Ni Otabek ni Saoirse tenían un poco de tacto, eran los alfas más mandones de la existencia y a veces ni ellos se soportaban entre si, pero el lobo le gustaba así que descubriría eso que no le estaban diciendo y conseguiría al alfa que deseaba. Yuri...
Yuri no supo que decirle al mayor. Cuando entro en la habitación, no esperaba encontrárselo sin esposas, menos tan despierto como para verlo con esos ojos tan penetrantes y atemorizantes. Estaba paralizado en la puerta, incapaz de salir corriendo porque estaba recargado de ella y seguro se ponía torpe para abrir en la carrera. Era el fin...o no. Otabek tomó aire muy despacio, Yuri casi podía ver el pulso del alfa brincando bajo su piel en el cuello, le vió suspirar y retroceder para subirse a la cama, despacio.
—Me ataré, dame un segundo.
—Espera, ¿podemos intentar...sin que te esposes?
— ¿Estás seguro? —preguntó retrocediendo lo que Yuri avanzaba—, solo estoy en el cuarto día.
—Te ves un poco mejor —se sentó en su silla y mojo sus labios, sabían a fresa por el labial.
—Gracias —carraspeo, cubriéndose la nariz y la boca con la bufanda de Yuri—. Ese color te queda bien.
Esbozó una pequeña sonrisa y acomodó un mechón de cabello tras su oreja, nervioso.
—Gracias, Beka.
Suspiró y cerró los ojos, estaba tan cansado, era obvio que no podía dormir, pero al menos el calor había disminuido un poco.
—Estuve pensando en lo que dijiste —continuó Yuri al no obtener ni media palabra del mayor—, ¿te molestará si...mantengo un poco la distancia?
Otabek se sorprendió, estaba confundido y realmente extrañado, un omega huyendo de su pareja destinada, ¿quién lo diría?
—Al menos hasta que pueda hablar con mamá —agregó, jugando con sus dedos—, necesito...preguntarle un par de cosas y tampoco quiero forzar esto.
—Está bien, no es tu obligación quedarte conmigo.
—Lo es, lo sabes.
Suspiró e hizo una mueca, joder, aún percibía su aroma muy claro y fuerte.
—Sólo quiero sentirme seguro, no creí...tener una relación ahora.
—Yuri no te estoy pidiendo que te cases conmigo ahora —le interrumpió, un poco desesperado.
—Lo sé, pero encontrar la pareja destinada implica...todo esto —se puso de pie, comenzando a dar vueltas por la habitación—. Debo casarme contigo, lo que significa que estoy atado a ti y a tus decisiones, eres militar lo que me dejaría a la deriva si en alguna de tus misiones sales dañado o....mueres, ¿y si tenemos hijos?, aún peor.
—Yuri...
—No estoy listo para formar una familia, me gusta viajar con mis padres y portarme como un crío, aunque ya tengo veintitrés años.
—Yuri... —volvió a llamarle como suplica, estaba alborotando sus sentidos y no sabía si podría resistir, esperaba que sí.
—Me gusta mi libertad, pero en cuanto hagamos público esto tendré que llevar tu marca y volverme sumiso, así no soy yo...
—Yuri —alzó la voz lo más que pudo sin que su alfa se metiera—, siéntate, por favor.
El omega pareció darse cuenta de lo que estaba haciendo y abrió las puertas del balcón para volver a su silla, apenado.
—Lo lamento, no era mi intención.
—Está bien...no te muevas, me pararé afuera un momento.
Asintió y se aferró a su asiento, viéndolo ponerse en pie de inmediato para caminar al balcón sin quitarle la vista de encima, parecía depredador.
—Necesito que te calmes, porque tus feromonas me marean.
—Sí, perdona.
Suspiró, llenando sus pulmones del aire del exterior y volvió la vista al muchacho que miraba para todos lados como buscando algo interesante que hacer. Se mordió el labio y se pasó una mano por el cabello, jamás se había sentido tan nervioso como en ese momento.
—Yuri, no seremos pareja si no lo quieres, que seamos destinados no lo convierte en una obligación —volvió a tomar aire y tragó saliva—, sólo quiere decir que somos compatibles y si te soy sincero no quiero pensarlo ahora porque estoy trabajando, ¿me entiendes?
El omega bajó la mirada y asintió, eso se había sentido como si lo hubiera apuñalado en el pecho y jalara la daga hacia su estómago.
—Sí, te entiendo —se aferró a la silla y bajó la cabeza—, era justo eso lo que te quería decir, me alegra que pensemos igual.
Asintió, estoico y se sentó con la espalda pegada al barandal.
— ¿Podemos fingir que esto no pasó? —preguntó Yuri, levantándose sin prisa para no tener que verlo de frente—, así no nos ponemos incómodos...
—No necesitamos fingir, Yuri, nada pasó aquí —dijo tranquilo, alzando la mirada—. Y fingir provocará que estemos incómodos y evasivos, lo que hará más difícil la misión...sólo tómalo con calma, ¿bien?, no somos pareja, pero podemos ser amigos.
—Te lo estás tomando demasiado bien, creí que...te enfadarías o algo...
— ¿Quieres que me enfade?
—No —carraspeó, estaba tan incómodo que no podía esperar a salir de ahí—. Me voy ya, saldré con Saoirse... ¿necesitas algo?
Otabek negó sin inmutarse, sosteniéndose del barandal con fuerza.
—Entonces me voy, te veo después —se apresuró a salir del lugar, con pasos torpes y azotando la puerta tras él.
El alfa se quedó quieto en el balcón, observando la puerta como si esperara que volviera para decirle que se arrepentía o que de verdad quería intentarlo...pero sólo vio la madera hasta que se quedó dormido.
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"[...]Oh, dolorosa desilusión, has roto mi alma cuál cristal, la atravesaste sin exaltación con un terrible golpe fatal.
Oh, frágil corazón, has sufrido de un daño mortal, tu amor sufrió decepción, y solo queda el acto carnal[...]"
Fragmento. Poema encontrado en una libreta abandonada en el Pont Neuf. Año XXXX, durante la rebelión de los betas en Francia. Autor desconocido.
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Hey y'all! Vengo hoy con este pequeño cap, literal xD es pequeño porque sólo tenía un propósito uwu lo bueno viene después~
Mil gracias por leer, votar y comentar! Lof, smooches y galletitas to y'all!
