Capítulo 3

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Alan se encontraba descansando en esa elegante habitación de su acogedor hogar. Después de haber escrito un largo rato decidió descansar—aun seguía esperando una llamada de parte de Kyle—. En su mano, casi tocando el suelo, se encontraba un cuaderno, el cuaderno de las pasiones nunca antes confesadas. Allí este guardaba cada uno de sus secretos y locuras. Muchos morirían por leerlo, pero Alan sabía que sería su final si eso sucedía. Por suerte pudo encontrar el sueño y en sus perversos sueños se encontraba feliz. 

11 de octubre.

El es hermoso, mas perfecto de lo que nadie cree. Me vuelve loco con su boca sensual. Juro que si enloquezco será por el. He soñado miles de veces en el momento que lo toque y lo bese. El momento más esperado, cuando lo haga mío, cuando roce su piel con mi pulgar y gima de placer. No estoy loco, solo por el, claro... Lo amo desde que estamos en sexto grado y ya pasaron muchos años. Kyle, Kyle. Siempre te he deseado, mi amor. Ojalá y nunca te enteres que tengo una foto tuya guardada en mi cajón. Recuerdo aquellos momentos cuando íbamos a la playa con tus padresclaro, eso fue mucho antes que ellos se divorciaran, siempre te lanzabas al agua, podías estar ahí todo el día. Amaba el tiempo en que solo éramos tu y yo. Tu y yo, suena hermoso ¿no? Si supieras que te he observado desde mucho antes que nos conociéramos, ya sabía que serías tu a quien desearía tanto. Desearía que Bethany nunca hubiese aparecido, porque tu eres mío y de nadie más. Pero no te preocupes Kyle, yo se que tu no la amas y pronto me desharé de esa perra y solo seremos tu y yo. 

-Alan.

Se dejo llevar por sus pensamientos hasta que pudo dormirse. Soñó con cada momento de su infancia junto a Kyle. Ambos siempre juntos, cómplices, compinches, colegas... Niños pequeños que crecieron y les tocaba enfrentar la vida, pero Alan no podía aceptar que habían crecido y que nada sería como antes. Dejo que sus sueños lo guiaran y le hicieran imaginar cosas que tal vez jamas pasarían. Su sueño fue interrumpido cuando sintió una voz llamarle.

—Alan. —la empleada domestica lo llamo mientras este volvía a la realidad—, ¿niño Alan?—volvió a hablarle.

—¿Que quieres Nancy? —preguntó frotando sus oscuros ojos.

—Tus padres te llaman. Quieren que desayunes con ellos.

Se puso en pie y luego de prepararse bajo a la sala. Se encontró con una pareja, una mujer de unos 50 años de edad y un hombre un poco mayor que ella. Saludo a sus padres con un beso en la mejilla de cada uno. Luego de un largo abrazo por parte de su madre y una caricia en su cabello por parte de papá decidieron tomar asiento y comenzar el desayuno. Alan se encontraba nervioso, hacía mucho tiempo que no veía a sus padres. Estos lo habían castigado por beber alcohol en la fiesta de un amigo. No tenían muy buena relación, eran como perros y gatos: el niño Alan siempre fue un niño mimado y consentido, tal vez esa era la causa de muchas de sus locuras. Pero algo estaba claro, sus padres lo complacían en todo y a pesar de todo lo malo que hiciera su hijo estos lo apoyarían. Jugueteaba con sus dedos y a su vez los estiraba. El lugar se encontraba en un silencio sepulcral, solo se podía escuchar el crush crush de cada bocanada.

—¿Y como te va en las materias? —pregunto su padre, el señor Fernando.

—Voy bien. —le dio un mordisco a su emparedado.

—Me alegra. —Fernando miro a su hijo y este le aparto la vista.

—Tu padre y yo queríamos preguntarte algo, cariño. —hablo la señora Clara—. Ya que se acerca tu cumpleaños queríamos saber que querías este año.

Guardo silencio unos segundos pensando en qué podía pedir ese año. Hace dos años había pedido una noche de chicos en su casa. Invito a Kyle pero nada salió como lo esperaba pues su madre invito a todos los chicos de su curso.

—No lo se. Lo pensare y les diré luego. —contesto el muchacho levantándose de la mesa y dirigiéndose a su habitación.

El año pasado había pedido un viaje por Europa e invito a Kyle. Pensó que esa era la oportunidad de hacerlo suyo, pero no fue así pues este tenía problemas por el divorcio de sus padres. Ahora cumpliría 16 años y todo sería diferente. Cada año se las ingeniaba para pedir algo que lo acercara a Kyle y este año no sería la excepción. Así que solo era cuestión de tiempo para pensar en otro plan macabro. Si Kyle supiera que este tenía fotos suyas por todo su armario, detrás de la ropa, donde nadie pudiese verlas. Se acostó en la cama y miro el techo. Tenía que pensar algo bueno, algo que no fallara. Y soltó una sonrisa siniestra y en su mente perversa pensó cosas que no debía.

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Hola. Quiero agradecer cada voto y comentario. Espero que les guste todavía jeje.

¿Que debería pedir Alan? Muajajaja!

Otra cosa: Esta historia no será muy larga, creo que tendrá 15 capítulos máximo.

No olviden votar y comentar.

Besos, xoxo. :*

Obsesión (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora