No soy otra típica rubia

Fue un error.

NARRADO POR TRAVIS.

A penas Clara contestó mi mensaje corrí hacia mi motocicleta y encendí el IPod para partir a su casa. La canción Do or die  retumbaba en mi cabeza.  No entendía que mierda me pasaba, pero eran en momentos como este, en el que la letra de una canción te puede torturar lentamente. Tenía que hacerlo, si no, moriría por dentro el resto de mi vida.

Estacioné afuera de la casa y suspiré fuerte. Esta era mi oportunidad, era mi momento para poder hablar de una vez con Clara. Toqué el timbre y enseguida su rostro, desconcertado apareció en frente de mí. Tenía sus ojos azules llenos de brillo, como si estuviera aguantando con sus mayores fuerzas las ganas de llorar.

La importencia crecía, no era normal verla así. Estaba tan inofensiva, pacífica, pero de todas maneras yo podía comprender que se moría por dentro.

Y podía apostar que el culpable de este estado era el miserable Jace Parker.

- Eh... -se animó a decir luego de unos segundos, sacándome de mis pensamientos con su voz- Hola.

Sacudí mi cabeza y la miré fijo.

- ¿Qué te paso? -pregunté. Me desesperaba verla así, y aunque detestaba admitir esto, su estado de ánimo comenzaba a afectar el mío.

- Nada. -contestó fría.

- ¿Qué te hizo, joder? -tomé sus mejillas levantando su rostro.

Nuestras miradas se conectaron provocando escalofríos por parte de ambos.

- T-travis... -dijo con apenas un hilo de voz- ¿Qué sabes?

- No lo sé.  -suspiré. Nuestras frentes chocaban y susurrábamos como si estuvieramos haciendo algo prohibido- A veces creo que te conozco más de lo que imaginas.

- ¿Qué? -levantó su mirada. Me miró confundida y luego negó con la cabeza- Creo que es mejor que entremos, está frío aquí afuera.

- Está bien. -respondí.

Entré a su casa y la música estaba bastante fuerte. Clara se acerca al equipo y justo pone la canción que estaba escuchando. Se me hizo inevitable no poder sonreír.  Era como si la canción estuviera destinada para ambos.

¿Pero que mierda estoy hablando?

Retiro lo dicho.

- ¿Pasó algo? -dijo con una sonrisa.

- E-eh... -deseaba mantener compostura- Nada, nada. -me senté en el sillón y suspiré de alivio.

- ¿Y a qué se debe esa sornisa repentina? -continuó mientras tomaba asiento a mi lado.

- Pueden existir distintos motivos para provocar una sonrisa. -respondí.

- ¿Como cuáles?

- Un hecho... -murmuré- Un recuerdo, una canción, un momento y...

- ¿Y?

Traté de ocultar mi nerviosismo jugando con mis manos y la mirada agachada.

- Una persona. -respondí.

Mis mejillas y las de Clara se tornaron rosadas. Ambos desviamos la mirada a otro punto gracias al momento incómodo.

Cada vez se hacía todo más difícil de explicar, pero las indirectas me lo facilitaban, sacando poco a poco el peso que llevo dentro.

- ¿Me vas a contar que sucedió? -comencé.

- Travis...

- Dime, por favor.