Parte 3: Un ángel caído y un beso.

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Una semana a transcurrido desde aquel incidente, en el cual casi envió al inframundo a aquellos delincuentes juveniles que se atrevieron a golpear mi hermanita, si preguntan si me arrepiento de algo, pues obviamente les diré que no

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Una semana a transcurrido desde aquel incidente, en el cual casi envió al inframundo a aquellos delincuentes juveniles que se atrevieron a golpear mi hermanita, si preguntan si me arrepiento de algo, pues obviamente les diré que no.

Más bien, eso fue lo que declare a las autoridades cuando se descubrió que fui yo el agresor, los cuales en vez de arrestarme y considerarme un delincuente, me agradecieron puesto que aquellos jóvenes eran tan problemáticos que ni siquiera ellos podían ponerles la mano encima, también recibí una recompensación, muchos regalos de parte de todos los policías de la comisaria y una medalla de honor.

Todo fue tan grandioso.

Lo único malo fue cuando me llevaron al hospital para que trataran las heridas en mis nudillos, no importaba cuanto gritase y pidiera clemencia, los doctores, sin piedad pusieron anestesia en mis nudillos para que no doliera cuando tuvieran que coser mis heridas, pero como yo soy inmune a la anestesia, ya se imaginaran que tanto me dolió.

Fue el infierno.

Si hay por si acaso alguna pregunta sobre mi hermanita, solo diré que la hinchazón en su mejilla desapareció a los tres días, esa niña se recupera más rápido que yo.

Ahora, pasando a lo más importante.

En estos momentos, Sara se encontraba entrenando en uno de los parques más cercanos a su casa.

Lanzaba golpes y patadas al aire tan rápidas que casi no se podían ver, eran tan temiblemente coordinadas que casi siento lastima por la "ilusión" con la cual ella está peleando.

Aquella ilusión creada por la imaginación de Sara, era nada menos que Gabriel, el cual se encontraba recibiendo una gran paliza.

Repentinamente Sara detuvo sus ataques coordinados, las cuales aprendió gracias a las memorias de Odín.

-no crees que es de mala educación estar espiando a alguien sin su permiso.

Por un momento pensé que me habían descubierto pero al parecer no fue así, la persona a la cual se refería es aquella persona que se encontraba detrás de un enorme árbol no muy lejos de mi ubicación.

El incognito sujeto al verse descubierto, decidió salir de su escondite.

-veo que tus habilidades han aumentado mucho en tan solo dos semanas, sara.

La persona que salió de aquel árbol, y acaba de hablar de manera arrogante, era Gabriel, el cual parece haber vuelto después de haber conseguido información sobre la gungnir.

Un destello de luz apareció muy cerca de los ojos de Gabriel, el cual no pudo comprender de que se trataba aun después de darse cuenta que su cabeza había golpeado el suelo.

- ¡imbécil, como osasteis en dejarme varado en una pista ¡

Lo que había pasado era lo siguiente, Odín al presenciar el aura de su arrogante esclavo tomo rápidamente el control del cuerpo de Sara, y a una velocidad mayor al del sonido acorto su distancia con Gabriel y lo golpeo con un brutal poder en el rostro, el cual quedo plantado en el suelo.

La guerra por el apocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora