro en el que íbamos choco tratando de evadirlos.

Red deliciousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora