Palabras Rotas De Una Chica Rota

Correr o no correr...

Hay una tormenta, pero la tormenta no está ahí afuera, está dentro de mí.
Esa tormenta está arrasando con todo mi interior.
Me estoy derrumbando lentamente.
Me desangro frente a sus ojos, pero no ven. O eso parece.
Sentir esto me está matando.

Lágrimas de sangre.
Palabras que derrumban.
Insomnios con nombres.
Penas dolorosas.
Recuerdos, malditos recuerdos que no me dejan en paz.

Melodías melancólicas sonando en mi cabeza.
¿Por qué?
¿Por qué no puedo salir?
Cada vez siento que estoy más abajo.
Me hundo en un sinfín de tristeza.

No puedo contar esto, por más que me encantaría sacarmelo de encima, no puedo.
Cada vez que lo intento mi voz desaparece, mi pecho duele, mis ojos arden y se llenan de lágrimas.

A veces es angustiante no tener quien te escuche.
Pero poco a poco se vuelve normal.
Es horrible que nadie se de cuenta de tus cambios.
Es desesperante que nadie sepa de tu existencia.

Me siento una mierda.
Siento que nadie me quiere.
Siento que doy, doy y doy.
Pero nunca recibo nada.

Un vacío crece en mí, cada vez es más grande, y cada vez se hace más imposible de llenar.

Ya no soporto mi sentir.

Lo extraño.
Extraño mi vieja vida.
Extraño mi niñez.
Extraño mi felicidad.
Extraño el antes.

El ahora es difícil.
Es un laberinto sin salida.
Una pesadilla sin final.

Lamentos de una chica, que le teme a la vida.

Corro tras mis sueños, pero no es fácil.
Corro, corro, corro y corro.
Corro hasta que me falta el aire.
Corro hasta que mi cuerpo tiembla.
No tengo planeado parar.
Pero la vida de vez en cuando para reírse me pone un obstáculo entre los pies.

No importa, me levanto otra vez y sigo corriendo.
Con lágrimas por mi cara, pero sigo.
Con heridas por todos lados pero no importa.
Lucho con todo lo que tengo.

Pero no siempre me levanto rápido, hay veces que me tomo mi tiempo.
También hay veces en las que pienso en dejarme vencer.
Pienso en dejarme ir.

¿Correr o no correr?
¿Vencer o perder?

No lo sé...