Tregua.

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- Hablar, rubia, nosotros tenemos muchas cosas que hablar.

Un silencio, más grande que el que solía estar en los pasillos antes de que entraramos, invadió el ambiente.

Solté un bufido mientras rodaba los ojos.

- No te entiendo Travis, de verdad eres muy extraño.  -contesté mientras lo miraba fijamente.

- ¿Extraño?  -soltó una pequeña risa-  ¿De verdad crees eso?

-  Es lo que has demostrado, Brown.

-  Tú quieres que esto luzca extraño. -afirmó.

-  ¿Yo? O sea que, ¿La culpa es la mía? -pregunté algo molesta.

- Supongo que sí, pero aún no sé a qué "culpa te refieres".

- ¡ A esto! -exclamé- ¡A que nos llevemos así y que me moleste tanto pasar tiempo contigo! ¿De verdad crees que es mí culpa? ¡Lo contrario, tú lo buscaste y tú lo encontraste!

Luego de soltar todo eso sentí un pequeño alivio y se me hizo inevitable poder suspirar.

- Entonces sí te gusto. -dijo con una media sonrisa.

-¿Qué? ¿Eres idiota?

- No. -respondió- Pero me acabas de decir indirectamente que te gustaría tener otro tipo de relación conmigo.

¿Era cierto todo esto?

-¡No! O tal vez sí, pero ¡Ese no es el punto! -dije exaltada.

-¿Entonces prefieres odiarme?

- ¡Cállate, Travis, joder! -interrumpí- ¡Me estresas! ¡No sé que es lo que mierda pretendes conmigo!

- Acercarme.

Me detuve completamente.

- No me apetece. -respondí fría- Hace horas me encontraba peleando contigo y  , ¿ahora me vienes a decir que todas tus putas jodas son para "acercarte"? Eres lejos la persona más imbécil que he conocido.

Pero por muchas palabras que le lanzaba, Travis se mostraba normal. No le afectaba nada de lo que le decía y ni si quiera sabía si me estaba escuchando gracias a su actitud.

- De cualquier manera que me acerque llegamos siempre al mismo punto.  -suspiró- Una pelea. Sé que muchas veces me acerqué solo para molestarte, como también para conversar, pero cada vez que me ves tu primer pensamiento es "¡Qué desagradable!" Y tampoco aportas para llevarnos bien.

Me quedé pensando en lo que dijo. Tal vez tenía razón, pero el mismo provocó de que así fuera.

De todas maneras no entendía si quería llegar a una tregua u otra cosa por el estilo.

-¿Cuál es el punto de todo esto? -pregunté.

-Lleguemos a un acuerdo.

-No entiendo cuál es tu afán de tratar de llevarte bien conmigo.

-Yo tampoco, Clara. -sonrió. 

No pude evitar una risa.

-¿Entonces? ¿Desde cero? -continuó ofreciendo su mano.

- Hum... -me quedé pensando un poco- Antes debo poner ciertas condiciones...

-¿Cuáles? -preguntó con el ceño fruncido.

- Primero, esto no significa que seamos amigos ¿Ok? -propuse- Segundo, nada de meterse en la vida del otro.

- Claro. -dijo aún con su mano alzada ligeramente.

- Desde cero, Brown. -continué estrechando su mano.

Ambos nos miramos sonrientes y segundos después separamos nuestras palmas.

Al parecer no era tan malo lo que teníamos que conversar.

Me acababa de quitar el peso de Travis Brown de encima.

El timbre de descanso sonó y me levanté rápidamente. Buscaba por los pasiillos a mis amigos pero los fuertes brazos de Jace me tomaron por sorpresa y me cargaron en su espalda.

-¡Joder, Jace, me asustaste! -chillé

-¡Al campo de fútbol! -dijo antes de echarse a correr por los pasiillos camino a la cancha.

Ambos nos reíamos sin cesar gracias a la situación. Finalmente, caímos en pleno césped del campo terminando Jace encima de mí.

-Eres un estúpido, Jace.  -dije entre risas- Ahora, sale de aquí, ¡Me aplastas!

-Me encanta estar sobre tí. -respondió- No lo haré, Clara.

Fueron sus últimas palabras antes de darme un intenso beso.

-Jace... -dije entre risas- ¡Estamos en pleno campo de fútbol!

- Tienes razón, ahora paro -rió.

Se acostó a mi lado y juntos comenzamos a mirar el cielo.

Era un día hermoso, por lo que no habían nubes para contar, una lástima.

Entrelazamos nuestros dedos y comenzamos a conversar. Un tiempo sólo de parejas.

Mi día cada vez se estaba haciendo menos horrible, cada vez más perfecto.

Nunca pensé que el hecho de ir a clases terminaría haciéndome tan feliz.

~○~

Llegué a casa y al no ver a mamá, me dirigí a la cocina, donde (como suponía) había una nota de ella:

Chicos, hoy me juntaré con algunas amigas. Llegaré a la noche, los quiero.

P.d: El chocolate de Clara está en la nevera.

Sonreí.

Mamá me conoce tan bien  , que supuso que llegaría odiando cada vez más este día por ir a la escuela obligada, por lo que me compró un chocolate para el mal genio.

Mami te amo.

Lo mejor es que mi jornada escolar no fue desagradable. Así que disfrutaría mi chocolate con muchas ganas.

Subí las escaleras y me di cuenta que Max ya estaba en casa.

Genial.

-¡Max, saldré con Lia y Chris un rato! -aproximé a decir mientras sacaba un bolso más pequeño para guardar mis cosas.

Miré mi móvil y me encontré con lo que deseaba:

Nuevo de Chris:

Te esperamos en Malibu's Break .

Sonreí para mis adentros y seguido de salir de casa, tomé dirección hacia el café playero.

Sinceramente, mi día  estaba siendo maravilloso.


Nota de la autora: ¡Hooooolaaaaa!  siento la tardanza, estoy copada de exámenes y no tengo mucho tiempo. Ahora me encuentro enferma, por lo que aproveché mis aburridas horas libres en cama para escribirles un poco. 

¿Qué opinan de la "tregua" de Travis y Clara?

Espero sus comentarios y votos!

***siguiente capítulo con dedicatoria

XOXO,

~MS.

No soy otra típica rubiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora