- ¿Me perdonas, Williams? -dijo a centímetros de mí con una sonrisa seductora.
Lo miré satánicamente. Me tenía "acorralada" contra la pared debido a su cercanía. Pensé seriamente darle una gran patada en sus huevos.
¿Quién mierda se cree?
Podré estar muy estúpida últimamente, pero no estoy tan cagada de la cabeza como para perdonar a un infeliz que vale una mierda como hombre.
Clara no vuelve a tropezar con las mismas piedras.
- ¿Tú eres tara...-comencé a decir sin terminar.
Los feroces labios de Jace atacaron contra los míos, jalando al mismo tiempo mis muñecas, impidiendome hacer cualquier movimiento. Comencé a levantar bruscamente las piernas pegando patadas contra las suyas tratando de escapar de su agarre. Su boca, se movía con intensidad y fuerza. Mordí su labio inferior lo más duro que pude, como última alternativa para alejarme.
La impotencia dentro de mí crecía, comenzaba a desesperarme, a frustrarme. Jace empezaba a ser cada vez más bruto conmigo y mi fuerza no podía contra la suya.
Después de varias patadas que parecían inútiles, reuní todas las ganas posibles para darle en las bolas con intensidad.
- ¡POR LA MIERDA CLARA! -gruñó, soltando mis brazos al instante.
- ¡QUÉ CARAJOS HACES ENFERMO! -exclamé con la voz agitada por la falta de aire.
Jace me miró nuevamente. Sus ojos estaban llenos de rabia, furia, y odio. Me agarró de los hombros y se tiró a la cama aplastando todo mi cuerpo. Me estaba comenzando a lastimar con tanta brusquedad, mientras yo solo lograba alterarme más tratando de gritar, escapar o golpearlo. Su mano comenzó a tocar cada parte de mi cuerpo, mientras que la otra afirmaba mis brazos por sobre mi cabeza. Las lágrimas corrían por mis mejilas al llegar a este punto. Jace desabrochó mi blusa, besando y hasta a veces mordiendo mi piel. Gritaba con fuerzas, pero mamá ni me escuchaba. Cuando comenzó a soltar su cinturón, mis ojos se abrieron como platos sin poder creer aún lo que Jace Parker me estaba y me iba a hacer.
- Para... Jace... P-por f-favor... -dije entre lágrimas.
Su cuerpo, comenzaba a pegarse contra el mío. Me tocaba sin respeto alguno, y mi desesperación crecía junto a mis gritos que eran en vano.
- ¡JODER, JACE... -exclamé con llanto- BASTA!
La impotencia de no poder hacer nada que me ayudara me consumía.
- No serás de nadie más sin antes ser mía. -bufó.
- ¡¿QUÉ MIERDA HACES HIJO DE LA GRAN PUTA?! -gritó Max pegándole con todas sus fierzas en la cabeza, dejándolo algo aturdido.- NO TOQUES A MI HERMANA, MARICÓN NECESITADO.
- ¿Y a ti desde cuando te importa quien se folle a tu hermana? -contestó Jace, dejándome libre por enfrentarse a Max.
- Yo no me meteré en sus relaciones, pero no permitiré que cualquier imbécil como tú no la respete o le haga daño. -espetó. Su mandíbula estaba tensa, demostrando estar dispuesto a pelear.
- ¿Imbécil yo? -rió- Tú serás el imbécil que no haya otra alternativa que dárselas de "hermanito protector" para tirarse a su mejor amiga. -gruñó- Pobre y triste bastardo.
- Sale de aquí si no quieres que te saque la mierda.
Jace soltó una carcajada irónica.
- No. -sonrió- ¿Sabes qué? Antes de que llegaras, estaba a punto de tener sexo con tu hermana. Hubieras visto como gozaba cada vez que le besaba las tetas. Sólo llegaste a arruinarnos la diver...
ESTÁS LEYENDO
No soy otra típica rubia
Teen FictionClara Williams es conocida en su escuela por su carácter fuerte. Sin embargo con la llegada de Travis Brown, un compañero nuevo que no pasa desapercibido, su famosa "forma de ser" se altera más de lo debido. ¿Le dará Clara la victoria de la guerra...