Capítulo 4

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Todo el mundo siempre ha pensado que los Strigois somos criaturas crueles y despiadadas, sin corazón, sin sentimientos, sin conciencia y que somos estúpidos.

No están del todo equivocados

Nosotros somos todo lo que ellos dicen, menos estúpidos. O al menos la mayoría somos más listos.

En las Academias siempre nos enseñan que los Strigois trabajan por separado, que siempre cazan solos y que encontrarlos en grupo es muy complicado, bueno eso es mentira. La gran mayoría pertenecen a grandes grupos manejados por Strigois más viejos, de cierta forma esto da ventaja cuando quieres hacer ataques más grandes y elaborado. Pero esto aplica a los líderes, para ellos es más fácil.

Para los peones, o sea yo, es más complejo. Debemos exponernos, salir y pelear, lo cual no me molesta, pero todo el reconocimiento se lo lleva el Strigoi viejo.

En mi grupo Henry es el comandante y yo soy uno de sus peones más jóvenes, pero soy diferente. En el tiempo que llevo como Strigoi él no me a dejado probar la sangre humana porque según él esa te hace débil, lo cual es absurdo porque la mayoría bebe de esa sangre.

Henry no es alguien de metas fáciles, le gustan los retos y los desafíos, por eso nos encontramos aquí ahora.

Los Badica son una familia Real pequeña, técnicamente, no es tan pequeña como los Dragomir, pero sigue siendo conformada por menos familiares que las otras.

Por alguna extraña razón Henry poseía la ubicación de muchas de las familias reales, digo “extraña razón” porque esa suele ser información solo para guardianes. Casualmente había una en Rusia, cerca de donde nosotros nos encontrábamos y decidimos hacer una visita.
La casa era pequeña, hogareña, solo había dos entradas: la puerta principal y la trasera. Mayormente las casas así tenían salas, protecciones mágicas compuestas por los cuatro elementos mágicos (agua, tierra, aire y fuego), estas se usan para evitar que los seres sin alma entren o sea los Strigoi y es decir yo.

Pero nosotros ya habíamos roto las salas y entrado a la casa.

Baje la mirada y observe como Antón se alimentaba de un dhampir.

-¿Terminaste? – pregunte

Tiró el cuerpo al suelo– Sí – respondió, lamiendo sus labios.

Di un asentamiento y mire hacia la sala de estar donde se encontraba la familia Moroi, sus caras aún más pálidas de lo normal, el miedo en ellas era palpable y se podía respirar el temor.

–Les a llegado su hora – dijo Henry fingiendo tristeza –, pero no a todos. Hoy nos sentimos generosos y estamos ofreciendo una oportunidad de vivir, de alcanzar la vida y el poder eterno.

Dios, era un dramático.

–Solo hay que matarlos – respondí.

Sonrió– Paciencia, querida – regresó su mirada a las víctimas de la noche –. Entonces, ¿quien alcanzara la vida eterna? – ninguno respondió, por un segundo todo lo que se escuchaba en la sala eran los sollozos de una Moroi que abrazaba a sus hijos – ¿Nadie? – Henry insistió. Él dio un paso atrás y apuntó a los Badica – Matenlos.

Camine y levante del cabello a la mujer que lloraba, me miró a los ojos. Ella no era fea, era mayor pero seguro que cualquier otro día, uno sin menos maquillaje corrido, podría haber sido más atractiva, sus ojos eran oscuros y suplicantes.

–Por favor – rogó –, ten piedad de mí, ten piedad de mis hijos. – mire sus ojos de nuevo, suplicantes y llenos de dolor, eso me hizo sentir… Nada. No sentí nada.

Le sonreí– Se encontrarán en la muerte.

Mordí su cuello, al principio gritó de dolor, era normal, pero después suspiró por las fuertes endorfinas Strigoi, yo había sido mordida continuamente por una Moroi y sabía lo poderosas que eran las mordidas, pero las mordidas Moroi no eran nada comparadas con las Strigoi, yo lo sabía porque lo había experimentado cuando fui despertada.

Lamí la sangre dulce de mis labios cuando termine y su cuerpo cayó al piso. Inerte.

Cuando mire alrededor ya no quedaba nadie vivo, dos cuerpos pequeños llamaron mi atención, eran los hijos de la Moroi, sangre estaba esparcida por sus cuellos, aparte la mirada, hasta ahora yo no había matado niños.

–¿Por qué no haces los honores, Rose? – Henry apuntó a la pared blanca, sabía lo que seguía.

Pintar el mensaje. Básicamente era el mismo siempre a excepción de que le agregabas algo que lo hiciera espeluznante, yo había visto este tipo de mensajes antes de ser despertada. Había sido cuando visitamos la casa de un guardián para una prueba.

Casualmente también había sido Badica.

Tome sangre de uno de los cuellos y escribí.

POBRES, POBRES BADICA.

CADA VEZ HAY MÁS POCOS Y OTROS LES SEGUIRÁN.

LAS FAMILIAS REALES SE ENCONTRARÁN EN LA MUERTE.

Mire mi trabajo, era la primera vez que hacía algo como esto y me gusto.

Henry asintió y salimos de la casa.

***

Mire a Antón– ¿Enserio?

–Sí – dijo –, es la mejor decisión.

Él me había preguntado si de verdad iría tras de Lissa y Dimitri, la respuesta era “si”, él se había puesto todo confuso sobre mi respuesta.

–¿Porque no querrías vengarte de todas las personas que te lastimaron cuando eras débil?

Se mostró indiferente– Sé que están allí afuera, solo quiero sorprenderme. Si los busco ahora ¿que haría después? Son la razón por la que estoy aquí.

–¿Encontrarlos por sorpresa? – pregunte.

–Si, así lo disfrutaré más, ¿Que va a pasar cuando mates a todos y veas que no es tal y como creías que sería?

Lo pensé un minuto, tal vez tenía razón y debía dejar aulas cosas solo pasaran, tal vez mañana me encontraría a Lissa y la mataría por sorpresa. Tal vez era mejor mejor así.

Solo dejar que las cosas pasen y así no tendría que decidir.

Lo , lo . Es pequeño.

Hoy no pude escribir mucho por que...

¿Adivinen que?

¡Es mi cumpleaños!

Por eso no he tenido tiempo, espero que lo hayan disfrutado y prometo actualizar pronto.

Gracias por leer y votar

¡Besos! 😘😘

Blood Promise-Un cambio en la historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora