Capítulo 10

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Todo había salido mal, el plan que habíamos organizado no había sido nada más que un muy entretenido juego para Rose, ella lo sabía, lo sabía todo. Ella nos había dejado creer que podíamos ir un paso más adelante de ella, que teníamos una pista para poder encontrar, pero ella ya había hablado con Tanner, ella sabía que no nos rendiriamos  y que la buscaríamos, también a qué hora estaríamos con él, que saldríamos pronto y hacia donde nos dirigíamos.

Ahora nos tenía, yo me encontraba atada a un sofá, no un sofá cualquiera, parecía que había sido diseñado para tener a las personas encadenada ya que de la parte de atrás salían un par de esposas. Adrian, Tasha y yo nos encontramos en el mismo sofá. Eddie y Dimitri se encontraban en sillas individuales, pero sus cadenas no salían de las sillas sino del piso, más reforzadas por el hecho de ser más fuertes.  Eddie fue el primero en recobrar la conciencia y Dimitri el último, un hilo de sangre corría por un costado de su cabeza.

–Bienvenido, bello durmiente – dijo Adrian cuando Dimitri despertó.

Nadie presto atención a la broma de Adrian, nos encontramos en una situación lo bastante tensa como para reír y él sabía eso.  La única puerta que había en la habitación se abrió y una mujer joven entró, tal vez dos o tres años mayor que yo, rápidamente dejó un recipiente con agua y unas ventas, miró hacia una esquina de la habitación y dio una pequeña reverencia con la cabeza y se fue. Eddie ha una estado mirando esa esquina desde hace un rato, ahora sabía porque, alguien está allí.

Rose está allí

Ella caminó hacia el centro de la sala y solo se recargó en la pared, esperando.  Ella había cambiado, ya no vestía igual, ahora su ropa era glamurosa y cara. Llevaba puestos una botas hasta el tobillo con tacón, pantalón de seda a la medida color negro a juego con la delgada blusa blanca y un abrigo largo de color negro, pero eso no era todo; llevaba un hermoso collar a juego con un brazalete, probablemente lo que llevaba puesto equivalía a lo que ganaría en toda su vida como guardiana, Rose nunca se puedo permitir ropa cara o joyas. El punto no era su ropa, era su cara, más pálida que nunca y sin ninguna expresión, el maquillaje que llevaba resaltaba sus ojos, sus ojos rodeados por un aro rojo arruinado su color.

–¿Terminaron? –preguntó ella. Su voz totalmente fría y difente a como había sido antes. No me había percatado de que no era la única que la analizaba.

Se quitó el abrigo y lo lanzó a una silla vacía, se acercó y humedecío algunas gasas, intentó limpiar la sangre de la cara de Dimitri, pero él se apartó. –Dimitri, si te fuera a hacer algo ya lo habría hecho, así que déjame limpiarte.

Él cedió

Nadie habló mientras ella trabajaba, cuando terminó enjuago sus manos y arrojó las vendas sucias al agua.

–¿Porque estamos aquí, Rose? – le pregunté

–Lo mismo me cuestiono yo, se suponía que ya deberían estar lejos de aquí

La chica que entró anteriormente volvió por las cosas y salió rápidamente, otra vez.

–¿Creías que nos iríamos sin buscarte? – fue la primera vez que escuche hablar a Dimitri desde que despertó

Ella lo miró como si estuviera bromeando– ¿Buscarme? Ustedes lo único que hicieron fue meter sus narices donde no debían, asesinar algunos Strigois y ver cómo una chica se volaba la cabeza – ella se dirigió a ponerse su abrigo y después volvió a vernos – Lo olvidaba, también lograron que un niño de 10 años esté siendo manipulado por mí

Ví algo en los ojos de Dimitri, un niño inocente de 10 años, no era solo un niño inocente de 10 años; era el sobrino de Dimitri.

–No seremos tus juguetes, Rose – amenazó Tasha –. Y mucho menos nos quedaremos aquí esperando que será de nosotros dependiendo de lo que se te antoje.

Rose se acercó a Tasha, todos nos pusimos tensos. Rose no se llevaba bien con Tasha, mucho menos después de que se entero que lleva su hijo en su vientre y que posiblemente se cansen pronto, el tema aquí es que Rose no dudaría en hacerle daño ni a su bebé. Ella podría matarla de un movimiento.

–¿Y que harás? – preguntó Rose con una sonrisa burlona–. ¿Vas a matarme? – Rose se acercó peligrosamente a Tasha, esta última le dirijo una mirada llena de coraje, no parto se mirada ni un segundo, como si esperara a que algo pasará.

Estaba utilizando su fuego

Aunque realmente no pasaba nada.

Rose rio, sabía lo que trataba de hacer y también sabía que no funcionaría. Rose caminó hacia Adrian y desabotono parte de su camisa revela do un tatuaje, el signo grabado en la piel de Adrian era muy parecido a el collar que Rose me había puesto a Paul para manejarlo. También era una runa

–Me tomé la libertad de marcarlos mientras estaban dormidos, ninguno puede usar sus poderes mientras esto siga en su piel y para los Dhampirs, bueno, los volverá débiles.

Todos nos miramos entre nosotros, teníamos menos posibilidades de salir, con los Dhampirs sin fuerza y nosotros totalmente lejos de nuestros poderes estábamos peor, bueno no es como que Adrian y yo hubiéramos podido hacer algo con el Espíritu.

Y Strigoi entro al salón y llamó la atención de Rose, ella nos dirigió una mirada y luego le dijo al Strigoi que la esperara afuera.

–Bueno – nos dirigió una fría sonrisa–, tengo negcios que atender.

Sin miramos otra vez salió del salón.

ROSE

De recién que llegamos a Baia Henry me contó algo sobre nosotros, por lo visto él y yo somos diferentes, lo somos por haber sido Shadow Kiss antes de despertar, eso nos entrega beneficios especiales. ¿Uno de ellos? Podemos tener descendencia; Henry la tenía. Algunos de sus hijos ya eran muy viejos, según sabía la más joven de sus hijos era Amelia, quien cuidaría de la banda de estúpidos encerrados en el salón y la que me llevó el material para limpiar a Dimitri. ¿Cómo afectaba el que fuéramos Strigois a los hijos? No lo sabía, Inna era una Dhampir normal.
Por más que me gustaría averiguar eso tenía asuntos de los que encargarme, por ejemplo, el casi inconsciente hombre que colgaba de los brazos de dos Strigois, cada uno sosteniendo un brazo del chico.

Me acerqué y levanté su cabeza.

Él me miró

–Que sorpresa – le dí la mejor de mis sonrisas

–¿Dónde están, Rose? – preguntó, arrastrando las palabras

Me encogí de hombros– No sé de quienes me hablas, Christian

Él pobre se encontraba algo golpeado, obviamente por los Strigois que lo habían traído desde afuera cuando lo vieron husmeando.

¿Dónde está Lissa? – insistió

Ya no le respondí, mire a Antón

–Marquenlo y llevenlo a una habitación de la parte de arriba, no quiero que se encuentre con nuestros otros invitados.

Asintio y arrastró a Christian por las escaleras, mientras veía como era llevado una idea pasó por mí cabeza.

Una idea que sabía que le haría el mayor daño a Lissa, Tasha y a todos los que se encontraban dentro del salón. Y no solo eso, podría obtener un aleado.

Podría darle a Christian lo que sus padres querían para él

Podría volverlo Strigoi.

Blood Promise-Un cambio en la historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora